No queremos decir con ello que La espiral carezca por completo de una "historia". Se trata de un ejemplo intermedio entre narratividad y cierta abstracción. El cómic combina globos y diálogos, en los que se desarrollan secuencias de acontecimientos, junto a dibujos y viñetas apenas figurativos. El lector sólo puede dejarse guiar por intuiciones: se adivina un triángulo amoroso, una historia de amor y separación, y la necesidad de tomar distancia para comenzar de cero. Los tres personajes que protagonizan el relato comparten un pasado del que apenas percibimos ciertos retazo. Los diálogos fragmentarios y las escenas descontextualizadas se combinan con capítulos digresivos que complementan la trama principal desde un plano simbólico (como esos episodios que recurren a la metáfora clásica de los dos ríos que confluyen antes de desembocar). Las secuencias de imágenes abstractas (dibujadas en un estilo informalista que se despliega en diferentes grados de abstracción) funcionan en un nivel de complementariedad similar: el de la creación de imágenes sinestésicas que añadan matices emocionales a los personajes y ayuden a configurar esa subjetividad apenas esbozada que hemos mencionado.Así, la "narración" de La espiral se construye sobre todo en un plano emocional a través de los escenarios simbólicos que ayudan a entender a sus personajes y el desarrollo de una historia que sólo esboza intuiciones. El cómic de Aidan Koch hará las delicias de esos lectores que no temen adentrarse por los nuevos caminos del cómic y sus recorridos más experimentales, una de esas obras que más que leerse necesitan ser construidas en la cabeza del lector.
Les dejamos con dos entrevistas recientes que nos ayudarán a entender mejor la personalidad y la poética de Aidan Koch, una artista que se mueve con naturalidad entre las viñetas y las galerías de arte contemporáneo."Los cómics de Aidan Koch""Aidan Koch (du9)"
