Revista En Femenino
Sinceramente, no sé por dónde empezar, pero el artículo publicado en el Magazine de El Mundo, periódico español que muchos considerábamos medianamente serio, deja mucho que decir, y que desear.
Podríamos empezar con el título, ¿Por qué no? "¿Madres o Vacas? Lactancia Natural: La Era de las Madres Vaca". En la blogosfera maternal, y en grupos de madres lactantes, frecuentemente surge el lema o algún comentario diciendo que somos mamás-vacas, pero esto siempre ha sido en términos ligeros, simpáticos, cariñosos y jocosos; nunca buscando insultar a nadie, ni denigrar a las vacas, ni ofender a mujeres lactantes.
Desde que soy madre lactante, siento cada vez más empatía por las vacas lecheras, por como he leído que son tratadas por las empresas lácteas, por cómo deben sentirse al ser separadas de sus terneritos, y enchufadas todo el tiempo a extractores sin piedad, para luego ser sacrificadas. De hecho, luego de ahondar más sobre el tema de los lácteos y todos los daños que producen, además de las indignas condiciones en los cuales son procesados, he disminuido hasta casi eliminar los lácteos de nuestra dieta.
El artículo comienza reforzando y denotando como normal, dos de los mayores y más extendidos mitos sobre la lactancia, sobradamente refutados científicamente, cuando citan a Lidia Cutro diciendo: "Cada tres horas yo miraba el reloj y decía: '¡Dios mío, otra vez esta tortura!'". Como muchos sabemos, una manera de garantizar el fracaso de la lactancia materna, es dar el pecho con horario, y luego: si esta señora consideraba que amamantar fuera una tortura cuando la naturaleza ha ideado que alimentar a nuestras crías sea una experiencia placentera, seguramente no había recibido apoyo y asesoría adecuados para poder superar sus dificultades.
Continúa comentando que "el personal sanitario que la rodeaba intentó que lo hiciera [continuar amamantando] a toda costa sin tener en cuenta que estaba al borde de la depresión." La manera en la que Carmen Machado, la periodista que ha escrito este artículo, ha elegido redactar este trozo, deja entrever esto como un hecho negativo o casi una mala praxis, cosa con la que estoy totalmente en desacuerdo porque si miramos un poco la fisiología de la lactancia, y los estudios de madres con depresión postparto, vemos que ésta suele acrecentarse al abandonar la lactancia. El amamantamiento más bien contribuye a evitarla, porque la liberación de oxitocina que se produce mientras lactamos a nuestras crías, produce una sensación de tranquilidad, placer y facilita la conciliación del sueño por parte de la madre y del bebé. ¿Resultado? Mayor descanso y calma para los dos. El truco está en saber que las dificultades que se presentan durante la lactancia materna, que sí las hay, son pasajeras, y pueden resolverse la gran inmensa mayoría de las veces, con ayuda de otras mujeres que han amamantado y las hayan superado. Para eso están los grupos de apoyo, las matronas pro-lactancia materna, las doulas, y las asesoras de lactancia certificadas.
Luego cita los estudios de la Asociación Española de Pediatría, que refieren que el 80% de las mujeres tienen deseos de iniciar la lactancia materna luego de parir, y que esta cifra disminuye al 68% a las seis semanas, y casi a la mitad al llegar a los tres meses. Se le escapó un detalle, Señora Machado: Comenta que según los profesionales sanitarios, la causa podría deberse a la falta de información de las madres o en sus creencias erróneas de que no tienen suficiente leche, o que su leche sea de mala calidad. No se ha preguntado, Señora Machado por qué sucede esto, y no ha propuesto ninguna solución, ningún modo de prevención del abandono, ninguna ayuda, ninguna esperanza. A mi parecer, no ha cumplido tampoco con la labor periodística de presentar un artículo con información ecuánime, equilibrado e imparcial. Simplemente se ha cruzado de brazos - ¡no! mejor dicho - se ha jactado en su artículo, de enumerar y reforzar descaradamente precisamente aquellos mitos que han dificultado a tantas mujeres el alcance de esa meta: amamantar a sus hijos.
