Hoy, y a modo de prólogo a una serie de post dedicados a la Planificación Estratégica vamos a entretenernos un rato hablando de los costes de la misma. La estrategia, que es una de las cuatro funciones básicas de la dirección, ha sido considerada como un ejercicio de sentido común para conocer hacia dónde vamos y dónde estamos. Sí, efectivamente, sentido común. Si se tiene una estrategia y sobre todo si se piensa estrategicamente nuestra entidad ganará la batalla competitiva a medio o largo plazo. Por muy superiores que sean los competidores que tenemos al final lo que se valora y lo que nos permitirá escalar posiciones entre la sociedad es nuestra imagen y nuestra respuesta a las situaciones que se nos plantean. Todas la entidades son diferentes bien sea por sus estrategias, por los recursos que tienen (tecnología, know-how, marca, imagen, medios económicos, instalaciones…). Pero no debemos olvidar que son las personas las que hacen a las entidades. Un potente coche conducido por un mal conductor, será sobrepasado por otro vehículo con menos potencia pero con un extraordinario conductor. A pesar que el primero le lleve una gran ventaja.
Definiciones de planificación estratégica abundan y no existe una aceptada universalmente. Es tanto un ejercicio intelectual o forma de pensar, como un proceso o esfuerzo para producir decisiones y acciones con vistas a maximizar en el largo plazo los beneficios de los recursos de que se dispone mediante la definición de misiones, metas y objetivos. En tres palabras ANTICIPARNOS AL FUTURO.
Hoy en día y gracias al desarrollo de las TIC, los costes de la planificación estratégica se han reducido sensiblemente. Solamente tomando el ahorro en reuniones, la reducción de horas de trabajo con el empleo de herramientas online y la reducción de tiempos, el coste de una planificación no se puede calcular con los mismos criterios de hace años. Así mismo, es necesario dar una respuesta lo más personalizada posible a nuestros clientes, vale la pena detenerse minimamente en un estudio previo de las necesidades de cada entidad antes de lanzar mensajes como “a partir de 8.000 € hablamos”. La estrategia en las entidades es cada vez más necesaria y el coste no debe ser un obstáculo para su implantación.
Volviendo al título del post: La estrategia debe ser cara?. No, sobre todo si utilizamos herramientas para la planificación del siglo XXI y no de los años setenta del siglo anterior.
Cómo?. Lo veremos proximamente.