El plan de Bruselas de incluir la energía nuclear en la inversión sostenible ha provocado enormes críticas entre los grupos ecologistas y marcadas divisiones entre los socios del bloque.
Se espera que la medida sea el foco de intensos debates y negociaciones durante los próximos cuatro meses, ya que deberá ser aprobada por el Consejo y el Parlamento Europeo.
Si hablamos de energía nuclear, existe la posibilidad de que la gran mayoría tenga recuerdos de Chernobyl o Fukushima. Los dos accidentes nucleares más grandes de la historia reciente. De hecho, el impacto social del accidente de Fukushima de 2011 fue tal que, a pesar de que ocurrió en Japón, Angela Merkel decidió desde entonces que todas las centrales nucleares de Alemania se desmantelarán antes de 2022.
Y luego el tema de la energía nuclear casi desapareció del escenario europeo.
Pues bien, debido a la situación energética actual en la Unión Europea, que no produce tanta energía como consume, tiene que comprar a países como Rusia, Argelia o Noruega. Sin embargo, en los últimos meses, la energía se ha vuelto muy cara y la Unión en su conjunto no ha podido obtener todo el gas que necesita. Y con los objetivos verdes que tiene la Unión Europea, no puede comenzar a quemar carbón y otros combustibles fósiles por completo. Pero, entonces, ¿cuál es la alternativa para tener suficiente energía?
Lo tienen muy claro en Francia: la solución sería fortalecer la energía nuclear en la Unión Europea. Una energía que emite muy pocos gases de efecto invernadero y que, según Macron, puede contribuir a la consecución de los objetivos ecológicos de la UE sin perder su poder económico.