Un poco más abajo, la misma madre que no pudo seguir dando el pecho por tantos problemas, comenta que al decirle a su médico que su meta era arribar a los tres meses porque era el plazo dentro del cual tendría que reincorporarse al mundo laboral, éste le respondió sugiriendo que podía extraerse su leche y congelarla, para luego dársela a su bebé durante su ausencia, y que aquello aumentó sus niveles de estrés. Estoy segura que no soy la única que ve un problema bien gordo aquí. Muchas veces hemos comentado lo absolutamente anormal que es que una mujer tenga que reincorporarse al trabajo teniendo un hijo de tan solo 16 semanas de edad, que es la duración de la baja maternal en España, mientras que lo recomendable por la OMS es que el niño se alimente exclusivamente del pecho de su madre hasta alcanzar un mínimo de 6 meses de edad. En otros países, como en Noruega, se respeta mucho más la necesidad del dúo madre-bebé de estar juntos, y allí gozan de una baja maternal, a mi parecer normal (no ideal, léase bien: normal), de 52 semanas de duración. ¿Resultado? Una tasa mínima de morbilidad infantil. Los niños se enferman menos, las madres se sienten amparadas y se dedican a sus hijos. Se disminuye el ausentismo laboral, y se adquieren un sinfín de beneficios a corto, mediano y largo plazo para la sociedad.
¿Acaso no se dan cuenta de todo lo que acarrea la reincorporación prematura de la mujer al mundo laboral, interrumpiendo el indispensable continuum con su bebé? No sólo hablamos de la lactancia per se, sino de todas las implicaciones de separar madre e hijo: Mayor riesgo de padecer enfermedades tanto en la madre (cáncer de mama, de ovario, diábetes, osteoporosis, depresión postparto por nombrar unos pocos) como en el niño (asma, obesidad, problemas respiratorios, enfermedades del tracto intestinal, muerte súbita, entre muchas otras).
Podría encontrarle mil analogías a esta ilógica comparación de una mujer con una vaca, por el simple hecho de compartir la clase de mamíferos. ¿Es acaso un insulto llamarnos animales, cuando pertenecemos a ese reino? ¿Es acaso la producción de leche un proceso que sólo ocurre en las vacas? Pues no, todos los mamíferos producimos leche con los requerimientos nutricionales - y emocionales - exactos para satisfacer las crías de nuestra especie. ¿No es acaso más vaca, si así pudiera llamársele, la madre que da leche *de vaca* a su hijo, en lugar de la que por derecho le corresponde - la leche de su propia madre?
¿Es más esclava la mujer que duerme con su hijo y le da el pecho a demanda, sin moverse ni despertarse por la noche, o la que se levanta mil veces cada noche a preparar biberones, ir a dárselo al niño, y a las pocas horas empieza su día lavando todos los implementos que ha ensuciado la noche anterior? ¿Y de quién es esclava la madre que da el pecho? ¿De su bebé? ¿Y por qué tenemos que ver eso como esclavitud?
Creo que todas sabemos más o menos en qué nos estamos metiendo cuando decidimos devenir madres. Traemos al mundo a una personita que nos dará inmensas alegrías y valiosísimos aprendizajes, pero que durante sus primeros años es un completo desvalido. No puede hacer nada por si solo, ni comer, ni dormir, ni asearse, ni comunicarse verbalmente. Sin embargo, somos más completos al nacer de lo que creemos; sabemos comunicar lo necesario, y la naturaleza nos ha dotado de mecanismos hormonales para coadyuvar en esa comunicación no verbal. ¿O les parece casualidad que los pechos de una madre goteen justo cuando su hijo llora o tiene hambre aunque esté lejos de él, y ni lo vea, ni lo oiga? ¿Será casualidad también que la lactancia materna dé a la madre una sensación de placer y alivio similar a la que experimentamos luego de un orgasmo? Bien. Pues todas esas cosas denotan sacrificio y esclavitud. Me quedó claro.
¿Y la otra opción, la lactancia artificial? En caso de recurrir a ella, hemos de reflexionar ¿entonces de quién seremos esclavas? ¿O es que la esclavitud es sólo reflejada cuando una madre hace lo normal, natural, instintivo, tradicional, fácil, ecológico, económico y más recomendado médicamente? ¿No será más bien que las madres (con todo mi respeto) que recurren, por cualquier razón a la lactancia artificial son esclavas de las multinacionales que comercializan las fórmulas lácteas? ¿Acaso no se dan cuenta de que la alternativa que nos haría "libres", según esta señora, es precisamente aquella que nos hace perder todo el control? El control sobre lo que ingieren nuestras crías, ¿o no han leído sobre los incidentes hechos públicos recientemente, en los que la salud de los bebés se vio seriamente afectada, incluso causando la muerte de diversos bebés, gracias al consumo de fórmulas lácteas? Al menos las que damos el pecho sabemos más o menos lo que le proporcionamos a nuestros hijos, al menos sabemos que si se enferman, se recuperarán mucho más rápidamente, y que tendrán menor probabilidad de deshidratarse, entre muchos otros beneficios.
