Revista Diario
Digna sucesora de Houdini. Bueno, en realidad estaría entre Houdini y un escalador. Así es Chiquinina, escapista cual culebrilla. Ya no hay lugar seguro para ella, ni la trona, ni la silla de paseo, ni nada. Ya no hay paz para sus padres.Da igual cuántos arneses la pongas. Te das la vuelta para llenar un vaso de agua del grifo, y cuando te giras te da un vuelco el corazón porque está de pie en la trona. De pie!! A más de un metro del suelo y sin sujeción alguna! Quieres gritar del susto y decirle que ni pestañee, pero a la vez piensas que si gritas se asustará, se tambaleará y se dará el leñazo…Coges aire, te acercas rápida y silenciosamente, y la bajas lanzando un suspiro.Piensas, “al menos del suelo no se puede caer”. Y entonces te la encuentras trepando. De verdad, trepa y se sube sola a la trona, para volverse a poner de pie en ella, claro. Horror.En la calle, cuando se cansa de ir en la silla, se retuerce y aprovechando la impunidad de la capota, que la mantiene fuera de mi campo de visión, se planta de pie. No! Que se vuelca la silla!En casa por supuesto se sube de un respingo al sofá, a cualquier caja o similar que pille, sea el baúl de los juguetes, los cubos de apilar para hacer torres, o un rodapié. Sí, con un centímetro le basta para intentar encontrar un punto de apoyo. Ayer intentó trepar por una puerta! Qué peligro cuando descubra a Spiderman ( el hombre araña en mis tiempos, por cierto).Que obsesión por las alturas señor! Incluso ha intentado escalar por una cómoda apoyando las manos y los pies en los huecos de los uñeros. Y eso que tampoco conoce aún a Jesús Calleja y los pies de gato.Menudo culo inquieto! Para que luego digan que las niñas son más tranquilitas.