Revista Política

La España precaria de Rajoy

Publicado el 11 enero 2014 por Fthin @fthin

La España precaria de Rajoy

El Gobierno de Rajoy sacaba pecho hace unos días por los datos de caída del desempleo en el mes de diciembre. Que si la reforma laboral comienza a dar sus éxitos, que si es el mayor descenso que se recuerda, que si es un síntoma de comienzo de la recuperación…y otras frases hechas con las que nos golpea el Gobierno y sus medios afines obviando otros datos a tener en cuenta para realizar un análisis más realista de la situación del empleo como la bajada de afiliaciones en la Seguridad Social o la destrucción de empleo desde que gobierna el PP. Porque más allá de las interpretaciones sesgada o no de los datos (ya se sabe que está la verdad, la mentira, la maldita mentira y las estadísticas) las profundas alteraciones que se han producido en el mercado laboral, con recortes de derechos laborales, son objetivamente innegables.

En este mismo blog hemos dado cuenta de historias rocambolescas como la del joven que se exhibía en un escaparate para encontrar trabajo, la excesiva exigencia de requisitos como pedir la licenciatura en ADE para repartir bollycaos o el fenómeno de las empresas que los ciudadanos de a pie entendemos como piramidales y los entendidos definen como marketing de multinivel, como eufemismo legal de lo que muchos veríamos como un timo.

En esta situación se observa como mientras el nivel de exigencia de los trabajadores a la hora de aceptar un trabajo disminuye, las empresas, sabedoras de esta situación, aprovechan para sacar el máximo beneficio posible de la misma. Por ejemplo, existen datos que afirman que casi la mitad de los jóvenes aceptarían cualquier empleo y en cualquier lugar. Se que cualquier neoliberal dirá que es una cuestión de oferta y de demanda, hay más paro y menos puestos de trabajo y por tanto los precios bajan. Pero eso no me vale. Primero porque esta explicación siempre la utilizan en entornos o mercados en los que les favorecen, por ejemplo en el caso de la energía eléctrica donde hay un exceso de producción de electricidad no repercute en la bajada de precios, al contrario no paran de subir. Y segundo porque no existe crisis económica en la historia de la que se haya salido por la vía de la bajada de los salarios ¡Es el consumo estúpido!  Porque por mucho que hablen de la mejora de la competividad que dicen ellos, se trata de una bajada de coste de producción no precisamente por la apuesta de la vía de la innovación sino por la de los sueldos de los trabajadores.
El escenario que se dibuja es una situación de poder absoluto de las empresas que da lugar a situaciones abusivas con ofertas de empleo que rozan el esclavismo y atentan contra la dignidad de las personas. Veamos algún ejemplo:

1. Dependienta que trabaje 2 meses sin cobrar

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Dependienta para cubrir puentes y festivos se ofrece trabajo de 2 meses a jornada completa sin remunerar como periodo de pruebas ¡y luego ya veremos si te contratamos los días sueltos! El trabajo perfecto…para aquellos que se lo crean

2. Trabajo esclavo

La España precaria de Rajoy

“Se precisa manitas, para una fonda, a cambio de alojamiento (…) Abstenerse quien busca un trabajo retribuido”  Ah, y además lo quieren con referencias y guapo que piden CV y foto.  La esclavitud fue abolida hace muuuchos años…¿o no?

3. Vuelven los santos inocentes

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En la web del Ayuntamiento de Cáceres se ofrece un trabajo de voluntario de cuidador en una finca en la Sierra de Gata, cinco días a la semana en jornadas de seis horas, a cambio únicamente de comida y alojamiento y sin ninguna referencia a la firma de un contrato legal o a la situación de alta en la Seguridad Social. ¡Con un par!

4. La trampa de las becas

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Es muy común entre los jóvenes principalmente el encabalgamiento de beca tras beca, práctica tras práctica sin remuneración alguna hasta que alcance cierta experiencia, produciéndose abusos notorios. Por lo que no es de extrañar la respuesta de este chico “Lo siento, pero no me vas a vender la moto. Puedes adornarlo todo lo que tu quieras y escribir una frase de siete líneas pero no me la cuelas. Buscáis a una persona que va a estar haciendo un trabajo del cual os vais a beneficiar y ¿qué recibe a cambio? A base de becarios no remunerados yo también monto una empresa” 

Y como estos ejemplos se pueden encontrar cientos. Muchas de personas se encuentran en una situación casi desesperada, algo de lo que se aprovechan algunos empresarios con pocos escrúpulos a la hora de elaborar ofertas de empleo que además vetan a las personas mayores de 35 años por un lado, y obliga a que 2 de cada 3 jóvenes busquen trabajo en el extranjero por otro. La situación queda de tal manera que vas de beca en beca y práctica en práctica sin cobrar hasta tener experiencia, pero cuando la tienes superas los 35  y ya no puedas acceder a un mercado laboral en el que además deberías permanecer hasta bien pasado los 65 si quieres tener derecho a una pensión medianamente digna. O bien te vas fuera y, cuidado, que pierdes la tarjeta sanitaria.

Vista la situación no creo que el Gobierno se encuentre en situación de sacar pecho. No hay más ni mejor trabajo, aunque, efectivamente su reforma laboral ha conseguido lo que quería: conceder más poder a los empresarios y quitar los derechos y la capacidad de decidir a los trabajadores. Como muestran los ejemplos contemplados, se produce la extensión mayoritaria de la precarización laboral, quien tiene la suerte de trabajar lo hace por bastante menos dinero y en peores condiciones laborales, y la indefensión de los trabajadores es absoluta.  Se trata de un retroceso sin límites en al ámbito laboral que nos lleva a la España de toda la vida, en blanco y negro, aquella en la que el capataz iba a primera hora de la mañana a la plaza del pueblo donde le esperaban los jornaleros y decidía a su antojo las personas que trabajan ese día y las que no, que se iban a sus casas dócilmente esperando una oportunidad al día siguiente.

Esta situación no sólo afecta al mercado laboral sino que se trata de una precarización social, que pone de manifiesto el viaje al pasado que estamos sufriendo. Se trata de un retroceso sin precedentes que nos devuelve a la España de siempre, la vasalla que estuvo en contra de las ideas ilustradas y republicanas, la que estuvo en contra de la democracia y de los progresos sociales, la que estuvo en contra de la libertad religiosa y la igualdad entre hombres y mujeres. Es decir, la España con olor a sotana rancia, de la caridad y el aguinaldo, de la represión social y política, de la pobreza y la sumisión, de los hospicios de mala muerte, del rancio abolengo y de los apaños públicos en cacerías berlangianas, con putas y humo de puros fumado por hipócritas meapilas, como dios manda. Es decir la España de Rajoy, Aznar, Blesa, Bárcenas, la infanta imputada, Camps, Matas… que, al igual que otros nefastos prohombres que han existido en la historia de este país, son el máximo exponente de nuestra mísera realidad.


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