Llevo un par de años siguiendo a Tom Hardy como actor y he de reconocer que poco a poco me ha ido gustando más aunque su mejor actuación hasta la fecha sigo considerando su papel en Warrior. No es un actor que haya sido reconocido en premios pero si se ha enfatizado su papel en varias cintas recientes como la sorprendente Locke que tenía unas expectativas realmente bajas hacia la cinta y demostró todo su potencial durante 80 minutos en un coche. En esta ocasión se nos presenta a un director que apenas ha dirigido una película y ya se llevó nominación a los oscar en su año, pero en esta ocasión se pasó al lado norteamericano donde ha dirigido y ha sacado lo mejor tanto de Tom Hardy y Noomi Rapace como del gran James Gandolfini quien adolece ver su In loving memory of James Gandolfini como obra póstuma del actor. La cinta quizás donde más sorprende es donde puede llegar a fallar al relacionarla con el público porque no es una obra de mafias como podríamos ver al uso ya que es muy pausada y todos los detalles están bien explicados aunque algún flashback para explicar cierta situación no habría estado nada mal a mi parecer. Cuando hablo de que no puede relacionarse es porque aun durando 100 minutos la cinta no controla el ritmo como debería ser y los detalles y giros no sorprenden tanto ya que a medida que los minutos pasan las cosas las vas viendo venir. Con esto quiero decir que aunque su guión está cuidado al detalle no termina de emocionar o sorprender por su historia que no es nada novedosa pero en cierto modo puede llegar a envolver gracias a su interesante fotografía en una atmósfera realmente oscura similar a la mostrada en otras cintas del género.
La banda sonora no termina de llegar a calar en el espectador ni con el tono de la cinta y la dirección hubiera estado mejor si hubiera dotado de esa personalidad que dicen muchos que demostró Roskam en Bullhead. No es arriesgada en cierto modo y cierra bien la historia pero aunque su tercer acto es el que más vale tampoco resulta tan impactante como otras obras del autor de dicha entrega, es decir, Mystic River, Adiós pequeña adiós y Shutter Island quienes se ven potenciadas gracias al riesgo que toman cada una de las historias, la originalidad y la entrega de algunos diálogos que aquí también se solventa bastante bien con humor en ciertos momentos por parte de Gandolfini pero le falta esa personalidad que tenían Eastwood, Affleck o Scorsese.
En definitiva, La entrega es un buen thriller donde la ley del más fuerte es la que da para sobrevivir y donde el sueño americano está presente, no la consideraría de lo mejor del año a mi parecer ni tan grande como la valora la crítica profesional pero si valoraría que en una historia sencilla encaja bien las piezas a fuego lento para ver brillar a un trío actoral verdaderamente inmenso que aumenta el nivel de la cinta hasta límites insospechados.
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