Como en todo grupo humano, la supervivencia es más fácil cuando los sujetos se especializan. Dentro de cada una de las acampadas que se han realizado por España en los últimos días, la especialización ha supuesto una mayor organización de los manifestantes.
No perdamos de vista la idea básica: las acampadas son grupos de personas que permanecen de forma indefinida en una plaza pública reivindicando la reforma de la Ley Electoral y otras cosas más. Pero para que puedan lograr su objetivo de forma adecuada y conservando su salud, es necesario un adecuado reparto del trabajo, así como tener ciertas necesidades cubiertas. Así pues, los manifestantes en Sevilla se han agrupado en las siguientes comisiones:
Para cubrir las necesidades básicas de los manifestantes:
La comisión del agua, que recoge agua de las fuentes y la pone a disposición de los asistentes.
El grupo de cocina, que conserva los alimentos que son regalados por los vecinos y que prepara varias veces al día comidas para los asistentes.
La enfermería, de la que hablaré más tarde.
Para cubrir los fines de la acampada:
La comisión de bienvenida, que informa a los recién llegados.
La comisión de información, que, como su nombre indica, informa a los asistentes.
La comisión de barrios, que lleva el mensaje de la acampada a los límites de la ciudad.
Los responsables de logística, que separan la basura de lo que aún se puede utilizar, organizando contínuamente un almacén de variados recursos y materiales.
La comisión de comunicación externa, que informa de las decisiones de la asamblea a través de redes sociales.
Los encargados de limpieza, que custodian el material y vigilan la correcta higiene de la plaza.
El taller, donde los carpinteros transforman viejos palés en muebles necesarios para los asistentes.
El banco multimedia, donde se recogen, se almacenan y se prestan las fotos y los vídeos del evento.
La biblioteca, donde se custodian los libros donados por los vecinos y donde se dispone de mesas y sillas para estudiantes que deban preparar exámenes.
Pero insisto, a pesar de la existencia de estos grupos de trabajo, todo el mundo sigue discutiendo acerca de cómo llevar a cabo la reforma de la Ley Electoral y manteniendo otras conversaciones acerca del resto de problemas del país.
La existencia de enfermerías en las acampadas ha sido criticada en algunos foros de internet. Personalmente, creo que es necesario un puesto de primeros auxilios en una concentración periódica de personas tan numerosa. No prestamos atención facultativa, sino que proporcionamos primeros auxilios básicos y una primera atención hasta la llegada de los servicios de urgencia si son necesarios. Es decir, no tratamos un infarto, ni damos antibióticos a una infección, ni escayolamos un hueso fracturado. Para eso existen en la ciudad lugares especializados.
Pero sí que estamos localizados para diversas eventualidades bastante frecuentes que, como se dijo anteriormente, no requieren atención necesariamente facultativa: traumatismos leves, pequeños cortes, dolores musculares causados por contracturas por la falta de descanso. También sabemos dónde están situados el puesto de urgencias y el hospital más cercano, custodiamos el botiquín donado por voluntarios (que sólo contiene medicación sin prescripción) y (espero que no sea necesario nunca) podríamos realizar reanimación cardiopulmonar básica hasta la llegada de los servicios de emergencia.
En la acampada de Madrid, la enfermería se ha hecho controvertida por ofrecer servicios de Reiki o imposición de manos. Que yo sepa, en Sevilla no se ofrece semejante sistema y yo no soy partidario de los métodos médicos de utilidad dudosa. A pesar de este hecho, no se debe olvidar que la enfermería como el resto de comisiones y grupos, son una herramienta complementaria al fin último de la concentración que es, como dije antes, la reforma de la Ley Electoral.
Foto: La banda blanca con la cruz roja, que identifica a los voluntarios de la enfermería.