Una voz ausente, distinta y solitaria.
El eco de un silencio insatisfecho,
un grito esperando para brotar de garganta,
fuerte hacia un mañana diferente.
Una luz que brilla al final del túnel,
un nuevo horizonte, otro despertar distinto
que haga que la noche se vuelva transparente.
Nunca volveremos a ser como fuimos.
El movimiento nos ha traído donde estamos,
hemos aprendido de la lucha
y descubierto el poder de la calle.
Quienes fuimos ya no somos los mismos,
el diálogo, la asamblea necesaria, la duda.
Todo se llama futuro aunque el presente no lo quiera