Justo ayer hablaba con un amigo cuya amistad ha durado por varios años ya.
- Definitivamente lo que me está sucediendo sé que no es culpa directa ni del gobierno ni de la situación ni de mi entorno, sino sé y estoy consciente que son mis decisiones las que me tienen así. - Se quejaba amargamente mi amigo mientras lo escuchaba
- Bueno, al menos eres consciente y te haces responsable de tus resultados
- Sé que he tomado decisiones precipitadas y actuado sin antes leer o estudiar la situación y reconozco que al hacer eso me puedo llevar sorpresas como las que me he estado llevando hasta ahora
- Sé que es difícil sobre todo admitir, ahora estás en una situación donde eres más sabio, muchas personas tienden a culpar a la ciudad donde viven, al presidente, al gobierno e incluso a su horóscopo, ¿sabías?
- Sí, sí lo sé, yo era una de esas personas, pero ahora después de tantos fracasos no encuentro a quien culpar sino ahora que me veo a mí mismo veo al causante de todo frente al espejo cada mañana antes de salir a mi actual empleo.
- Lo sé, son palabras duras y créeme que me identifico contigo.
Si hubiera sostenido esta charla con mi amigo hace un par de años, seguramente me hubiese sentido sumergido en la frustración e impotencia que sentía al momento de contar su anécdota, pues es justo con lo que me he identificado por años... pero ya no más.
Yo estaba tan convencido como lo estaba mi amigo de que yo era un fracaso como emprendedor y un fiasco como persona. En general sentía que mi vida apestaba y no veía ningún punto para donde moverme ni con la suficiente confianza como para levantarme de nuevo e intentar.
¿Cómo logró darse un giro en mi situación y en mi vida?
Con una decisión firme y contundente.
Así es, por simple que parezca, la simpleza no siempre es sinónimo de facilidad. Por favor, si te identificas con el diálogo hasta ahora y en verdad quieres dar un giro dramático en tu vida, tómate el tiempo de confrontar esto en tu vida de manera seria, si solo lo lees y te sigues derecho sin reflexionar, entonces esto será una lectura como cualquier otra que has tenido en tu vida.
Quiero que observes alguna situación con la que identifiques que es un gran reto en tu vida, tenga o no que ver con tu vida financiera, puede ser algún reto que estés viviendo con tu pareja, con alguna amistad, familiar, salud, etc.
Y ahora presta atención a cómo te sientes con respecto a eso. Y viene la pregunta más importante: ¿cómo he estado actuando ante esta situación?
Si interiorizas bien esta pregunta entonces.
Por darte un ejemplo, yo me preguntaba: ¿Cómo estoy siendo yo ante esta situación de dinero y finanzas en mi vida?
¿Estoy actuando como alguien determinado a superar esto o como alguien que se rinde luego de unos intentos?
Como ya me he rendido y dejado esto antes... ¿En quién me convierte esto? ¿Alguien determinado o alguien débil y que deja de intentar luego de algunas dificultades?
¿Hasta dónde estoy dispuesto de llevar esto a cabo?... ¿por qué y para qué lo quiero lograr?
¿Cómo será mi vida cuando lo logre? ¿Cómo será mi vida si no lo logro?... ¿Puedo aceptar no lograr lo que me propongo, estoy dispuesto a vivir con el ánimo abajo en caso de no alcanzar lo que me propongo? ¿Me gustaría convertirme en ese tipo de persona?
Como puedes ver todas son preguntas interesantes, necesitan tiempo para que germinen en tu interior y emerja una respuesta. Por favor no las tomes a la ligera, después de todo... se trata de tu vida y de tu futuro, creo que bien valen la pena ser contestadas.
No sé tú, pero personalmente pienso que lo que decimos que queremos, no realmente lo queremos, de otra forma, seguiríamos allí insistiendo. Eso es lo que diferencia a un aficionado de un profesional en potencia. Ambos comienzan igual, pero el aficionado renuncia luego de las primeras dificultades y el profesional se vuelve profesional no porque lo haya sido desde el comienzo, sino porque está determinado a seguir adelante no importa qué.
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