Revista Religión
¿Ledemostró alguien a usted alguna vez cómo hacer la señal de la cruz? ¿Le enseñóalguna oración? ¿Alguna persona le explicó que había un Dios y le habló deJesucristo? Todo eso le pasó a Jorge cuando era niño. Por medio de otros, Diosbuscó a Jorge, y dispuso que le hablaran de Él, que lo iniciaran en unarelación con Él, para que Jorge supiera que podía contar con un Dios que lohabía creado y lo amaba.
Y luegoDios esperó. Esperó que Jorge lo buscara, que se le acercara, que hicieraamistad con Él. Que el buscado, comenzara a buscar.
Pero Jorgese distrajo. Ocupó su mente y dirigió su vida hacia otras cosas más palpablesque aquel Dios de quien le habían hablado.
Y sedesvió. Primero un poco y después bastante. Dios se le fue quedando muy lejos,y llegó un momento en que se olvidó de Él.
Jorge habíaconstruido su vida alrededor de sí mismo, con autonomía absoluta y total,eliminando toda injerencia exterior a él mismo, incluso la de Dios. Se habíaadueñado totalmente de la vida (finca) que le habían confiado.
¿Conoceusted a alguien así? Examinando su propia vida, ¿tendría ésta alguna similitudcon la de Jorge? En el evangelio de este domingo (Mateo 21,33-43) el Señornarra una parábola sobre un hombre que preparó cuidadosa y amorosamente unafinca (viña) y luego la arrendó a unos labradores.
Habiendoinvertido tanto amor en aquel terreno, el hombre esperaba que diera buenosfrutos.
Pero no fueasí. Los labradores hicieron con él lo que les dio la gana, apropiándoselogroseramente, como había hecho Jorge con la vida que Dios le regaló.
Nuestravida es un tesoro que Dios nos ha confiado. Él nos creó para amarnos y para queasí con su amistad y apoyo, fuéramos felices. La enseñanza del Señor esperfecta, Y da nueva vida Los preceptos del Señor son justos, Y traen alegríaal corazón. (Salmo 19).
La preguntade hoy¿Cómo hacerpara recuperar la relación con Dios y la paz? Estamos a tiempo de recuperarplenamente nuestra felicidad y nuestra esperanza. Sólo tenemos que percibir lacercanía de Dios y disponernos a dejarnos amar hasta el fondo. San Pablo, hoymismo, nos dice cómo hacerlo: “El Señor está cerca, no se angustien por nada;en lo que sea, presenten ante Dios sus peticiones con esa oración y esa súplicaque incluyen acción de gracias; así la paz de Dios, que supera todo razonar, custodiarásu mente y sus pensamientos por medio del Mesías Jesús” (Filipenses 4,6-9).
No hacefalta la angustia. Sólo necesidad y confianza. Necesidad para pedir y confianzapara recibir.
Es todo loque necesitamos.
Abandono yagradecimiento. Y éste será el fruto: que Dios nos haga capaces de amarnos anosotros mismos y a los demás sin que se lo merezcan.
¿Se imaginausted una persona que se ame serenamente a sí misma y a los demás sin quetengan que merecerlo? No hay auto-rechazo, no hay rechazo a nadie. ¿Qué queda? Yrecuerde: “Lo difícil no es empezar, sino volver a empezar. Y sólo los quevuelven a empezar... acaban”.
Por LuisGarcía Dubus –Santo Domingo –Listin Diario