Una nueva estrella acaba de ascender al firmamento mediático empresarial. Se trata del Sr. Mango, tal y como lo bautizó el presidente de Banco Santander, Emilio Botín, al olvidarse de su nombre. Isak Andic, el dueño, junto a su hermano Nahman, del grupo de moda Mango que acaba de ser elegido presidente del Instituto de la Empresa Familiar. Es un representante de la primera generación, empresa donde ya trabajan también dos de sus tres hijos: Jhonny (just in time) y Judith (diseño de complementos).
Andic se estrenó en el nuevo cargo como portavoz de las empresas familiares españolas con unas controvertidas pero valientes reclamaciones a las Administraciones sobre la urgente necesidad de aplicar algunas reformas estructurales en España. Recordar la más radical, pero no por ello menos conveniente, sobre que los funcionarios trabajen con premisas similares a los empleados del sector privado, incluida la posibilidad de prescindir de ellos en determinadas condiciones, además de considerar que una parte de la retribución sea variable en función de objetivos, sobre todo para las nuevas incorporaciones.
Pero junto al aplauso cabe también la crítica. Y es que Andic que durante muchos años al frente de su compañía fue un absoluto desconocido por el mundo empresarial y mediático español, ya no se puede permitir seguir trabajando, como antes, encerrado en el ámbito de su empresa, sin apenas informar. Mango se ha convertido en un estandarte de éxito en relación al posicionamiento internacional de empresas españolas. Aunque tiene todo el derecho a que su empresa no cotice en Bolsa, “nunca mientras yo sea presidente”, no es de recibo que públicamente se niegue a dar a conocer aspectos centrales del negocio.
No es social ni responsablemente aceptable que sus intervenciones públicas ante foros empresariales se conviertan en puros actos de promoción y alabanza. Si anuncia que en 2010 habrá abierto 400 nuevas tiendas y que el próximo año piensa aumentar la cifra superando las 500, es necesario que asuma el compromiso de especificar como financia la expansión o cuál es el nivel de deuda de la compañía sobre recursos propios. Incluso un dato tan simple como el volumen de negocio no acaba de ser constatable, “más de 1.600 millones de euros”, sin especificar la aportación concreta de la red de franquicias.
Andic, uno de los accionistas principales de Banco Sabadell, anunció que quiere dar entrada en el capital a sus trabajadores pero sin entregar acciones no especificando cuál será el modelo de participación. Si abre ese melón, debe entonces explicar cómo está estructurado el capital y qué participaciones ha concedido al equipo directivo de Mango. No nos sirve la respuesta, “no lo explico. Por eso no cotizo”. Un grupo empresarial como el suyo debe asumir más transparencia. Sigue queriendo tener la sartén por el mango, pero éste debiera ser más transparente.
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