Al menos las que damos el pecho tenemos la libertad de abrirnos la blusa y calmar a un hijo, de nutrirlo, o dormirlo, sin depender de toda la indumentaria necesaria para alimentar artificialmente a un bebé humano - con leche de otra especie. ¿A cuántas mujeres nos han dicho que el niño usa el pecho como chupete? ¿Y qué vino primero, el pecho o el chupete? ¿No será más bien que muchas mujeres hemos intentado, o logrado "engañar" a nuestros hijos para que cojan "de pecho" un trozo de látex?
Se ve de lejos, que esta periodista no ha querido ahondar, por alguna razón, en los temas que ha tocado en su artículo. De haber realizado una adecuada investigación bibliográfica, se habría topado con cantidad de artículos que pueden "afirmar categóricamente que los niños criados con biberón tendrán un peor desarrollo físico, cognitivo o afectivo que los criados al pecho".
Repito lo que he comentado muchas veces en mis reflexiones: Tenemos un grave problema de semántica, la lactancia materna es el default, el estándar, lo normal. No es buena, ni recomendable, ni ventajosa; simplemente el siglo de publicidad de fórmulas lácteas se ha encargado de lavar hasta tal punto el cerebro de la sociedad que nos ha hecho creer que lo normal es el biberón, y ahora le toca a las asociaciones de pediatría y a la OMS intentar convencernos de que el pecho es mejor. Pues no lo es. La lactancia artificial es peor. Así de simple.
La lactancia artificial, que esta señora parece apoyar, desde su visión sesgada de la lactancia, es la cuarta mejor opción alimenticia para un niño en edad lactante. Entonces tendríamos que preguntarnos, conociendo esta información, ¿quién de nosotros elegiría darle a su hijo, no un alimento de segunda, sino uno de cuarta categoría, encima a sabiendas, y para colmo pagando por ello? No sólo es un alimento de cuarta, es un boleto de no retorno a todas las enfermedades que se han asociado con su consumo hasta la fecha. No las enumero para no aburrir.
A mi parecer, las imágenes que han utilizado para ilustrar el reportaje son el colmo del mal gusto. Creo que no concuerdan en lo absoluto con el concepto que quieren dar de que las madres lactantes somos vacas, esclavas, y todo lo demás. Por otra parte, si miramos un poco más allá, vemos a una mujer con un cuerpo súper sexual, en poses casi pornográficas, sujetando a un bebé sin apenas tocarlo, sin demostrar el más mínimo apego ni afecto hacia él. ¿Realmente El Mundo cree que las madres lactantes somos así con nuestros hijos? Y aquí no estoy comentando nada acerca de las madres que eligen, por cualquier razón dar el biberón a sus hijos, estoy segura de que los quieren y tratan con muchísimo afecto también - simplemente me llama la atención cuán sexual y desapegada es la pose de la mujer que tiene a un supuesto hijo a quien amamanta cual vaca lechera así de cerca. Lo que transmiten a mi parecer estas imágenes, son las ganas de vender su magazine a personas que normalmente no lo comprarían con este título. Son las ganas de que cualquier quinceañero con las hormonas revueltas también se interese por la portada, por el simple hecho de tener una mujer casi desnuda allí. ¿Habría tenido el mismo impacto habiendo colocado una imagen de una mujer en un sofá amamantando a un hijo? Es evidente que lo han hecho premeditadamente tanto para provocar, como para vender.
