Este popular dicho cobra hoy un significado especial en Ebanistería Barradas. Y es que hace unos días nos avisaban del derrumbe de un antiguo corralón abandonado. Y allá que fuimos, invitados por sus dueños, a recoger cualquier pieza de madera que pudiera sernos de utilidad.
Con tan sólo pasar las yemas de los dedos por las vetas profundas de su madera de pino, se puede sentir el paso de los días y las noches, las gotas de lluvia, los copos de nieve, los rayos de sol. Sus goznes salientes y sus rejas oxidadas atraen todas las miradas. A veces nosotros mismos nos sorprendemos de la belleza que encierran las cosas más viejas.
Esta ventana no sólo merece que la devolvamos a la vida. Merece que su encanto, su magia y toda su personalidad ocupe un lugar en el que poder descansar, guarecida, y mostrar, orgullosa, los surcos de su vejez.Éste es el nuevo paciente de la Enfermería del Arte para el que nuestros ebanistas han diseñado un plan. Pronto os daremos los detalles de su recuperación. Y cuando terminemos, la palabra “vintage” y nuestros amigos de Etxekodeco, Los apuntes de Paula y Olaimar Decor, van a saber lo que es bueno. ;)
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