Revista Empresa

La empresa es mía, pero yo no soy la empresa

Publicado el 18 noviembre 2010 por Misterempresa
La empresa es mía, pero yo no soy la empresa

Imagen: montuno

Una de las razones principales por la que un emprendedor decide montar su negocio a través de una Sociedad Limitada es que, de esta manera, diferencia su actividad profesional de su situación personal, a efectos de patrimonio, responsabilidad frente a terceros, etc.

En el momento en que se constituye esa Sociedad Limitada, el empresario debe tomar conciencia de que su empresa es “una persona independiente”, que él puede ser su único propietario pero esa independencia de su persona hacia la empresa también debe ser de la empresa hacia su persona.

Hago este comentario porque es una práctica muy habitual que el empresario tome como suyo lo que realmente es de la empresa, “lo mío es mío y lo de mi empresa también” pero eso no es, ni debe ser, así.

La empresa es mía, pero yo no soy la empresa

Servicios a empresas, profesionales y particulares

Es muy habitual que los empresarios traspasen a su empresa determinados gastos particulares: comidas, viajes, compra de ropa, etc. Gastos que no tiene justificación posible como necesarios para el desarrollo de la actividad empresarial pero que ellos se empeñan en incluir para rebajar impuestos.

Por supuesto, este tipo de prácticas no serían admitidas en caso de inspección por parte de Hacienda pero, en el caso de una empresa con beneficios, no tiene mayor repercusión que la posible infracción en materia fiscal, que ya es bastante.

Pero ¿qué pasa en los casos de empresas que están en pérdidas y que éstas se incrementan por esa manera de actuar? El empresario es un trabajador más de la empresa, debe asignarse una retribución por su labor y administrarla en su vida privada como cualquier otro empleado. No puede recurrir a los fondos de la empresa para sus gastos, ni trasladar a la empresa una mala gestión de sus finanzas personales.

La empresa es su medio de vida, los recursos que se generen en ella son los que le van a servir para el mantenimiento de la actividad y, por consiguiente, de los ingresos del propio empresario. Recurrir a esos recursos para cubrir una mala gestión personal puede acabar hundiendo el negocio.

La empresa es mía, pero yo no soy la empresa
Mister Empresa es Master en Asesoría Fiscal y Contabilidad y Técnico Especista en Análisis Bursátil y Productos Financieros. Consultor empresarial y formador de emprendedores, pertenece a la red de mentores de empresas de la Xunta de Galicia y es editor de Weblogs S.L. Escribe en Pymes y Autónomos , en Yo llego a fin de mes y en Blog SAGE Experience.
Puedes seguirlo en Twitter en @misterempresa y en Facebook.

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