Continúan citando a la abogada y periodista Lidia Falcón, "una histórica del movimiento feminista en España", que dice que "empezó esa campaña supuestamente científica de recomendar la lactancia materna como imprescindible para la salud del niño. Por supuesto se habla de la salud del niño, no de la salud de la madre ni de su situación laboral o sus derechos sociales." ¿Por dónde empezamos? ¿De dónde sacan que las campañas a favor de la lactancia materna son "supuestamente" científicas? Sería conveniente que esta señora, antes de decir semejante cosa - con todas las repercusiones que pueda tener por aparecer en prensa nacional (y digital, por ende legible en el mundo entero) - tenga la bondad de documentarse un poco al respecto. ¿Por qué cree que la OMS fomenta la lactancia materna? No, no… mejor vamos más atrás: ¿Por qué cree que ha sobrevivido nuestra especie hasta el momento antes de que aparecieran las fórmulas lácteas? ¿Se habla de la salud del niño, pero no de la salud de la madre? ¿Acaso no ha leído todo lo que acarrea para la salud de una mujer el no amamantar? ¿No ha leído cómo aumenta la prevalencia de diversos tipos de cáncer, entre otras enfermedades? ¿O estas no son razones científicas? ¿A qué derechos sociales de la madre se refiere? Por supuesto que las madres los tenemos, pero ¿qué tienen que ver con dar el pecho o no?
Luego comenta que las campañas sobre la lactancia materna son completamente falsas, porque a su juicio, el hecho de que los niños norteamericanos y europeos, alimentados mayoritariamente con fórmulas lácteas, son sanísimos, prueba de ello es su gran estatura comparada con la de los niños de África y otras zonas pobres. ¿Y dónde queda la genética? ¿Y las características inherentes a cada raza? ¿Y la ingesta de alimentos balanceados luego de pasada la edad lactante? Obviamente en los países pobres, o no logran una dieta balanceada, o simplemente no hay alimentos con que elaborar un menú adecuado, además de su fenotipo. Muchas veces, ni siquiera hay agua potable. Clarísimo su argumento: es por la teta, que la gente de los países pobres se quedan bajitos.
Lidia Curo, prosigue diciendo que no comprende "¿Por qué te cuentan esas milongas de que la lactancia materna es la mejor herencia que le vas a dejar a un hijo? ¿Por qué te crean esa presión psicológica en momentos en que estás con un bajón tremendo?" No te lo dicen por presionar, te lo dicen por ayudar, porque una vez corregida la postura, deja de doler, porque una vez atravesados los obstáculos iniciales, la lactancia es un verdadero placer. Si estás deprimida, te lo dicen con más razón aún, porque muchas mujeres acaban con depresiones aún más severas luego de destetar. Suerte que tú te has sentido mejor luego. Y si la niña duerme del tirón, que no mencionan su edad, eso no es muy normal, se debe probablemente a las dificultades que tendrá para digerir la leche de vaca, pero esa es otra historia. No le das la mejor herencia a tu hijo, simplemente le das lo que le corresponde, si lo privas de ello, tendrán que acarrear a la larga con una buena lista de riesgos y efectos colaterales.
Y sigue: "Si tuviera otro hijo volvería a intentar amamantarlo, no desestimo la lactancia materna, pero, desde luego, lo que no voy a hacer es dejarme acobardar." ¿Acobardar? Yo no sé a ustedes, pero a mí, eso me sonó a ataque, o a bullying…
Belén Cabal, continúa comentando que mucha gente la presionó para dejar el pecho, para quitárselo a su bebé, porque le "iba a deformar la boca". Si un niño continúa con necesidad de succionar (el pecho), y se le substituye con otro objeto, con el fin de saciar esa necesidad, esa oralidad, y esto lo digo como odontólogo que soy, es mucho más probable que ocurra una deformación de los huesos de la cavidad bucal, que con la lactancia materna. Un poquito de lógica: ¿Qué sucede cuando un niño mama? El pecho, que es blandito, toma la forma de su boca, ¿o no? ¿Y qué sucede cuando ese mismo niño chupa un chupete o el dedo? ¿Creen que tomarán la forma de la cavidad oral del niño? Pues no. Es la boca del niño, la que tomará la forma de esos objetos. La succión del pecho activa los músculos orales de manera fisiológica y diferente a la forma de succión de (un biberón,) de una tetina de chupón, o del o los dedos que el niño se lleve a la boca para saciar esa oralidad.
Blanca Marcos, médico de familia, comenta allí una reflexión que me parece interesante, y necesaria: "…muchas veces somos demasiado dogmáticos. Estamos tan convencidos de las bondades de la leche materna que intentamos trasladar nuestra idea sin indagar en las razones de una madre para no dar el pecho. Diría que damos mucha información, pero sin que exista una buena comunicación. Y, en ese sentido, algunas mujeres sí pueden sentirse presionadas." Comparto la idea de que el personal médico que aporte información sobre lactancia materna a una mujer lactante, debe tomarse el tiempo de indagar acerca del por qué de sus dificultades, y tratar de acompañarla, comprendiendo sus razones y ofreciendo soluciones personalizadas, no estándar, porque cada situación es diferente y única.
