Si se cambia la forma de votación se cambia el resultado. Tranceferencia tuvo la suerte (o la desgracia, visto lo visto) de presenciar la última ceremonia de entrega de premios de la prestigiosa revista inglesa Dj Mag. El evento tuvo lugar en la Passenger Terminal de Amsterdam, siendo la primera vez que esta fiesta se celebraba fuera del Reino Unido (aunque, por supuesto, tuvo su réplica)... y vaya idea.Un par de días antes de salir, mi compañero de viaje y yo estábamos navegando en busca de algo que hacer la noche previa del leitmotiv del viaje: la Armada Night. Así descubimos este evento, cuyo cartel tampoco era de excepción, pero que sin duda traería grandes momentos. Especialmente a la hora de elegir el nuevo número uno. En tierra de Armin van Buuren. Fedde Le Grand, Markus Schulz, David Guetta y el exnúmero uno eran las estrellas de tan insigne celebración.
Pronto, sobre las 22:30 horas, ya estábamos dentro del recinto. Muy poco gente e, igualmente, ambiente tirando a pijo. Aunque el entorno de la cabina se mantenía como punto de encuentro y reunión de los más interesados en la música, sea cual fuere. Lo más grato de ese ambiente inicial fue cruzarse con Roger Shah o Carl Cox por los pasillos o echarse un cigarro junto a un Orjan Nilsen rodeado de gente.
Mientras tanto, en la pista, salía a escena uno que ha subido bastante en la nueva clasificación: Fedde Le Grand. He de reconocer que sentía curiosidad por ver al francés en escena. A los cinco minutos de estar allí ya me estaba preguntado por qué esa curiosidad. Jaus barato barato, del que llega a rozar con ritmos reggetonianos... en un campo nabos.Su sesión se nos hizo extremadamente larga. Suerte que a los 20 minutos de empezar la cuenta atrás ya estaba en marcha. 100... Bois Noize. Ya solo quedaban 99.
A ritmo de un número cada 3-4 minutos, iban apareciendo nuevos nombres. Rápidamente, algo nos llamó la atención que, a la postre, serviría de premonición. Puesto 99: Leon Bolier, baja 31. "Menuda host...", pensamos. Esa iba a ser la tónica toda la noche, ver a tranceros de la "vieja escuela" y maestros del techno precipitarse hasta el fondo de la lista.
El número 89 merece una mención aparte. El español Juanjo Martín aparece en las pantallas casi gigantes. Servidor le brindó una ovación, ya que nadie estaba mirando la pantalla de las mil y pico personas que allí habían. Y por sentimiento patrio. Andreu, mi compañero de viaje me preguntó mientras mantenía el aplauso en alto: "¿Quién es ese?". Mejor no pongo la respuesta, pero los buenos tranceros opinaréis igual.
Con la lista aún por encima de 60 saltó el hasta ese momento todavía número uno del mundo. Pinchando en casa, Armin van Buuren fue recibido con los brazos abiertos por el público. La sala aumento considerablemente en número de personas, pero siempre lejos de llenarse (3.000 seres). Con él, por fin, empezaban las buenas melodías mientras la lista reanudaba su cuenta atrás.La sesión del holandés fue francamente parecida a la que se marcó en Klubbers Meeting o Creamfields. Trance de poco nivel, de poca conexión con el público, cargado de sonidos jaus y de breaks un tanto infructuosos. Aún así Armin jugaba en casa y el público, en su inmesa mayoría nativo, se rindió a sus pies.
Fue durante su sesión cuando nuestras mentes sagaces se pusieron a funcionar. Claro si Armin pinchaba primero y Guetta después... el pescao estaba vendido. Le daba el relevo en su propia casa a un foráneo. Le pasaba el testigo al hombre al que Armin se ha vendido. Y ahora explico por qué, pero primero, la reacción del público, que creo que este vídeo deja muy clarito...
Tras vivirlo no puedo dejar de destacar la maravillosa actitud del holandés. En mitad del abucheo (no general pero si mayoritario) agarró el micrófono y empezó a pedir un aplauso para Guetta, que era un gran día para todos y sobre todo para David y que lo disfrutáramos. Como si de Jesucristo se tratará, todo el mundo empezó a aplaudir... no se sabe a quién o qué exactamente.
Acto seguido empezó la sesión del nuevo número uno, con más de un gesto innecesario del público. Por ejemplo, que el francés levantará su mano derecha en un break y hubiera más dedos anulares en alto que brazos acompañando el subidón. Pero sesión que demostró empíricamente porque Guetta es nuevo número uno y Armin nuevo número dos. Y con razón.
Porque tras ver hora y media de Armin y hora de Guetta del tirón, queda muy claro que "se han robado" cada uno. La sesión de Armin estaba cargada de breaks "fallidos" y sonidos jaus. La sesión de Guetta, solo con una vocal (nueva versión del 'Love don´t let me go') gozó de unos breaks mucho más poderosos que los de Armin. Eso sí, con sonido jaus.Y esa era la misma conclusión de muchos proto profesionales del mundo de la electrónica con los que tuvimos la oportunidad de dialogar durante aquella formidable noche. Pertenecieran al género que pertenecieran. De estas conversaciones siempre salían las mismas conclusiones: el momento mezcla que vive la electrónica de baile. Y sobre la pista se comprobó empíricamente. Ya casi al final de la sesión Andreu me comentó algo que me llegó al alma: "quieras o no, Guetta lo está pasando mal". Y es que el ristre de anulares en alto no se detuvo en toda la noche. Decía Arnej en su Facebook que la gente no debería hacer grupos para cargar contra el francés. Somos nosotros los que hemos perdido la esencia, empleemos esa energía para mejorar y volver a lo que realmente nos hacía vibrar. Yo suscribo al 100% palabras, Guetta no ha hecho nada malo a nadie. Al revés, ha conseguido mover a más gente que nadie de ahí esta situación.
Y para demostrar hasta que punto Guetta estaba "sufriendo", no hay más que ver su final. Bueno, su no final. Ya que de repente nos miramos y gritamos "¡ESTO ES TRANCE!". Deberíamos haber mirado la cabina primero, ya que cuando nos acercamos vimos que ya no estaba el rubio pinchando, sino Markus Schulz, que se marcó su clásica sesión de mainstream.
Lo mejor de ese final fue poderse echar un bailoteo al lado de un gigante (en todos los sentidos) como Carl Cox, camuflado entre la multitud. Os recomiendo ver el vídeo y observar el gesto del británico antes break del tema que se estaba pinchando Schulz... la guinda perfecta a noche que dió mucho de sí. Dos apuntes: Tiësto número tres (mi abuela me solía decir lo importante no es llegar sino mantenerse) y el subidón exagerado del dubstep (pero creo que no merece la pena comentarlo).
Gracias a Andreu por los testimonios visuales y por ser tan buen colega.