Cuatro ejemplos de seres humanos que cambian calorías por energía. Cuatro ejemplos de cómo el uso productivo de la imaginación puede salvar el planeta -y además, mantenernos en forma-.
Hulk Hogan sería ecológico…
Si el luchador (¿?) Hulk Hogan -piel arcillosa y pelo amarillo limón- levantase peso iluminando las bombillas que le dan el tono naranja radioactivo, se ahorraría una pasta en rayos UVA y sería un poco ecologista (ecologista hortera, pero ecologista). Es algo que ya hacen en el gimnasio Total Body Turnaround; decidieron aprovechar tanta testosterona tirada a la basura y al tiempo que se ponían mazas, acumularon energía eléctrica. “¡Ponte las pilas!”, ahora la frase tiene sentido… un par de repeticiones más y tendré agujetas -y el móvil cargado-.
Ganarás el pan con el sudor de tu sillín
Ya estamos un poco mayores -y con más kilos de lo debido- para emular a mi paisano, el ultramoreno Contador. En Dinamarca, en el hotel Crowne Plaza Copenhagen Towers, cambian maillot amarillo por cena de 26 euros. Los huéspedes -sólo huéspedes, que hay mucho listillo por el mundo- pueden pedalear 15 minutos, generar 10 vatios de energía y ganarse el pan. Más o menos, como el pingüino de nuestro último post.
Irónico, pero no menos cierto, el comentario de uno de los lectores de La Vanguardia: “Con casi 5 millones de parados, seríamos una potencia mundial energética (…)“. Nosotros también lo creemos… y visualizamos un futuro titular: “Sólo pedaleando, la multinacional española La Farola ilumina Nueva York”.
Disco verde. Y no por los escotes
Lema del club londinense Surya: “Todo lo que tienes que hacer, es bailar para salvar el mundo”. Sinceramente, tras semejante frasecita nos parecen tan sumamente cools, que no sabemos si hay que alegrarse por ellos o inflarlos a collejas. Materiales reciclados, consumo energético eficiente, mensajes concienciadores-deprimentes (“Cada tres segundos, un niño muere por culpa de la pobreza”). Y lo más original, una pista de baile que aprovecha la energía de los bailarines. Suponemos que cuanto más espasmódico sea el baile, más energía producirá, así que, ya sabéis ¡el lugar perfecto para cenas de empresa pasadas de copas!
Se hace energía al andar
Caminante, no hay energía,
se hace energía al andar.
Al andar se hace energía,
y al volver la vista atrás
se ve la luz encendida,
encendida… con un par
(¡Machado, perdónanos!) La… eh… bonita poesía coliflowerense está inspirada en una acera que transforma los pasos en energía. En Toulouse, han utilizado este método de producción energética peatonal experimentando durante una semana con los transeúntes. Esta poética iniciativa, podría implantarse en el futuro en toda la ciudad. ¡Fantástico!
Mensaje para Usain Bolt -¡pedazo de generador humano!-: Cuando dejes las carreras, vete a Toulouse, tendrás trabajo garantizado.
¡Qué tengáis una feliz semana!