Revista Educación
Desde el viernes estuve sin Internet, hoy cuando por fin pude conectarme me encontré con que el domingo el Diario el Mundo de España en su magazine dominical escribió un artículo titulado “La era de las madres vaca” (de lectura obligatoria). Obvio, también me encontré con todo el debate que afortunadamente este artículo generó y seguro seguirá generando
De entrada sin ir más lejos y sin tomarme mucho tiempo para pensar como quiero manifestar mi indignación me surge compartirles esto:
Hace unos meses en un rapto de emoción y amor por la vida le escribí esto a Kyara“Hoy, mientras escuchábamos y bailábamos algunas canciones me di cuenta que detrás de nosotros hay tanta gente, tantos hombres y mujeres, entre ellos tus abuelos y abuelas, tus bisabuelos y bisabuelas y toda esa línea, esa estirpe que ya se pierde en la memoria, que han luchado por su libertad y su felicidad de la mejor y de la peor manera, pero que han incluso dado la vida por ello. Y entonces sentí que en nombre de esos hombres y esas mujeres en nombre de sus historias y sus luchas y en nombre también de las vidas de tu padre y la mía tengo que decirte y hasta exigirte: hónralas hija! Hónralas con tu alegría, hónralas haciendo uso de tu libertad, aunque sientas que es grande o pequeña, aunque creas que otros tienen más y otros tienen menos y no es justo. La lealtad que nos debes hija es tu felicidad y tu libertad, tómalas con fuerza y esgrímelas como una bandera!”
Pues hoy siento que tengo que ser coherente con ese pedido y reclamar el derecho que heredé de la lucha feminista: Elegir libremente, decidir aquello que quiero para mí sin ser por eso tachada, discriminada, excluida. Nuestras abuelas, nuestras madres lucharon por su incorporación e igualdad laboral y académica, pero esas para mi son reivindicaciones circunstanciales, producto de un contexto social, político y económico determinado. Para mi, la verdadera lucha que dieron y cuya bandera hoy esgrimo es el derecho a decidir! El derecho a que mis decisiones personales y familiares no sean un campo de batalla económico y político, sin ser respetadas en su necesidad de intimidad
No estoy dispuesta a renunciar a lo que me pide el cuerpo, por animal e irracional que esto sea, mucho menos estoy dispuesta a renunciar a lo que me dicta el amor y la convicción por incómodo y poco funcional que esto sea. Y a quien el cuerpo, el corazón y la convicción le dicten otra cosa ¡FELICITACIONES! Enhorabuena si fue una decisión libre y consciente!
Por otro lado, lo siento, pero no soy una cifra. Mi hija, mi familia, mi vida no son una estadística, mucho menos para apoyar intereses que nos empobrecen comos eres humanos y nos restringen la libertad. Para quien le interese somos una vivencia, una experiencia producto de las decisiones que hemos tomado y construido y desde ahí somos un libro abierto
Y para concluir, si para este diario ser mamá significa dar biberón y ser vaca dar la teta; si ser mamá implica negarnos a mi hija y a mi la teta, entonces si! Soy 100% vaca!
Post relacionadosLa voz de la experienciaPor convicción y vivencia ¡Soy lactivista!Semana Internacional de la Crianza en Brazos