Revista Opinión

La Espiritualidad En La Salud Emocional

Publicado el 16 noviembre 2018 por Carlosgu82

Mayor parte de nuestras experiencias, transcurren en un nuestro entorno, percibiendolas como si fueramos los únicos en el mundo. Al menos, en el lugar donde vivimos. El modo en cómo pensamos, incide en las emociones. Pero es gran parte de la sociedad, la que  influye en el comportamiento. Salió una noticia, de que Bután (ubicado en el borde oriental del Himalaya) es el pueblo más felíz del mundo, porque hay un equilibrio en el bienestar psicológico de los habitantes. Pero sobre todo, hay una felicidad espiritual. Cuando se sale de la ciudad, para pasar el fin de semana en una cabaña, ubicada en la montaña,  se siente la paz de ese lugar, ¿verdad?.  Es así, como se siente cuando buscas tu paz interior, independientemente de donde vivas.

La paz interior, puede ser malinterpretada. Al vivir en un mundo competitivo, se tiende a crear individualismo. Hay una frase de una oración que dice:
“Oye al pensamiento, contar lo que al viento, por andar de prisa le cuesta decir”
Sólo recuerda las veces en las que te has enojado, porque estás tratando de decir alguna opinión, pero no te escuchan; también vicerversa (no escuchaste y tienes que preguntar qué fue lo que te habían dicho); o las veces en las que estas tratando de comprender lo que tu capacidad intelectual no puede comprender. Y es porque el espíritu está tan inquieto, que sus sentidos se limitan. No sólo somos seres racionales, sino también espirituales. Pero somos imposible de vernos. Mientras que no nos veamos, ocurren los desalientos, las dudas, los miedos, etc. Para llegar a escuchar y perdonar, hay que recorrer un camino interior. Que solo se recorre, cuando se forma tanto un diálogo interior, como un diálogo con los demás.

La comprensión de una comunicación profunda, se logra cuando en el silencio entre ambas personas, se disfruta de la presencia del otro. Como cuando abrazas a alguien, o le tomas de la mano. Hoy en día está de moda el mindfulness. Y no es malo, porque ayuda a ser consciente de la respiración. Pero hay que tomar en cuenta, que parte de conocerse, no es sólo el puro “ohm”. Es una comunicación activa, empática, la que demuestra nuestras habilidades como personas. No te preocupes por haber cometido el error, preocupate por entender la situación. Parte de entender las situaciones, es formarnos espiritualmente y emocionalmente.  Es  tu fortaleza interior, la que proviene del espíritu de vivir.

Hay situaciones, en donde sólo hay que dejarlas correr. Hay una oración de Santa Teresa de Jesus, que dice al principio: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza…Sólo piensa en lo rápido que ha pasado el tiempo. Lo que te enojó pasó. Claro está, que cuando se trata de defender tus derechos, la ira es buena. Sólo es mala cuando haces daño. Mi mamá siempre me enseña, que no hay nada como una voz firme y clara (no gritado), para decir lo que te molesta. Esconderlo, siempre aumenta las probabilidades de que estalles. Al mismo tiempo tengo una tía, que su lema es: “Si de esa agua no has de beber, déjala correr”. Esta frase, se los dejo a su reflexión.

Por último, disfrutar caminando con otros, es parte de la vida. No estamos sólo completamente, ante este universo. Manifiestate en cada etapa de la vida; porque ya de por sí, somos una manifestación de Dios. Dialogar interiormente no significa darle vueltas a la cabeza, hasta estallar. La vida te puede responder de muchas maneras, con paciencia.  Confía en tí; y aprende que levantarse, es también sonreír.

La Espiritualidad En La Salud Emocional
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