El arte como medio generador de gozo y asombro permite al niño “vivir naturalmente en el espacio ilimitado de una dimensión mágica sin tiempo, en donde todo es posible ya que no diferencia realidad, sueño y fantasía”. El dibujo, la música, la danza y otras expresiones artísticas ofrecen ese espacio mágico donde el niño es capaz de descubrir el mundo interior de sus emociones.
La inteligencia musical, espacial y corporal cinestésica destacan entre las inteligencias múltiples asociadas a las bellas artes.
La finalidad de la expresión por el arte
¿Qué relación guarda la educación por el arte con el desarrollo integral del niño? Al respecto existen distintas respuestas que coinciden en que la educación por el arte apunta, además de la formación en sensibilidad estética, al desarrollo de la inteligencia, la creatividad, la afectividad y la moral.La estimulación Artística no intenta formar pequeños Da Vinci, Rafael, Botero, Rembrandt, Kalo, Bach, Gardel o Parra. Más bien, pone énfasis en los procesos de expresión artística como espacios para:
- Explorar, conocer y experimentar.
- Integrar lo consciente y lo inconsciente.
- Combinar el proyecto y la intuición.
- Despertar la capacidad de asombro, de gozo, de percepción y expresión de lo bello.
En una experiencia artística el niño construye un nuevo significado a partir de sensaciones, percepciones y emociones inicialmente dispersas. El resultado final es más que un paso de ballet bien ejecutado, una melodía armónicamente entonada o una combinación adecuada de colores, es, además de lo anterior, una experiencia interna que se consigue vivir y transmitir.
En la expresión artística y la percepción estética prima lo personal, la capacidad de preguntar y hallar respuestas propias, de experimentar, de reconstruir y encontrar nuevas relaciones y de vivir a través de experiencias sensoriales.
Las Artes y la estimulación temprana
Las artes plásticas, como el dibujo, el estampado y el collage, son importantes para el desarrollo de la motricidad fina, la personalidad y el conocimiento de uno mismo y el mundo circundante. Las artes plásticas son un medio fundamental para el desfogue de tensiones emocionales. En razón de su importancia para el niño, de éstas, daremos especial atención al dibujo.
Entre los tres y cuatro años de edad el niño vive una etapa de transición hacia la representación intencional, marcada por la aparición del pensamiento simbólico. Intenta realizar trazos y relacionar sus movimientos con los grafismos que quedan grabados en el papel. Garabatea, pinta, hace círculos, rayas horizontales y verticales y dibujos que sugieren una representación: un sol, una casa, una nube.
El niño de cuatro a cinco años de edad consolida poco a poco la relación imagen – objeto y es capaz de realizar representaciones intencionales y conscientes, con dibujos refinados, a los que atribuyen un significado.
Aproximadamente a los cinco años de edad la representación de la figura humana, tanto la propia como la de los padres y hermanos, se convierte para el niño en un símbolo de auto percepción y relación con el grupo familiar.
La música y la estimulación temprana
Hay que partir del hecho de que a los niños les gusta la música: cantar, oír, hablar, seguir el ritmo y dar vueltas al son de una ronda. La sensibilización musical debe hacerse de manera paulatina:Empleando inicialmente fragmentos musicales cortos y sencillos de memorizar y seguir. Educando el oído por medio de ejercicios de diferenciación y reconocimiento de tonos y apreciación de la propiedad del canto.
Haciendo que el niño reconozca la diversidad de sonidos que puede emitir: como su voz, el canto; y que puede recibir: como los sonidos de la naturaleza.En la música infantil juega un papel fundamental el ritmo. De preferencia las canciones deben tener un ritmo marcado, como ocurre con las rondas, las que pueden ser entonadas, seguidas con las palmas y ser objeto de juego. Los instrumentos musicales pueden ser de gran ayuda, especialmente los de percusión, como los tambores, maracas, triángulos y xilófonos. Pero el niño de cuatro años también puede experimentar con la flauta.
