Una tarde de Agosto, más de treinta grados a la sombra, me dirigí a los estudios centrales de una conocida radio.
Me recibió una recepcionista de generoso escote, gafas de pasta y coleta rubia. La pedí el whatsapp y un vaso de agua fresca con una sonrisa.
Me pasó a una sala de espera con revistas demasiado viejas y unos cuantos periódicos ,del día, que me sabía de memoria. El hilo musical era Sacred Spirit, gritos de indios, me relajan y motivan, era buena elección.
Salió a recibirme una mujer atractiva cercana a las cuatro décadas, me da la mano, yo pensaba darle dos besos, me quedé con las ganas y el molde.
Sus ojos me miraban fijamente, su dicción era buena, muy diferente a la mía. Me invitó a sentarnos en dos sillas ergonómicamente correctas. Me gustaban sus labios y sus pómulos, me lo callé.
La conversación fue, más o menos, así:
- Buenas tardes Carlos, encantada de recibirte.
- El placer es mio Sandra,no tengas la menor duda- sonrío pícaramente
- Por teléfono me dijiste que estabas dispuesto a responder a todas las preguntas, ¿es así?
- No tengo miedo a ninguna, no tengo más miedo que el que me provoca la incertidumbre- respondo con la intención de hacerme el interesante.
- Dices que eres escritor y no has publicado nada, ¿no es un poco confuso eso?
- Totalmente de acuerdo, digo que soy escritor para ligar, es como lo de las gafas de pasta que llevo, puro atrezzo. Bueno, para tu tranquilidad te diré que publicaré algo pronto.
-¿Si?vaya, ¿se puede saber de que se trata?
- No mucho. Digamos que tengo un proyecto coral solidario, uno individual casi-biográfico y otro con mi gran amiga Michelle Sánchez, una ilustradora impresionante. Me ilusionan las tres cosas, daremos que hablar.
- ¿Qué piensas de los escritores que conoces personalmente?
- Tengo comprobado que los que menos te dan la chapa son los mejores, solo los mediocres te llenan tu muro de Facebook con su mierda repetida y tienen la obsesión de hacerse notar como queriendo decir : ¡soy chupi!.
Hay mucha calidad y quizás echo en falta algo más de humor. Veo a la gente muy trascendental.
- Se comenta que eres muy prepotente, demasiado chulo, y que siempre presumes de gran conquistador, ¿es cierto?
- Bueno, soy irónico, muy chulo y mejor conquistador de lo que digo, peco de modestia.
- ¿Por qué la mayoría de tu público es femenino?
- Porque tienen mejor gusto que el masculino, obviamente.
- Nunca te mojas hablando de política...
- Si lo hago, son el mismo perro con distinto collar, misma mierda. Todos huelen mal, hasta que no se quite el olor a podrido no volveré a votar.
- Has vivido años en Cataluña, ¿qué piensas de que quieran ser independientes?
- Siempre he sido muy bien tratado allí, no tengo queja. Creo que si lo hacen por el lado político es legítimo, aunque no creo que sea la panacea para salir de todos sus males. Si respetan la Constitución y la voluntad mayoritaria de su pueblo.. que procedan. Me jode por la selección de basket, sin Navarro y los Gasol lo llevamos jodido.
- Alguna vez recibiste algún correo acusándote de homófobo y de misógino. ¿algo que añadir?
- Tengo poco tiempo para responder a ignorantes, si lo tuviera les enviaría una foto riéndome.
- ¿Cuáles son tus influencias?
- Tengo muchas. Me gusta la música de Arjona, Sabina, Melendi, el rock (preferiblemente en español), la clásica, la música celta...
En cuanto a literatura me quedo con Saramago, Benedetti y Jardiel Poncela.
De mis personajes admirados escojo a Groucho Marx , House y al enano de "Juego de Tronos". También me influye el tiempo, la regla y mis fobias.
- ¿Tienes fobias?
- Si, a los caniches y a los ornitorrincos. Es algo terrible.
- Volvamos a la literatura, ¿qué esperas de ella?
- Emular a Hank Moody, dar un pelotazo y vivir de las rentas toda mi vida. También quiero la paz del mundo.
- Tienes un blog que no lee nadie, ¿por qué presumes de él?
- Es como un hijo cabrón, te da dolor de cabeza pero es tuyo y además sé que cumplo con la gran función social de proporcionar alegría a la gente.
Aprovechando una pausa disimulé como si me fuera a atar el zapato para ver las piernas de la inquisidora verbal y vi ,debajo de la mesa ,una mata de pelo blanca - ¡coño, un caniche! - golpeé la mesa al levantarme rápido y huí despavorido de aquella infernal entrevista donde me desnudaron sin coito y me atemorizaron con esa criatura del infierno. Todavía tengo pesadillas.