Creo que ninguna mujer merece ser juzgada por sus decisiones, pero todas merecemos la mejora atención, información, comprensión y apoyo, sobre todo en momentos tan intensos como el puerperio, donde nos vemos inundadas de emociones, experiencias y vivencias nuevas y a veces - si no contamos con la debida compañía y contención - desbordantes. Por ello, me atrevo a decir, que si tuviéramos eso: apoyo, atención, información veraz, comprensión, apoyo y contención, casi todas las mujeres amamantaríamos exitosamente hasta donde el dúo mamá-bebé quisiera, y cuando uno de los dos desee dejar la relación de lactancia, no quedarían frustraciones, ni malos sentimientos.
Miremos un poco el diagrama de "A favor" y "En contra" de la lactancia materna, que descarada e injustificadamente intenta equiparar los pros y contras de la lactancia materna con la artificial. No tengo nada que comentar respecto a los puntos que consideran a favor, pero los que han utilizado como argumentos en contra, sí merecen ser mencionados: (pueden hacer click en la imagen para ampliarla)
1.- Los pechos obstruidos, los pezones agrietados y la candidiasis, son dificultades pasajeras y solucionables que pueden encontrarse durante la lactancia materna. No los considero razón para no amamantar. Con ir a un buen grupo de apoyo, o consultar con una asesora de lactancia, pueden ser corregidos rápidamente, para volver a disfrutar del amamantamiento. La lactancia NO aumenta el riesgo de depresión postparto por falta de descanso de la madre. Al contrario, según algunos estudios, las madres que dan el pecho y duermen con sus hijos, descansan más, que las que se levantan por las noches a preparar biberones. Si bien es cierto que los bebés alimentados con leches artificiales duermen más horas seguidas, esto es debido a las dificultades que tienen para digerir adecuadamente la leche de vaca (o soya).
2.- La madre lactante NO debe ingerir calorías extras para que su producción de leche sea adecuada. Simplemente debe tener una dieta balanceada, y mantenerse hidratada - al igual que cualquier otra mujer no lactante, hombre, niño, o anciano.
3.- Si bien es cierto que debe vigilarse la ingesta de medicamentos durante la lactancia materna, su compatibilidad puede ser verificada a través del excelente portal e-lactancia del Hospital de Denia, en el cual podemos comprobar que el 90% de los medicamentos pueden ser tomados sin ningún problema durante el amamantamiento.
4.- No necesariamente tiene que resultar complicada la lactancia para las mujeres con hipotiroidismo o pezones planos, de hecho, muchas mujeres con estas condiciones han logrado dar el pecho a sus hijos cuanto han querido. El hipotiroidismo puede ser diagnosticado y tratado, mejorando la producción de leche, y en los casos de pezones planos, con una buena asesora de lactancia, puede establecerse una correcta posición que permita el vaciamiento y buena estimulación de los pechos.
5.- Sí, puede ser difícil de compaginar con la vida laboral, pero la leche puede extraerse y congelarse, aunque sea engorroso; y si el niño ya come sólidos o toma otros líquidos, puede esperar a la madre, como lo hacen muchos, y mamar más cuando se reencuentren luego de su jornada laboral. Muchas mujeres lo hacen, sí que es difícil, pero no imposible. Ahora volvemos a plantearnos el tema de la baja maternal. ¿Tiene sentido que sea de sólo cuatro meses, cuando lo más recomendable es que el niño sea amamantado en exclusiva como mínimo por seis meses?
