La escasez de medicinas, una terrible rutina

Artículo 83 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

La salud es un derecho social fundamental, obligación del Estado, que lo garantizará como parte del derecho a la vida. El Estado promoverá y desarrollará políticas orientadas a elevar la calidad de vida, el bienestar colectivo y el acceso a los servicios. Todas las personas tienen derecho a la protección de la salud, así como el deber de participar activamente en su promoción y defensa, y el de cumplir con las medidas sanitarias y de saneamiento que establezca la ley..."

Cada día centenares de venezolanos estamos horas recorriendo farmacias en un intento de conseguir inyectadoras, alcohol, antibióticos, gasas o un antihipertensivo.

Es una situación que crece exponencialmente. Más que una epidemia, se ha vuelto rutina y también una terrible costumbre leerlo en las redes sociales: "Necesito Losartán Potásico de 50 mg, por favor avísenme quien tiene o donde la consigo". "Ruego a quien encuentre insulina que me avise donde hay". "Los pacientes trasplantados protestaron en la farmacia de alto costo por la escasez de Cellcept, Rapamune e Imuran (medicinas vitales para ellos)".

Este tema lo vivo a diario. Así como muchos venezolanos que estamos en este país.

Al principio, fue algo más o menos esporádico, luego los casos comenzaron a repetirse hasta que su frecuencia resulta alarmante. Ver gente desesperada en una emergencia o grandes filas en las farmacias para comprar aspirinas.

Personas buscando medicinas que no consiguen. Cada vez hay más solicitudes difundidas en el ciberespacio.

La tragedia de los servicios de salud, públicos y privados, es silenciada continuamente por el gobierno y sus medios. Allí la crisis hospitalaria o la escasez de suministros y medicamentos no existe. Ellos intentan ser discretos, hay noticias oficiales y noticias clandestinas. Los pacientes estamos en las segundas.

El tiempo que hay entre la atención médica y cualquier enfermedad es casi infinita.

Desde algodón, aspirinas, suero y povidine. Hasta insulina, esteroides, retrovirales, medicinas para cáncer, artritis reumatoide, trasplantes, la lista se estira...

¿Cuánto demora agilizar los trámites para la importación de insumos médicos y medicinas? ¿Existe el dólar preferencial? ¿Cuál es la deuda que mantiene el gobierno con los laboratorios?

No hay respuesta. La lentitud del trámite burocrático en el sector salud ocurre desde hace años y hoy, cuando la situación económica del país es insostenible, se ha intensificado.

¿Qué habrá p asado con la intención del gobierno de garantizar la salud de los venezolanos? ¿Qué hace el ministro del poder popular para la salud cuando enfrenta a pacientes, familiares y médicos que toman una calle y protestan juntos porque no hay medicinas? ¿Qué será mejor? ¿Qué será más eficiente o revolucionario? ¿Disparar ahí mismo o dejar que se mueran en un hospital?

Es muy dura la realidad que enfrentamos los venezolanos. La impotencia y la du

da surgen en todos los aspectos: económico, social, sanitario e inflacionario. Cuando miro la situación, indago en mi ser interno y me pregunto "¿Qué debo hacer?"

Suelto y entrego mi duda al Creador, observando atentamente cada pensamiento que tengo. Reconozco que tanto el trabajo como la solución están en mi. Estoy segura que el cambio de Venezuela se dará cuando cada uno de los venezolanos cambiemos de pensamientos y dejemos de enjuiciar. Es hora de actuar desde el corazón, siendo mejores ciudadanos. Así la realidad, los gobernantes y todo lo que vemos cambiará a nuestro favor. Al fin lograremos vivir en un país libre, en paz y con igualdad de oportunidades. Mientras tanto, aprendamos y sigamos transformando nuestras ideas para ver lo que anhelamos.

#Tengoderechoalosmilagros #Sisepuede #Oportunidadparasanar