Revista Opinión

La esencia y la existencia, Florentino Pérez y del Nido.

Publicado el 18 septiembre 2011 por Romanas

La esencia y la existencia, Florentino Pérez y del Nido.
La esencia y la existencia, Florentino Pérez y del Nido. España es, otra vez, aquel viejo solar y nadie se da cuenta. Franco, en cuerpo inmortal, ha vuelto a El Pardo. No es ya que manden los mismos de siempre, no, es que mandan mucho más. Los que mamaron en las mismas ubres del caudillo la mala leche de la represión han comenzado ya su sucia tarea: no sólo despiden a los sindicalistas, que eso estaba cantado porque son los que, al menos en teoría, tenían que defender a los trabajadores, se dice que Fidalgo el antiguo mandamás de CC.OO. va a ser ministro de Trabajo con Rajoy, no, no se conforman con eso, han iniciado la desolación de la enseñanza pública, despidiendo a todos los que les venga en gana, lo que, tal vez, signifique que, para acceder de nuevo a un centro público de instrucción, haya que jurar otra vez los inmortales principios del movimiento. Lo que tenemos ya encima va a ser muy difícil de sobrellevar porque es imposible soportar una carga que ha ido acumulándose a través de los siglos. Las inmensas fortunas de los Alba, los Aguirre, los March, los Abelló, los Alberto, los Koplowizt, los Botín, los Rato, los Florentino y los del Nido, han ocupado ya por completo el panorama nacional y ahora la única lucha que habrá es por saber quién va a ocupar el predominio, la hegemonía de tanto capital, porque el poder tiende a la incompatibilidad y no es fácil que convivan en paz los que lo quieren todo únicamente para sí mismos.  Pero lo más triste de todo es que será el pueblo, el asqueroso, el cochino pueblo llano el que, con sus votos, habrá acabado de redondearles el poder, entre sesión y sesión de Belén Esteban y número y número de Cristiano Ronaldo, secundado en las bandas por el farsante lusitano. Pero empezamos hablando de la esencia y de la existencia. La esencia es la suprema razón del ser. ¿Quién creéis vosotros, mis amables lectores, que representa la esencia del capitalismo más cerrado, intransigente, ultraliberal, neocons, que, al propio tiempo, se baña todas las semanas 2 veces en el más asqueroso de los populismos? "A ver, muchacho, si respetamos las viejas estructuras del poder, tú, estás ahí, en Sevilla, siguiendo la escala de mando que instauró Queipo de Llano, pero no debes olvidar ni por un instante que yo estoy aquí porque me han puesto los mismos que, en su día, situaron a Franco por encima de Queipo, los March, a ver, si respetamos las categorías porque eso es lo que reside en la entraña del poder, si tú aspiras a que, en Sevilla, nadie te tosa ¿cómo te has atrevido a rebelarte contra mí, que soy la misma esencia del poder franquista?". Y Florentino convocó de nuevo al sanedrín fascista muy pocos días después de que lo hiciera del Nido con un éxito tal que, entusiasmado, dijo aquello de que las conclusiones del concilio por él convocado no tenían vuelta atrás y, sin embargo, la tuvieron, los mismos tipos que le aclamaron a él hasta con las orejas, elevaron sobre el pavés de los invictos a Florentino, porque éste es ni más ni menos que el Franco de hoy, ¿acaso no dirige los destinos no sólo de España, sino también los del Real Madrid? Y la cohorte de fascistas que, como nuevos nerones, practican a rajatabla aquella vieja consigna del “pam et circenses”, un poco de pan, no mucho, no sea que se indigesten, y muchos juegos deportivos, fútbol, sobre todo, para que nunca protesten, no tuvieron empacho alguno en decir aquello de donde anteayer dijimos “digo ahora decimos Diego”, y el viejo dirigente de Fuerza Nueva se retiró con orden a sus cuarteles de invierno a rumiar dolorosamente su previsible derrota, ¿a quién se le ocurre ponerse a discutir con el que hoy por hoy es el indiscutible amo de España? La escena fue incluso ridícula, los mismos tíos que habían aupado a del Nido sobre sus hombros ayer, aprovecharon la misma fuerza que los empuja para colocar a florentino en donde siempre debe de estar, en la cima de cualquier manifestación de poder. O sea que la esencia del poder se situó por encima de lo que sólo es una de las concreciones de su mera existencia, el Real Madrid sobre el pobre Sevilla, FC, Franco redivivo sobre Queipo de Llano, el dinero puro y duro, el capitalismo ultraderechista, ultraliberal, neocons,  o sea, la esencia del poder, sobre la concreta existencia de un despistado advenedizo, un nuevo rico que, además, está imputado ante los tribunales por no haber sabido hacer las cuentas bien.

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