Revista Economía

La españa insoportable.

Publicado el 13 mayo 2018 por Torrens

Somos muchos los catalanes que queremos la independencia, pero en ningún caso por un sentimiento nacionalista catalán sino porque ya nos hemos hartado del absoluto desastre en que se ha convertido España y la queremos perder de vista.

Empezando por un M.Rajoy y su partido en el gobierno que son los principales responsables del estallido del independentismo en Catalunya por su ataque al Estatut del 2006 y su empeño en empeorar el problema en vez de solucionarlo.

El conflicto provocado para que el PP ganara los muchos votos de la catalanofobia ha servido además para dejar bien claro que en España se odia a Catalunya y los catalanes, y si alguien no está de acuerdo que explique cómo es que el “a por ellos” nunca se cantó en relación con ETA todo y que en ese caso si habían muchísimas razones para hacerlo.

En fin, la lista de razones por las que los muchos catalanes que inicialmente no queríamos la independencia la hemos acabado considerando como la única solución posible es muy larga, y sobre ella planea un personaje siniestro en forma de juez autoritario, que cada día se burla gravemente de la Justicia desde que mandó al primer preso político a la cárcel.

A nivel internacional tanto el Tribunal Supremo como la Audiencia Nacional han hecho un inmenso ridículo utilizando con fines políticos una herramienta diseñada para evitar que en Europa los delincuentes puedan circular sin problemas, y haciéndolo además con medios y argumentos bastos, toscos y absurdos que jueces serios de países serios no han aceptado sin más. Para redondear el inmenso ridículo el juez Llarena ha mandado esta semana al tribunal de Holstein un escrito con 11 ejemplos de la violencia empleada por los independentistas que según él justifican sobradamente la acusación y en consecuencia el que sean extraditados.

No creo que en la época de La Codorniz a ninguno de sus excelentes humoristas se le hubiese ocurrido mandar una lista como esa ni tan solo como humor del absurdo. Los 11 ejemplos son a cual más estúpido. Desde una referencia a las grandes manifestaciones del 11 de septiembre de los últimos años que Llarena, aunque reconoce que no provocaron ni el menor incidente, las define como un “alarde” de fuerza y una amenaza popular contra el Estado, a afirmar que el 1 de octubre Puigdemont lanzó a la gente contra la actuación policial que no tuvo más remedio que defenderse por culpa de los que se oponían violentamente a su actuación, y hasta el extremo que en otro punto dice que ante la inmensa violencia practicada por los independentistas al Rey no le quedó más remedio que interrumpir los programas de TV para lanzar un mensaje que salvase la patria de la violencia extrema. En fin, una sarta de estupideces, mentiras y las descomunales tergiversaciones a que nos tienen más que acostumbrados.

La brutalidad policial del 1 de octubre es negada y ni siquiera se ha dado explicación alguna, pero si ha sido utilizada para atacar de nuevo el sistema de educación en Catalunya mediante otra aplicación de la Ley basada en falsedades y con rechazo de evidencias en contrario, que no han sido suficientes para evitar que el juez rechazase más de la mitad de las acusaciones. Todo en relación con un sistema educativo calificado de idóneo a nivel internacional y con el aprobado con sobresaliente del Parlamento Europeo.

De momento lo que han conseguido es que la prensa internacional coloque la democracia en España al nivel de las de Turquía y Polonia, aunque algunos aclaran que por distintas razones, que en el caso de Turquía y Polonia son de carácter religioso, en un caso por el Islam radical y en el otro por un catolicismo que siempre ha estado pasado de vueltas, mientras que lo que está destruyendo la democracia en España es la corrupción a todos los niveles y en todos los ámbitos.

Pero lo peor de todo es la indiferencia con la que los ciudadanos del resto de España se toman la represión autoritaria del independentismo catalán y el hecho que en España vuelva a haber presos y exilados políticos. Algo que también ha quedado claro con este desastre es que en Madrid casi nadie, y puede incluso que nadie, esté realmente interesado en solucionar el problema catalán y trabajar para conseguirlo. En cambio está más que claro que son muchos, en especial PP, C’ y PSOE, los que hacen todo lo que pueden para empeorar el problema porque con cada crisis y cada barbaridad aumenta considerablemente el número de sus votantes.

En notas anteriores he mencionado la opinión de los británicos sobre la falsedad de los españoles. Creo que deberían añadir otra característica: la irresponsabilidad, porque el problema catalán ha demostrado claramente que para muchos españoles el odio va antes que el sentido de la responsabilidad, y el partido más corrupto de Europa sigue siendo el más votado siempre que de satisfacción a ese odio.


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