6.- Aquí se pone bastante fea la cosa: "Deja únicamente en manos de la mujer la responsabilidad de la crianza." ¿Entones amamantar es lo único implicado en la crianza? ¿Crianza=amamantar o dar biberón? ¿Acaso no hay decenas de actividades más en las que el papá - o cualquier otro familiar - pueda "tomar responsabilidad"? ¿Nombramos unas pocas? Cambiar pañales, mecerlo en brazos, salir a pasear, bañarse, masajitos, caricias, canciones, bailar, jugar, y un largo etcétera. Y continúa: "Si la mujer se queda en casa, el alejamiento del mundo laboral puede traerle dificultades al reincorporarse o para ser promocionada." Para esto tengo la solución perfecta (modo sarcástico on): Las empresas podría sólo emplear a mujeres fuera de edad reproductiva, o las que se han practicado una ligadura de trompas, porque después de todo ¿Y si en 5 años se le ocurre tener hijos? ¿Y si no los amamanta pero se enferman y tiene que ausentarse para cuidarlos? (modo sarcástico off). ¿No sería más sensato (ya lo sé - otra vez lo mismo - pero es que todo apunta en la misma dirección) que las bajas maternales tuvieran una duración más sensata, y acorde con las necesidades de la madre y del niño?
Hablemos un poco sobre feminismo. No voy a ahondar mucho, porque creo que Ileana, de Tenemos Tetas, lo hace muy bien, abajo les dejaré unos enlaces al respecto, pero no quiero dejar de dar mi opinión al respecto. ¿Qué es para ustedes el feminismo? Para mí, feminismo es regocijarte de ser mujer, vivirlo a plenitud, en todas sus dimensiones. A mi parecer, no es igualarse a los hombres, anulando nuestras cualidades femeninas: las que nos hacen mujeres - y no hombres. Creo que habría que replantearse las cosas, darle a las mujeres derechos equivalentes, respeto equivalente, condiciones equivalentes, no iguales a los de los hombres. ¿Por qué? Porque tratarnos como iguales no nos equipara, anula nuestra feminidad, lo que nos hace únicas. En cambio, tratarnos como dos seres únicos - hombre y mujer - cada uno con sus cualidades, dándonos derechos equivalentes, nos permitiría florecer en todas nuestras dimensiones, tanto a nivel personal, como laboral y socio-económico.
Sí, hay una creciente corriente de apoyo a la lactancia. Sí, hay una tendencia creciente de fomento del parto natural. Sí, hay una corriente que intenta devolvernos a los orígenes. ¿Es retroceso? Creo que no, creo que es una sana - y necesaria - recitifación. ¿O acaso luego de tantos avances tecnológicos, la vuelta a los alimentos orgánicos y al uso de materiales reciclables es un retroceso? Rectificar es de sabios, y sabias :)
Los dejo con una frase de Mireia Long "Hagamos la revolución, amamantemos a nuestros hijos. Es el acto más radical contra el patriarcado capitalista consumista. Es el gran acto de amor y protección del medio ambiente."
Y unos cuantos artículos que han surgido dentro de la blogosfera maternal, como respuesta a este artículo:
De Madres Vaca y Periodistas Fatuas
Soy una mamá humana: por eso doy leche humana a mis hijos
Lo siento, Yo soy madre y vaca
Vaca NO, mamífera SÍ... Y, por supuesto, MADRE
Malas Premoniciones
Critican una portada del suplemento dominical de El Mundo por "intentar desprestigiar la lactancia materna"
Madres Vacas, Vacas Madres.
¿Madre o Vaca? Madre Lactante
«¿Madre o vaca? No, mamífera humana»
«La era de las madres-vaca»
«Nada como mamá, nada como mamar»
«Mamás, a secas»
¿En qué se parece un humano a una vaca?
«Mujer o vaca, indignación asegurada»
¿Me está llamando vaca a mí?
¿Mujer o Vaca? No, madre simplemente
Madre-Vaca? Madre-Mamífera!
¿Renunciar a lo que verdaderamente somos?
No somos vacas, sí somos mamíferas
¿Mamá o vaca? No señora: ¡Mujer mamífero!
Madre o Vaca
Madre o vaca (II)
Lactancia materna hasta en la sopa
Madre o Vaca, la polémica está servida
El Mundo está muuuu mal
La blogosfera revolucionada: ¿Madre o vaca?
Nosotras a lo nuestro: El pensamiento Neocon O el arte del escaqueo
¿Mamá o vaca? ¿Qué tal mamá y vaca?
Carta al director de El Mundo, por Désirée Sanz
Las Madres lactantes contra El Mundo
Feminismo, maternidad y política: ¡cambiemos el mundo!
Me indigna que "El Mundo" haga este ataque a la Lactancia Materna
Campaña "nada COMO Mamar": Protegiendo y fomentando la Lactancia Materna
¿Ustedes qué opinan de todo esto?
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