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La escultora que reparaba rostros

Publicado el 06 octubre 2021 por Snow30759
En las palabras de Hemingway " jamás piensen que una guerra, por necesaria o justificada que parezca, deja de ser un crimen", y como las víctimas del crimen sí, los muertos por la metralla, los civiles abandonados a su suerte, también los soldados son víctimas en su propia manera de las consecuencias del odio despiadado que se derrocha en un campo de batalla.  La primera Guerra Mundial es calificada a menudo como la primera catástrofe de la Edad Contemporánea, dejando tras de sí millones de muertos y heridos. Decenas de miles de soldados regresaban a casa afectados por los horrores de la guerra, y físicamente mutilados, sin una oreja, sin nariz, con un ojo de menos, se cuentan al menos 20000 víctimas de mutilación por cuenta de la metralla o de los lanzallamas.  Añadiendo a el destructivo efecto de la contienda en la psiquis de los soldados la horrible realidad de que su imagen completa o parcialmente desfigurada podría atemorizar a la sociedad o incluso a sus propias familias, los impulsaba a tomar medidas drásticas, muchos optaban por no regresar a sus hogares y elegir empleos en los que estarían completamente a oscuras y ocultos de ojos curiosos.  La escultora que reparaba rostros
Estas desgarradoras historias llegaron a oídos de una joven llamada Anna Coleman Watts, quien había nacido en Filadelfia un 15 de julio de 1878, estudiado escultura en París y Roma y consagrada ya como una gran artista se dedicaba exitosamente al retrato. 
Asentada con su esposo en París, tuvo conocimiento de todas las desdichas sufridas por los soldados mutilados e inspirada por Derwert Wood, un escultor que trabajaba como camillero voluntario en el hospital londinense de Wandsworth, en un departamento dedicado a tratar las deformaciones faciales de los soldados y cuando los cirujanos no podían hacer más ayudaba construyendo prótesis para ayudarles a disimular sus mutilaciones .Anna inspirada por la labor de su colega decidió dedicar los mismos esfuerzos para los soldados en París y en 1917 fundó el Studio for Portrait-Masks, financiado por la Cruz Roja, cuyo objetivo era proporcionar máscaras cosméticas a aquellos soldados que habían sido desfigurados en el campo de batalla. 
Los soldados llegaban al estudio, muchas veces luego de haber sufrido diferentes operaciones, queLa escultora que reparaba rostros habían dejado aun más profundas huellas en su rostro herido. La escultora solicitaba fotografías de su apariencia previa y luego de estudiarlas detenidamente realizaba un molde de arcilla o plastilina, intentando devolver a aquellos hombres un aspecto, lo más cercano posible, a su rostro original. Esta máscara se utilizaba posteriormente para construir una prótesis con una delgada hoja de cobre galvanizado, que era pintaba cuidadosemanete simulando el color de la piel del receptor. 
 Cada máscara facial necesitaba al menos un mes de trabajo: los detalles eran cuidadosamente implementados, las cejas y bigotes se incorporaban a partir de pelo auténtico y cuando al fin estaba lista se fijaba al rostro del soldado mediante cuerdas o gafas para facilitar su adherencia.   En el Studio for Portrait-Masks, bajo la mano talentosa y cuidadosa de Anna Coleman se fabricaron alrededor de 200 máscaras para los soldados heridos, hasta que a finales de 1919 la Cruz Roja no pudo financiar más tiempo el proyecto y fue cerrado.  El trabajo de Anna devolvió a estos hombres su autoestima, calmando sus temores y haciéndolos capaces de salir de las sombras y enfrentarse a la sociedad sin temor a las miradas inquisidoras o al miedo, ya no estaban obligados a trabajar en lugares aislados ni avergonzarse de su aspecto, si bien el impacto psicológico de la guerra y las mutilaciones sufridas es mucho más complicado de solucionar, Anna, con su trabajo ayudó a devolver en buena parte una especie de normalidad a aquellos hombres que tanto perdieron en la batalla y por su trabajo fue nombrada "Caballero de la Legión de Honor" en 1932, por la invaluable labor realizada en su "estudio de máscaras".  Tristemente ninguna de las prótesis faciales realizadas por la escultora han sobrevivido hasta nuestros días, sin embargo existe un video que muestra la labor realizada en su estudio.

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