La espada en el siglo XVI se convirtió en un símbolo de estatus. No había sido así hasta hacía poco, pero la mejora en el proceso de fabricación, el uso de materiales más ligeros y técnicas más refinadas de tratamiento, dieron como resultado espadas que usadas a una mano resultaban bonitas, estilizadas y, claro, mortales en el brazo adecuado. Como para bien o para mal, el "estatus social" no sirve de nada si no lo puedes enseñar, la espada empezó a enseñorearse también en la calle acompañando a la capa, el sombrero y, finalmente, a la vestimenta y ropa en general (inicialmente en clases altas, luego se generalizó). Nace así la Espada Ropera.
El término "espada ropera" es de origen español y aparece por vez primera en 1468. La influencia de la península se deja notar en muchos aspectos, también en este elemento tan habitual de la época. Francia adopta el término rápidamente donde hablan de 'la rapière' adaptando el término a su lengua. De Francia pasa a Inglaterra adecuándolo ellos a "rapier". (... cuidado con decir espada "rapera" que ya sería el colmo ... :-))
"La espada ropera es el arma que instintivamente asociamos a nuestro Siglo de Oro como parte de la vestimenta de un gentilhombre: su cruz, de largos y delgados gavilanes, su guarnición, de taza, conchas o lazo, su hoja, larga y estrecha, dotan al conjunto de una elegancia notable y un equilibrio que cualquier persona dotada de un mínimo gusto estético no puede dejar de admirar." Este párrafo de Juan José Pérez, de la Asociación Española de Esgrima Antigua, condensa de manera excelente qué es y cómo es una espada ropera. Podríamos dejarlo aquí pero sigamos un poco más que se me queda corto el 'post' ... y en realidad hay mucho que explicar.
La espada ropera tuvo un lugar preeminente durante muchas decenas de años. Entre mediados del siglo XVI y mas allá de la mitad del siglo XVII tuvo su periodo de máximo esplendor. Son más de cien años influyendo y dejándose influir por los cambios en la manera de luchar y la manera de vestir. Durante este largo periodo, se adaptó la hoja que pasó de más ancha a más estrecha y ligera, a la vez que la "Verdadera Destreza" (Escuela de esgrima española) se perfeccionaba, y el uso de la espada derivaba de corte y punta a sobretodo de punta.
La guarnición de la mano también se fue especializando en función de la protección que se le quería brindar: Guarniciones de lazo, de conchas o de taza.
Resulta curioso como un elemento tan común y obvio como una protección para la mano en una espada, podía alcanzar cuotas de elaboración y refinamiento tan elevados como para convertir una herramienta de guerra en una muestra de estar a la moda y de "glamour", que hicieran incluso olvidar la función principal de la "herramienta" en cuestión. Sea como fuere, había principalmente tres tipos de guarnición que para narrarlos volvemos a tirar de explicación de experto. Así Juan José nos dice:
"La guarnición de lazo está compuesta por los gavilanes (la cruz, propiamente dicha), largos y generalmente no muy gruesos, un guardamano en forma de arco que protege los nudillos, uno o dos anillos perpendiculares al plano de la hoja, y una serie de ramas que unen entre sí todos estos elementos por el anverso o zona exterior, y por el reverso o zona interior de la guarnición.
Conforme evolucionaba la esgrima hacia un uso cada vez mayor de la punta, se hizo necesaria una mayor protección de la mano, por lo que entre los anillos de la guarnición de lazo se añadían con frecuencia chapas metálicas (conchas). Con el tiempo estas conchas estaban formadas por una sola pieza de chapa de hierro o acero bilobulada, que se unía mediante un par de patillas a la cruz. Nacía así la guarnición de conchas, típicamente española, práctica y resistente, y que gozaría de un periodo de popularidad extremadamente largo, pudiendo encontrarse ejemplares entre 1640 y... ¡1790!
Para incrementar aún más si cabe la protección de la mano, otras guarniciones prácticamente contemporáneas a las de conchas presentaban no una chapa bilobulada, sino un auténtico casquete semiesférico, que en la práctica tomaba la forma de un bol o taza. Esta taza, que da nombre a este tipo de guarnición, unida a los gavilanes y el guardamano, ofrecía un nivel de protección máximo de la mano, resultando simultáneamente bastante ligera. Su uso se extendió esencialmente por España e Italia, perdurando hasta bien entrado el siglo XVIII. Es la clásica guarnición que todos asociamos mentalmente a una ropera."
Este tipo espada, española en origen y evolución, se convierte así en santo y seña de una época de más de un siglo que todos copian y adaptan sin rubor. Así que cuando veáis una película norteamericana, inglesa o francesa, de espadachines o de mosqueteros, fijaros bien: Seguro que usan espadas roperas.
Fuentes: http://www.esgrimaantigua.com/node/64