Este es un caso de la vida real. Una enfermera que utilizó sus conocimientos de patología (complicaciones severas de la diabetes), farmacología (modo de acción de drogas usadas en anestesiología como etomidato y atracurio) y de manejo de equipo médico (bombas de infusión).
En este post presentamos el caso y en el próximo comentaremos y explicaremos extensamente.
Asesinos sin conciencia. El caso de la muerte del cirujano cardíaco Dr. David Stephens
Encontró la muerte a través de la Compañía de Seguros"Encuentra la Vida"
Stephanie Tate nació en Bogalusa, Louisiana el 2 de diciembre de 1967. Bonita y coqueta, era considerada traviesa por su padres. Ya en su adolescencia, Stephanie era una belleza pero no tenía amigas, lo que su madre atribuyó a los celos de sus compañeras de clase. Stephanie era un frecuente objeto de rumores. Además, Stephanie ganó docenas de concursos de belleza pero no estaba satisfecha. Ella quería más que la vida humilde en su pequeño pueblo. Después de terminar la secundaria, Stephanie se casó a los 17 años de edad con Michael Kennedy, un empleado público. Los recién casados se mudaron a Hattiesburg, Mississippi. Pronto Stephanie y Mike tuvieron dos lindas hijas y poco después Stephanie ingresó al programa de enfermería en la University of Southern Mississippi.
En 1988, la enfermera colegiada Stephanie logró un puesto en el Forrest General Hospital. Ella trabajaba con un cirujano cardíaco llamado David Stephens. David tenía 52 años y había estado casado durante 34 años con su novia del colegio, Karen. Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que circulen rumores de que David y Stephanie tenían un romance. El romance logró que deje de contar con las simpatías de las mujeres en Hattiesburg, tal como sucedió en Bogalusa. La mayoría de sus colegas calificaba a Stephanie as una “zorra” o una “desvergonzada”.
Con el tiempo Karen se enteró del romance, cargó una pistola, se la colocó dentro de su boca y se enfrentó a David fuera de su casa. Karen se tropezó y accidentalmente se disparó ella misma en la cabeza. Su muerte fue dictaminada como accidental. Stephanie negó toda responsabilidad por la muerte accidental e ignoró todo rumor de que ella era en parte la culpable. En el mes de mayo siguiente, Stephanie se divorció de Mike y se convirtió en la esposa de David Stephens. El tenía 56 años. Stephanie tenía 33. Estaba fascinada por su nuevo estilo de vida, viviendo en una mansión, contratando a una nana para el cuidado de sus hijas, comprando caros automóviles y diamantes. Sin embargo, en 1999, David contrajo la Hepatitis C y fue obligado a renunciar de su puesto como médico y a devolver su licencia para la práctica de la medicina. Una terrible crisis financiera azotó a la familia Stephens. Pero aún, durante esta época a David se le diagnosticó diabetes severa. Stephanie atendió a su esposo lo mejor que pudo, pero el 1 de noviembre David falleció debido a sus enfermedades.
Etomidato, una droga muy utilizada en anestesia cardíaca. Duerme al paciente con poca variación de las funciones vitales (presión arterial, frecuencia cardíaca)
Stephanie llamó al juez de instrucción. Algo raro acerca de la muerte de David le preocupaba al juez instructor. Él ordenó una autopsia para comprobar una sobredosis de insulina. El informe toxicológico fue alarmante. No había insulina en la sangre de David pero habían altas concentraciones de una droga llamada etomidato, una droga utilizada en salas de emergencia para hacer dormir a los pacientes. La policía citó a Stephanie a la estación de policía de Hattiesburg para un interrogatorio. De manera ingenua, Stephanie negó conocer acerca de la droga. Ella era una enfermera y era altamente improbable que no supiera acerca del etomidato.
En julio del 2002, resultados de una nueva autopsia revelaron que se encontró atracurio en el organismo del doctor, una droga utilizada para paralizar los músculos durante la cirugía, que una enfermera podría fácilmente conseguir en los ambientes de un hospital.
Póliza de seguro Metlife
Los investigadores no consideraron la posibilidad de un suicidio, sin embargo revisaron sus documentos financieros y descubrieron que Stephanie trabajó duro para ganar un pago de $732,000.00 de la compañía de seguros MetLife en caso de que David muriera. No había evidencia de que Stephanie cometiera asesinato y no podía ser arrestada en ese momento. La comunidad de Hattiesburg tenía su propia opinión acerca de Stephanie, y se corrió el rumor de que ella era culpable de la muerte de David. Un año después, la inmutable Stephanie se casó con un ex carpintero,Chris Watts y gastó $80,000.00 en unas suntuosas boda y luna de miel. Una vez que escuchó las noticias Kristin, la hija de David, entabló un juicio civil y un juez congeló las cuentas de Stephanie. El día de su cumpleaños número 35, Stephanie fue detenida y acusada de asesinato.
Atracurio, droga utilizada en cirugía para que el paciente anestesiado no respire (parálisis de músculos respiratorios) y así tener un campo operatorio sin mucho "movimiento". Por si acaso, cuando esto ocurre el paciente está conectado a un ventilador mecánico
Stephanie sufrió el más largo juicio por asesinato que ocurrió alguna vez en Hattiesburg. Cientos de vecinos asistieron al juicio de Stephanie. El fiscal insistió en que cuando David se puso muy enfermo como para trabajar, Stephanie vio que su estilo de vida privilegiado llegaba a su fin. Entrando en pánico, ella obtuvo una póliza de seguro por su esposo y después colocó las drogas letales en la bomba de insulina de David. Una crucial testigo, Karen Burnett, dijo a la corte que Stephanie había admitido que mató a su esposo. El abogado defensor de Stephanie trató de convencer al jurado que David se había suicidado, pero su hija Kristin rebatió ese argumento.
Cárcel de mujeres en Estados Unidos
El 15 de septiembre el jurado halló a Stephanie culpable de asesinato. Stephanie insistió en que no mató a su esposo y que fue víctima de un pueblo que nunca la aceptó. El 14 de octubre del 2006, a la edad de 39 años, Stephanie murió de neumonía severa en el Central Mississippi Hospital justo en las afueras de Jackson, Mississippi. Después de haber cumplido sólo dos años de su condena a cadena perpetua en la prisión Central Mississippi Correctional en Pearl, Mississippi, Stephanie nuevamente escapó a asumir la responsabilidad por su patológico modo de ser.