Aún resuena, en el edénico jardín, el triste llanto de Cupido.
Aún duermen, en la verde alfombra, gotas de sangre disecadas por el olvido.
Aún resplandece la bella rosa, intocable, vestida con traje de espinas.
Aún reclama él, cual desgraciado, la anulación de su triste vida perpetua.
Aún se hace aquella pregunta, cada madrugada. Viajando entre constelaciones. Soñando entre sábanas perfumadas.
"Entre tantos millones de flores, por qué tuve que dar contigo.."
Epílogo
Cuentan que pasaron días, siglos, vidas y eternidades. Que aquellas palabras silenciadas seguían tronando en el vacío del Universo. Y que aún resonaba, en el edénico jardín, el triste llanto de Cupido.