(Photo credit: Wikipedia)
Entre otras cosas, eso será lo que os deje para hoy. Con la menor cantidad posible de palabras mías; una lección que tomo en cuenta todos los días en mi vida, desde hace años. Cada maestro la enseña a su manera, siempre que sea bueno enseñando.
Por eso os dejo con la persona que más auténticamente lo ha expresado a lo largo de su vida, con todos sus actos y con su legado al mundo. Un actor, un artista marcial, un filósofo.
El motor que inspira y alienta los sueños de miles de personas. La personalidad indomable que muchos quisieron hacer suya: Bruce Lee.
Pequeña introducción: Bruce Lee, el Jeet Kune Do y Krishnamurti
En este primer vídeo, podemos observar que Bruce no solo trabajaba en su excelente condición física. Trabajaba en su interior: autoconocimiento, autoaceptación y autoexpresión; las tres lecciones que transmitimos desde La Vida es Fluir desde el inicio de las andaduras de esta casa. Cimentaba su pensamiento y canalizaba la fuerza de su espíritu y mente para darle a su cuerpo el tiempo necesario para recuperarse.
Se contemplaba como un Todo. Buscaba en sí mismo, no fuera de sí mismo.
Entrevista a Bruce Lee en tres partes
En esta entrevista en tres partes, Bruce nos comparte su forma de pensar y su forma de enseñar. Lo que él hace no es sino incitar, inducir, introducir a una persona a las diferentes maneras en las que puede expresarse a sí mismo, en todo momento. Resumió muy bien este pensamiento en la frase “no tener estilo como estilo, no tener limitaciones como limitación”. Su propia esposa cree que la gente malinterpreta esas palabras.
Cuando Bruce dijo eso, afirma ella, pensaba seguramente en decirle a la gente una cosa distinta a la que ellos entienden. Sentencia que la mayoría piensa que puede hacer cualquier cosa y que lo que sea que haga estará bien… Y dice que Bruce pensaba justamente algo bastante alejado de eso: en no tener que llegar a la situación donde solo pudiese haber una única respuesta.
En esta entrevista, comparte con nosotros sus pensamiento más íntimo.
Y aquí, queridos míos y queridas mías… Una persona que ha seguido sus enseñanzas. En cierto sentido, puesto que no proviene de los mismos orígenes que Bruce. En el propio vídeo lo cuenta: Jackie aprendió lo que sabe gracias a la escuela de ópera china.
Chan in his Hollywood breakthrough film Rumble in the Bronx. (Photo credit: Wikipedia)
Pero la lección es que, mientras que muchos intentaban ser Bruce Lee… Jackie Chan solo quiso ser Jackie Chan. Solamente ha sido Jackie Chan (o un stuntman más) todos estos años.
Ante la pantalla y cuando toma el rol protagonista, Jackie es un tipo cualquiera metido en embrollos al azar por casualidades de la vida… Un tipo común y corriente (a veces no tanto) que tiene una habilidad y sabe cómo utilizarla. Que tiene versatilidad a la hora de emprender acciones, que acaba metido en líos y sabe salir de ellos. Que puede utilizar todo lo que le rodea… Aunque no sea un tipo de acero, y como a todos, los golpes le duelan.
Por eso una parte de lo mejor que tienen sus películas no es solo el momento de verlas por el elemento cómico que ya llevan incluido; sino el quedarse a ver las tomas falsas de después (si las hay o se puede disponer de ellas).
Jackie se arriesga tanto para brindarnos su tan característico estilo de acción y humor que ninguna compañía aseguradora le cubre ya los riesgos, prácticamente. Se ha roto varias veces la cabeza, la mandíbula, un hombro, casi todos los dedos de las manos y la nariz en tres ocasiones, porque renuncia al uso de dobles para sus escenas.
El resultado está más que claro: todos lo conocemos ahora, gracias a sus películas y su acción humanitaria en especial… Pero lo conocemos como Jackie Chan.
No como “el segundo Bruce Lee: Jackie Chan”.
Con la esperanza de que este gesto siga encaminando a las personas a su liberación… En vez de a la tumba por arriesgarse más de lo necesario.
Kheldar