Revista Cultura y Ocio
Autor/a: Muriel Barbery
Título original: L’elégance du hérison
Traductor/a: Isabel González-Gallarza
Edición: 15ª ed.
Editorial: Seix Barral
Año de edición: 2008
Número de páginas: 364
ISBN: 978-84-322-2821-6
Llevaba tiempo con ganas de leer este libro pero, por uno u otro motivo, no terminaba de llegarle el turno hasta que la portada me llamo la atención con su torre Eiffel al fondo y, tras un reciente viaje a París, pues… fue verlo y traérmelo a casa.
Había oído y leído maravillas de este libro que recibió en Francia el Premio de los Libreros en 2007, así que las expectativas que tenía puestas en La elegancia del erizo –un título atrayente, a mi parecer- eran muy altas. Nada más abrir el libro y leer las primeras páginas me dí cuenta de que no es una novela al uso puesto que Barbery, profesora de filosofía, lo ha dotado de una profundidad fuera de lo común así como de una narrativa muy cuidada en la que hay que agradecer también el buen trabajo de traducción.
Ambienta en una de las calles más elitistas de París, la calle Grenelle –cercana al Boulevard de Saint-Germain-, nos encontramos con sus dos principales protagonistas: Renée; la portera del edificio, una mujer en apariencia sencilla, tosca en sus modales, que esconde su verdadera personalidad, y Paloma; una niña de doce años que guarda en secreto su extraordinaria inteligencia y sus ganas de suicidarse.
Ambas llevan una vida solitaria mientras se esfuerzan por sobrevivir y vencer la desesperanza. Dos personajes que, a simple vista, nada tienen en común; o sí. Hará falta que entre en escena el Sr. Ozu, un misterioso vecino que se traslada al edificio en el que viven las protagonistas, y que gracias a su suspicacia y a esa paciencia infinita de los orientales, servirá de puente entre Renée y Paloma haciendo que muestren sus personalidades tal como son.
A medida que iba pasando las páginas la lectura se me iba haciendo más tediosa y lo que en un principio me había parecido una novela fuera de lo común terminó por convertirse en un libro aburrido en el que no empaticé en ningún momento con sus personajes porque en ningún momento me creí a Renée, una portera descuidada en sus modos y en su aspecto que tiene un amplísimo conocimiento sobre Tolstoi, Mozart o Kant y que es capaz de hacer una disertación sobre la política educativa. Y Paloma, una niña repelente, pedante e insoportable que sabe más del psicoanálisis que el psicólogo al que le lleva su madre por su extraño comportamiento. Con esto no quiero decir que todos los porteros tengan que ser incultos y los niños superdotados no puedan saber de psicoanálisis. Lo que digo es que no son personajes creíbles, al menos, no para mí.
Pero no todo iba a ser malo, tengo que decir que me ha gustado el contenido del libro. La elegancia del erizo no deja de ser una reflexión sobre la sociedad en la que vivimos, el Arte, la cultura, la vida y, cómo no, la muerte. Lástima que la forma en que llega esa reflexión no me haya terminado de convencer del todo. No digo que sea un mal libro, solamente, que como lectura no me ha gustado o no he sabido disfrutarlo.
En 2009 se hizo una versión cinematográfica, El erizo, dirigida por Mona Achache e interpretada por Josiane Balasko en el papel de Renée, Garance Le Guillermic como Paloma y Togo Igawa como el Sr. Ozu.
Portada: https://www.planetadelibros.com/usuaris/libros/fotos/14/original/9788432228216.jpg
Imagen: http://www.fotomusica.net/francia/paris1.jpg