La elección del colegio

Después de conseguir sobrevivir al carnaval, pensaba que todo lo demás ya sería pan comido. Pero ¡qué va!. Ahora veo que éso era sólo el comienzo!

El papi y yo estamos en plena tarea de elección del colegio del Peque. Pensaba que la cosa iba a ser mucho más fácil. Antes mirabas qué cole te tocaba por zona de influencia, apuntabas al niño y listos. Pero ahora somos mucho más exigentes, o al menos eso me parece. Y cómo no íbamos a serlo, cuando a día de hoy sabemos que el mejor regalo que podemos ofrecer a nuestros hijos es la educación, una educación que les haga capaces de sobrevivir en un futuro incierto donde más que los conocimientos priorizaran las aptitudes, las actitudes y la emprenedoría. Y precisamente estas últimas premisas son en las que nos estamos basando a la hora de decidir el futuro cole de nuestro querido retoño.

En nuestro caso tampoco teníamos mucho que elegir si queríamos un colegio público y en el mismo municipio (los coles de crucifijo como que no nos van). Concretamento aquí sólo hay dos colegios públicos. Uno en barracones y con un proyecto educativo más moderno y otro con unas buenas instalaciones de tocho, pero con un proyecto educativo más antiguo, vamos, el típico con el que nos educaron a nosotros hace trenta años, basado en fichas, empollarse libros y memorizar cientos de datos, adaptándose los niños a los profesores y no a la viceversa.

Sospesando los pros y contras de ambos colegios finalmente nos decantamos por los barracones. Preferimos probar un método de enseñanza más acorde con los niños de hoy en día que seguir con el mismo método de enseñanza que a lo mejor consigue alumnos con muchos conocimientos, pero con pocas aptitudes. En estos momentos donde vemos que los másters y doctorados no sirven ni una mierda para ofrecer a los jóvenes un trabajo digno en este país, primordiamos que el niño pueda experimentar por él mismo más que apreder las cosas de fichas y libros, y una escuela dónde se inculte el trabajo en equipo, la implicación directa de los padres y cosas tan necesitadas hoy en día como son las humanidades, la socialización y emprendedoría. Vamos, que optamos por tener un niño feliz y emprendedor que no un empollón en el paro. Además, si todo va bien, en un año ese colegio tendrá nuevas instalaciones y aulas de tocho, como dios manda. Por supuesto que no somos tontos y creemos que las instalaciones son importantes, pero no lo más importante, pues siempre allí donde no llegue el colegio tendremos que llegar los padres, sea donde sea el lugar donde estudien, y más con los recortes que está sufriendo la educación pública en nuestro país.

Aprovecho la ocasión para reivindicar nuevamente una educación pública de calidad. Más que nunca me estoy dando cuenta de cómo estan afectando los recortes en la educación de nuestros hijos, y no me refiero sólo a los recortes salariales de los profes sinó a la falta de profesores para, por ejemplo, implantar el inglés en la educación infantil, o la falta de recursos más técnicos y materiales, como libros, ordenadores y como no: colegios de tocho!! que sí, que como algunos padres conformistas dicen, en África serían un lujo, pero aquí no lo deberíamos permitir y debemos exigir que el estado, las comunidades autónomas y municipios inviertan como es debido en la educación. No olvidemos que lo que hoy sembramos, mañana recogeremos.

Ésto no deberíamos permitirlo en un país como el nuestro

Y vosotros, ¿en qué os basasteis a la hora de elegir colegio para vuestros hijos?