Por Alexandre Mouriño Fernández.
A través de los
años y los diferentes autores, no se ha podido encontrar una metodología de
abordaje al planeamiento urbano completamente satisfactoria.
Una vez rota la malla
cartesiana y funcionalista que pretendía imponer el movimiento moderno como
forma de mejorar la sociedad a través de la mejora de la ciudad, y una vez caídos todos
los mandamientos corbuserianos, las nuevas generaciones representadas
primeramente por el Team X sabían ya, de forma fehaciente, que ese modelo no
funcionaba. Algunos pensaron que el modelo completamente antitético si lo
haría, pero se equivocaban. Es de lógica pensar que si la herramienta empleada
no es funcional, las respuestas deban llegar desde fuera de la misma y así fue,
una periodista y activista social Jane Jacobs, dio una nueva visión, más
objetiva amparada en la distancia que la separaba del mundo de la teoría y
prácticas del urbanismo, pero cercana al ciudadano. Y es ese distanciamiento del
ciudadano, ese afán de soluciones universales de motu propio lo que hizo que
muchos urbanistas no supieran entender el problema.
Ya en 1972,
Lefebvre comprendía la magnitud del problema al señalar la complejidad de
encontrar un método apropiado para el análisis de los espacios urbanos, ya que
se daba un conflicto entre sistematizaciones reductoras, subsistemas y códigos
parciales.
Con todo esto,
movimientos como la Internacional Situacionista entendieron las diferentes
capas del problema, proponiendo en última instancia modificar la primera de
ellas que en ese momento era el poder político y económico, pero conscientes de
que pequeñas acciones eran tanto o más resolutorias que grandes intentos
integradores.
No existe una
respuesta ni única ni universal al problema de uso y creación del espacio
urbano. Su complejidad es paralela a la complejidad del ser humano (aquí
entrarían ramas de la ciencia como la antropología, psicología o la sociología)
por cada persona una ciudad, si pedimos a mil personas que diseñen su entorno
urbano ideal recibiremos a cambio otros mil diseños diferentes, por que las
necesidades, sueños y anhelos de cada persona son divergentes de otra.
Lo que si
tendremos con esos mil diseños, serán muchas pequeñas coincidencias, y si
conseguimos un millón de diseños, tendremos un mayor número de estas
coincidencias, y es esto y no otra cosa lo que el urbanista puede emplear como
herramienta para trabajar. Salir de su despacho y querer saber, hablar con la
gente para la que va a proyectar e intentar descubrir dentro de la
heterogeneidad cuales son los patrones que se repiten y es solo en eso en lo
que se puede apoyar, en patrones de repetición.
Pero esto no debe
ser sorpresivo en la arquitectura vernácula así se hacía, los patrones los daba
el tiempo, la experiencia, el aprovechamiento de la suma repetitiva de aciertos
y la desestimación de los errores. Patrones -los Patterns de Christopher
Alexander-.
El urbanismo debe
encaminarse (y lo está haciendo) en la búsqueda de herramientas para
identificar esos patrones, pero no solo desde un punto de vista físico, si no
contando con la colaboración del ciudadano, una suerte de «Ciudad
Autogestionada» replicante de sí misma a través de las necesidades
concretas del ciudadano, en la que la economía y la política sean herramientas
a su servicio y no al revés.
En urbanismo no
hay tallas, no hay ciudades XL, X, L, M, S, XS... cada persona tiene una talla
específica, la elección de una concreta agradará a unas pocas y disgustará a
una mayoría, por eso siguiendo con la metáfora de la prenda, la ciudad debería
de tener una única talla, ser elástica, moldeable, adaptable y camaleónica.
Para estos «Tiempos líquidos» como refería Zygmunt Bauman, se requiere de una «Urbanística líquida».
Be water!
* Este artículo es una versión revisada y adaptada de «La encrucijada urbana actual», publicado originalmente en el tumblr Architecture inside me.
Alexandre Mouriño
es licenciado en Arquitectura por la Escuela Superior Gallaecia - Portugal.
Créditos de las
imágenes:
Imagen 1: Maqueta de «La Ville radieuse» de Le Corbusier (fuente: http://architizer.com/)
Imagen 2: Imagen
del Team X, tomada el CIAM de 1959 (fuente: http://anguloarquitectos.com/)
Imagen 3: Zygmunt Bauman (fuente: www.kulturchefen.se)
Imagen 4: High Line de Nueva York (fuente: www.fabalista.com)
Revista Arquitectura
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