Como ya comenté hace unas semanas, las inyecciones letales de composición "clásica" que se administran en EEUU suelen componerse de tres tipos de fármacos diferentes, todos ellos administrados por vía IV:
- Pentotal sódico: 2–5 g, anestésico de acción rápida y corta duración.
- Bromuro de pancuronio: 100 mg, paralítico. También pueden emplearse cloruro de tubocurarina o cloruro de succinilcolina para este fin.
- Cloruro potásico: 100 mEq, sal metálica de haluro que produce en grandes dosis una hiperkalemia o hiperpotasemia, un trastorno hidroelectrolítico caracterizado por una elevación del potasio en plasma que produce problemas cardiacos como arritmias y eventualmente coma.
En la prensa leo que se ha ido un un poco de las manos el tema de la pena de muerte por inyección letal, llegando a acusar a laboratorios españoles de suministrar los fármacos que la componen con este fin, pero teniendo en cuenta que no incumplen ninguna normativa y esos fármacos se fabrican igualmente para uso en clínica, no comprendo a qué viene este ensañamiento. Además, llego a leer historias llevadas al gore como "(...) cuando el médico de la prisión estatal de Oklahoma le inyectó por vía IV dos dolorosos fármacos que le hicieron retorcerse de angustia y dolor, ante la mirada horrorizada de los testigos".
Sin entrar en aspectos éticos, el fallo que tuvo lugar en la ejecución de Clayton Lockett se debió a que el catéter fue colocado en la vena femoral pero éste se movió y comenzaron a administrarse los fármacos de forma intramuscular sin que el flebólogo (al parecer sin licencia, añado) a cargo de la ejecución se diera cuenta y pudiera corregir el error. Por esto se alargó de manera sobrante el sufrimiento de este hombre.
Fuente:Kulp-Ressler, T. (2013): An Independent Autopsy Figured Out How Oklahoma Botched That Execution So Badly. Think Progress