La era de la información relanza negocios centenarios

No podemos negar que hoy en día, estamos en plena era de la información. Quien sabe, tal vez ya estemos en proceso de cambio a la próxima época. Fue la tercera revolución industrial, la revolución digital, el hito histórico que nos hizo saltar  de la industria más profunda a la globalización informativa inmersa en un mundo de últimas tecnologías. Si bien tiene sus antecedentes en tecnologías como el teléfono, la radio o la televisión, etc. hicieron que el flujo de información se volviese más que inmediato.

Es un cambio asimilado en pocos años, incluso las personas nacidas en los 80, pueden aún recordar algunas pinceladas de la forma de vida que teníamos antes de que estas tecnologías se adueñaran de nuestras vidas por completo.

Y es que, ¿en qué nos afecta a nuestra vida diaria? Desde la forma de gestionar nuestro ocio en el que podemos viajar por todo el mundo de una forma más sencilla, segura y barata, pasando por las costumbres del día a día donde solo podemos añorar muchos recuerdos de nuestra adolescencia que nos encantaría poder seguir haciendo  como estos, hasta los cambios generados en el entorno laboral actual.

Quien iba a decir que iba a existir una ingeniería informática, carrera con la que te puedes colocar en cualquier parte del mundo, o que el puesto de Community Manager iba a ser tan demandado por las empresas como lo es a día de hoy. Se trata de nuevas profesiones que se están haciendo un hueco en la llamada tercera revolución industrial, o por no hablar casi de la cuarta,  ya que estamos entrando en casi una nueva dimensión  con una nueva eclosión de la tecnología integrada de un modo sin precedentes en nuestras vidas, más todo lo que está por llegar y llegando. Una revolución en toda regla y que está cambiando día sí y día también los pilares de nuestra economía. Pero aun así, siguen habiendo profesiones “de las de toda la vida” que siguen siendo rentables, e incluso que vuelven a ponerse de moda entre los nuevos emprendedores, quienes las llevan un poco más allá, y como no iba a ser de otro modo, llegan a la red de redes, a Internet.

El reloj, el eterno acompañante…

El reloj, por ejemplo, un artículo de ayer y de hoy que siempre será necesario en la forma en la que sea, para medir el tiempo: el reloj de sol, el reloj de arena, el reloj de cuerda, el de pared, el reloj digital, los integrados en diferentes aparatos tecnológicos…, son mil y una formas en la que el reloj nos acompaña a lo largo de la historia. ¿Qué fue de aquellos joyeros especializados en relojes? Desde la aparición del reloj digital, parece que su importancia se ha relegado a un segundo plano, sin embargo,  portales en Internet como Chrono24, han querido revivir el antiguo espíritu de un reloj clásico y han llevado su venta al sistema más moderno y tecnológico que la era de la información conoce hasta el momento: Internet.

Este es un claro ejemplo, de que los negocios antiguos, aún hoy en día, inmersos en una época mucho más avanzada, hacemos uso de las nuevas tecnologías para divinizar un producto clásico al que años atrás no le hubiéramos dado ni un atisbo de importancia.