He de confesaros que adoro a Bukowski. Creo que he leído todo lo que se ha publicado en español, así que cuando vi que a finales de año Anagrama publicaba La enfermedad de escribir, no tuve más remedio que leerlo. Y se lo recomiendo a todo escritor y amante de Bukowski.
Lo cierto es que la vida del autor ya da para una novela, como hemos visto en ocasiones, donde utiliza sus propias vivencias para crear a Hank Chinaski, un alter ego que vive situaciones disparatadas. Nacido en Anderernach, Alemania, con un padre que le pegaba, la familia emigró a Estados Unidos, donde trabajó en las cosas más inverosímiles. Cuando tenía 50 años dejó su puesto de cartero, donde llevaba veinte años, sólo para dedicarse a escribir.
Este volumen recoge casi 150 cartas de su correspondencia con editores, escritores (como Henry Miller, Céline, Ezra Pound o John Fante, al que adoraba), traductores, etc. Desvela sus intentos por escribir poesía, sus primeros rechazos en revistas, su desprecio al mundo editorial, a veces tan servil, etc.
No nos engañemos, no se trata de un manual de escritura (a menos que escribir para vosotros sea emborracharos, escuchar música clásica y darle a la máquina). Es más bien un conjunto de vivencias en torno a la escritura, a las sensaciones que produce y al hecho de que a veces el cuerpo y la mente nos piden escribir, sobre todo si lo llevamos metido en las entrañas.
"Si me paso una semana sin escribir, enfermo. No puedo caminar, me mareo. Me tumbo en la cama y vomito. Me levanto por las mañanas con arcadas. Necesito escribir. Si me cortaras las manos, escribiría con los pies"
Este volumen de cartas está aderezado además con una gran cantidad de viñetas con las que el autor ilustaba sus misivas. Algunas terminaron publicadas en revistas. Es un recorrido por los sentimientos del alemán desde que comenzó a escribir poesía hasta que finalmente pudo triunfar (gracias también al relato) y cambiarse de casa, donde viviría con su esposa Linda y sus gatos hasta el final de sus días.
El estilo de Bukowski es el que es: mujeres, borracheras, mala vida y escritura. Pero de vez en cuando, en mitad de esa sordidez, hay diamantes. Nos conmueve, nos llama, nos sacude, hace que nos interroguemos sobre nuestra escritura y sobre nuestros sentimientos hacia la misma.
Pero la vida de Bukowski no fue nada fácil. Este libro no hace demasiado hincapié en las circunstancias que moldearon su escritura, tan dura y sin embargo, tan honesta. Pero otros volúmenes a los que hace referencia, como La senda del perdedor o Cartero sí lo hacen. Bukowski siguió siendo fiel a sí mismo hasta el final de sus días, y si no creía en algo no lo hacía, aunque le pagaran por ello. Se mantuvo íntegro hasta el final y siguió siendo él, por muchas adulaciones que le llovieran. Es un ejemplo para todo aquel que quiera practicar la escritura sincera que nace de dentro.
"Un escritor no es escritor porque ha escrito un puñado de libros. Un escritor no es escritor porque enseña literatura.Un escritor solo es escritor si escribe ahora, esta noche, en este preciso instante "