Revista Salud y Bienestar

La Enfermedad y los Deseos

Por Cristian

¿Cómo nos enfermamos? ¿Por qué existen deseos saludables y deseos enfermizos?

Este pequeño artículo pretende dar el punto de vista Ayurvédico (según mi humilde interpretación) sobre los asuntos de la enfermedad y los deseos. Para que los lectores tengan nuevas herramientas de reflexión acerca de éstos temas (y logren su propia interpretación).

A través de los años, en el ciclo de la vida se generan grandes cambios en nuestro cuerpo, mente y consciencia. Llamamos a esto crecer y ocurre gracias a que la esencia de nuestro conjunto de células está en armonía con la esencia del universo. Desde el nacimiento de un embrión hasta la muerte del cuerpo físico se nos ofrece la mágica oportunidad de ser testigos de la orquesta de la vida. Como un viaje que se toma descansos mientras dormimos y termina con nuestra muerte.

Pero este viaje se ve interrumpido o condicionado ocasionalmente por enfermedades. Éstas nos perturban y dificultan nuestra oportunidad de disfrutar y aprehender de la vida.

Para el Ayurveda las enfermedades son vistas como desequilibrios. Los desequilibrios se pueden clasificar como cambios perturbadores en las “cualidades” naturales de nuestro cuerpo, mente y consciencia. El Ayurveda reconoce cualidades presentes en todo el universo. Naturalmente nuestro cuerpo tiene un peso, un color, un olor, una textura, etcétera…

Nuestras “cualidades naturales” se combinan con las del medio ambiente: o sea con la dieta, el estilo de vida, las estaciones del año y nuestros vínculos interpersonales. Esta interacción puede nutrir o perturbar nuestro equilibrio.

De esta combinación puede resultar el exceso de ciertas cualidades, como por ejemplo alguien que consume bebidas frías durante el invierno genera un exceso de frío y humedad en los tejidos de su cuerpo. Como resultado de esta interacción extrema con el medio ambiente, el cuerpo crea mucosidades en los pulmones para protegerse. En la mente de esta persona se puede generar el deseo espontáneo de tomar alimentos con cualidades picantes y astringentes, por ejemplo, una infusión caliente como un té de jengibre. De esta manera nuestros deseos pueden estar alineados con lo que nos equilibra y ser “deseos saludables”.

Nuestras células siempre saben lo que necesitamos y si pueden comunicarse libremente y estamos atentos a las señales internas que nos mandan, podemos ser parte de este “saber”. Un saber que colabora con la vida, que está en armonía con el universo.

Pero también hay otro tipo de deseos. Nuestras células pueden perder la capacidad de comunicarse correctamente. Esto sucede tanto por la presencia de toxinas (comida no digerida y acumulada en los tejidos corporales) como por la acumulación de ciertas cualidades en el cuerpo (en términos ayurvédicos: desequilibrio de los doshas). En estas circunstancias el desequilibrio puede extenderse hasta la mente generando “deseos enfermizos” destinados a aumentar aún más aquellas cualidades excedidas.

Siguiendo el ejemplo anterior (un desequilibrio tipo Kapha), ante un exceso de frío y humedad, en una persona con desequilibrios previos, se pueden sentir deseos de consumir productos lácteos y dulces, aumentando así las posibilidades de enfermar. El desequilibrio toma vida propia y también desea perpetuarse influyendo en la consciencia de quien lo alberga.

A veces nos escuchamos o escuchamos a alguien decir: “quiero tal cosa pero sé que me hace mal”, en estos momentos podemos inferir que habitan en la mente dos deseos antagónicos: el de “tal cosa” y el de no estar mal. Si la toxina llega al nivel de la consciencia el deseo parece solo correr en una dirección. Esto ocurre en todo proceso de enfermedad.

Y así es como el deseo por tabaco, alcohol u otras drogas tiende a perpetuarse en quienes tienen la consciencia pervertida por estas sustancias. Pero incluso en los casos más graves de adicción, la consciencia de la Vida aún continúa susurrando por lo bajo.

En el plano mental, el psicoanálisis, reconoce estas tendencias contradictorias como pulsiones de vida y pulsiones de muerte. El Ayurveda le da una explicación holística al origen de estas fuerzas.

Por todo esto es que para sanar utilizar solo medicación muchas veces no sirve más que como un parche que evita que veamos los síntomas que molestaban. Lo que necesitamos es tener firme determinación de sanar, realizar las desintoxicaciones adecuadas y vincularnos con un medio ambiente saludable para así poder superar incluso un estado de desequilibrio extremo.

Dr. Cristián Cervo


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