En años recientes se ha estudiado el impacto que la música clásica tiene en el desempeño cognitivo. Estos estudios demuestran que el simple hecho de escucharla o aprender a tocar un instrumento musical, favorece el nivel de funcionamiento intelectual.
El Efecto Mozart
La música, especialmente la clásica, tiene un gran impacto en los seres humanos:
- Crea una atmósfera que favorece el psiquismo y la experiencia emocional.
- Favorece el desarrollo cerebral y las capacidades matemáticas y espaciales-temporales.
- Aumenta la memoria y concentración.
- Durante la infancia, ayuda a la adquisición del lenguaje.
Diversos estudios han logrado demostrar que la música clásica favorece el desempeño cognitivo en pruebas que miden la capacidad espacial-temporal. Concretamente, los preescolares que rinden dicha prueba, teniendo a Mozart como fondo musical, logran incrementar su puntaje en al menos ocho puntos. De la misma manera, quieres aprenden canto y a tocar un instrumento por un tiempo mínimo de ocho meses, incrementan el valor de dicha prueba en al menos un 46%.
¿A qué se debe el referido beneficio en el desempeño cognitivo? Se presume que la música eleva el funcionamiento cerebral hacia niveles de pensamiento que favorecen la resolución de problemas, llegar a conclusiones, comparar y contrastar semejanzas y diferencias, analizar, sintetizar y evaluar información. El razonamiento temporal está asociado a la capacidad de pensar con anticipación y adelantarse a los hechos. Se concluye que los músicos desarrollan esta facultad debido a su constante ejercicio de estar siempre atentos a la nota siguiente.
El razonamiento espacial está vinculado con la habilidad de percibir y visualizar imágenes, reconocer, comparar y encontrar relaciones entre patrones, destreza que posiblemente se desarrollan a través de la lectura del pentagrama y la educación del oído musical.
Puedes entrar a este link dentro delfacebook para escuchar las melodías del Efecto Mozart y disfrutarlas con tushijos.El teatro y la expresión corporal
Se puede decir que cada escena de un juego infantil representa una obra de teatro, creada espontáneamente para ser ejecutada y dramatizada en el instante del momento lúdico y cuyo guión nunca será puesto en escena nuevamente.
Pero veamos al teatro más allá del escenario del juego infantil. El teatro requiere de la memorización de un texto, de la personificación, actuación y presentaciones repetidas.
La intención del teatro infantil no es hacer que los niños interpreten papeles complicados, ni hacer de ellos grandes comediantes, sino poner a su servicio técnicas de expresión y comunicación para proporcionarles un mejor conocimiento de sí mismos, para que así, se sientan más cómodos en su relación con el medio social.
Las técnicas de animación teatral infantil son la expresión corporal, la mímica, la relajación y la representación dramática:
En la expresión corporal el facilitador le pide al niño que represente a una persona, un animal o un elemento de la naturaleza, como un árbol o un río. La expresión corporal tiene como finalidad ejercitar los movimientos del cuerpo para desarrollar la lateralidad y la motricidad gruesa, adquirir expresión gestual, tomar conciencia del cuerpo en relación con el espacio y el tiempo, obtener mayor control de postura, equilibrio y capacidad de desplazamiento y favorecer el ritmo y las destrezas de imitación.
La mímica toma elementos de la expresión corporal, pero hace especial uso del cuerpo y de gestos faciales, para contar una historia, representar una situación o describir un personaje.
La relajaciónhace uso de técnicas de respiración y de la distribución uniforme de las tensiones musculares para contribuir así al bienestar físico, psicológico y a la toma de conciencia de las distintas partes del cuerpo.
La representación dramática hace uso de la expresión corporal, la mímica y la expresión oral para interpretar un papel, digamos, el de un león con su ferocidad, sus instintos y como rey de la selva. En este caso, la representación dramática no se dará por el simple hecho de llevar puesto un atuendo felino o por rugir con estruendo, sino gracias a la capacidad interna del niño para sentirse león. Y esto se logra aproximadamente a los seis años de edad.