Por Federico Toledo
En 2008, tres varones arrancamos trabajando en un emprendimiento tecnológico. No fue en un garage "a lo Silicon Valley". Fue desde Montevideo. Lo que sí tuvo en común con las típicas historias de startups que todos conocemos fue que no teníamos más recursos que la computadora de cada uno y las ganas de trabajar juntos. Hoy, Abstracta es una empresa global con oficinas en Estados Unidos, Inglaterra, Chile y Uruguay (en Montevideo y en el interior). Finalizando el 2020, el equipo está compuesto por más de 110 personas, y la perspectiva de género y diversidad han pasado a formar una parte muy importante en nuestra forma de vivir la empresa.
Pensando en retrospectiva, creo que una de las cosas que desencadenó esto fue que, en 2015, una chica muy joven comenzó a trabajar con nosotros en un puesto de pruebas de performance (algo bien técnico dentro de los servicios que ofrecemos). Indicaba en su CV que le interesaba el área comercial, así que la invitamos a probar. Sofía Palamarchuk mostró desde sus inicios un espíritu emprendedor muy marcado. Su excelente inglés y su empuje hicieron que fuera tomando mayor protagonismo en la estrategia de expansión comercial hacia Estados Unidos a la que estábamos apuntando en ese momento. Ella se animó a dar un paso que ninguno de los fundadores se había atrevido a dar hasta entonces: se mudó a San Francisco, California, y consiguió los primeros clientes estadounidenses. Unos años más tarde, se dio de forma muy natural que ella pasara a formar parte del directorio, siendo así una dueña más de la empresa.
Creo que el caso de Sofía manda un mensaje muy claro al resto del equipo: en Abstracta, ser mujer no es un impedimento para crecer. Con ella como parte del directorio fuimos ampliando nuestra visión sobre temas de igualdad, llegando a tener así una marcada perspectiva de género como tenemos hoy. Las oportunidades se presentan en muchos aspectos, al trabajar en el día a día, al escucharnos por igual sin hacer distinciones o marcar preferencias por género. Es importante asegurar la visibilidad de las mujeres en sus roles, en lo que hacen y lo que logran; tanto en la interna de la empresa como hacia afuera (como, por ejemplo, asegurando que tengan participación en notas, reportajes, charlas... lugares donde quede en evidencia el rol de liderazgo que tienen).
A medida que fuimos creciendo, fuimos entendiendo cada vez más los efectos positivos (para todas las personas) de tener un equipo más diverso, con más mujeres. Contratamos mujeres para diferentes roles y luego ellas desplegaron sus talentos mostrando todo lo que eran capaces de hacer, apoyadas siempre por toda la cultura de la empresa.
Fuimos brindando y ofreciendo oportunidades y así, en poco tiempo, fueron ocupando roles cada vez más desafiantes en todos los rincones de la organización: puestos técnicos, de ventas, como líderes de proyectos estratégicos, puestos gerenciales, etc.
Por ejemplo, Vera Babat fue nuestra primera profesora in-company de inglés. Ella es psicóloga, entonces al tiempo comenzamos a usar las clases de inglés para enseñar habilidades interpersonales y de comunicación. Vimos que podía aportar en diversos aspectos de liderazgo, capacitación, resolución de conflictos. Hoy Vera es nuestra CPO ( Chief People Officer) y confiamos en su visión en las principales decisiones estratégicas. Son mujeres las que lideran nuestra expansión en América Latina con un esquema de franquicias, las que lideran las finanzas, la capacitación del equipo, las relaciones con nuestros clientes, las acciones de marketing y ventas, etc. Otro ejemplo es Lucía Pérez, licenciada en psicología con un fuerte interés en feminismos; Lucía es nuestra champion en perspectiva de género.
Fue un proceso de mucho aprendizaje, porque con cada uno de estos movimientos nosotros -los socios fundadores- fuimos interpelados y ganamos mayor sensibilidad en cuanto a temas de género al punto de que hoy la igualdad es una prioridad. Nos llena de orgullo tener una fuerte impronta femenina, con un 60 % de mujeres a nivel ejecutivo. Somos conscientes de que estos temas hoy son importantes, tanto para los hombres como para las mujeres, para poder tener vidas más integradas y que el desarrollo personal y el profesional vayan acompasados. Si algo quedó claro este año es que los cuidados no deben recaer en las mujeres, y fue evidente la importancia para todos de sentirnos auténticos con los equipos de trabajo que son parte de nuestra red.
Hoy, tanto hombres como mujeres nos damos permiso para hablar desde otro lugar. Nos permitimos compartir sentimientos. Es de las transformaciones más hermosas que vivió Abstracta y se dio en diferentes niveles. Contamos con un espacio de coaching para cada integrante del equipo, para poder acompañar su desarrollo ajustando los desafíos a sus prioridades. Y es nuestro equipo de líderes que acompaña a las personas en su día a día. Estas transformaciones también se dieron a nivel ejecutivo. A partir de la incorporación de más mujeres, y por sus perfiles, se dio un camino de crecimiento nuevo: hoy estamos más en contacto con nuestro propósito y con lo que nos hace felices. Nos involucramos a nivel personal, damos lugar a la gratitud haciéndolo explícito. Son espacios que todos valoramos mucho, pero que las mujeres de nuestro equipo fueron las que los supieron abrir.
Creo que estamos haciendo una disrupción. Buscamos innovar para desafiar un modelo y una imagen de lo que es el éxito a nivel empresarial y profesional. En Abstracta promovemos oportunidades de trabajo de calidad. Nos encantaría que nuestra experiencia sea un precedente y muestre que es posible. Queremos que cada vez sean más las oportunidades de trabajar con posibilidades de desarrollarnos, sentirnos auténticos, disfrutar el camino, conectarnos y compartir un propósito.
Fuente: https://www.hacerempresa.uy/la-empresa-impulsora-de-la-equidad-de-genero/