La estrecha relación entre la inteligencia y las emociones

La Inteligencia Emocional, es un tema que nos apasiona! Aún queda tanto por hablar y descubrir sobre la estrecha relación entre la Inteligencia y las Emociones, por lo que decidí profundizar un poco más y preguntar a una experta: Miriam Escacena profe de nuestro Curso Online Educando desde la Inteligencia Emocional y esto es lo que me respondió…

Inteligencia y emociones

por Miriam Escacena comunicacionconbebes.com

Cuando estamos rodeados de niños porque trabajamos con ellos o nos relacionamos con los amigos de nuestros hijos nos damos cuenta de que algunos nos dejan con la boca abierta, nos sacan una sonrisa con algún comentario que nos deja realmente sorprendido y nos hacen admirar la maravillosa ingenuidad de la infancia.

¡Sí que es listo el niño! ¡Me ha dejado de piedra! Solemos exclamar. Pero, en realidad, ¿qué significa que un niño sea inteligente? Pues la inteligencia va mucho más allá de sacar un 10 en matemáticas, ser muy bueno con los idiomas o saberse de memoria un montón de fechas de acontecimientos históricos.

Un niño inteligente es aquel que desde bien pequeñito observa a su alrededor, analiza y sabe elegir la mejor alternativa para resolver un problema, hoy puede ser subirse a un banquito para coger un juguete, mañana puede ser elegir una carrera o dejar un trabajo porque va en contra de sus principios.

Un niño inteligente es aquel que es capaz de ponerse en la piel de sus compañeros y entender sus sentimientos, que aunque en los primeros años no entienda el concepto de compartir es capaz de ofrecer un pedazo de su merienda favorita a un amigo hambriento.

Un niño inteligente es también el que es flexible a los cambios y capaz de adaptarse e incluso disfrutar de ellos, que aunque tenga algunos momentos de frustración se sobrepone y trata de sacar afrontar su día a día con energía y ganas. Es aquel que conecta con las personas que le rodean, tanto niños como mayores, es auténtico, espontáneo y le gusta aprender de todo tipo de personas.

Foto cortesía de Flickr

Todas estas características forman parte de la Inteligencia Emocional: la empatía, las habilidades sociales, la motivación, el autonocimiento, el control emocional.. Las emociones están presentes en nuestra vida e influyen en cada una de nuestras decisiones, por lo que es importante aprender a escucharlas desde niños.

El estado de ánimo influye en todo. Por ejemplo, en el ámbito educativo cada vez está más demostrado que lo que mejor se aprende es aquello que emociona, que trasmite esa energía especial y se queda bien grabado en la mente. Cuando el niño se va convirtiendo en adulto las emociones son capaces de motivarle en su camino del éxito e igualmente de traicionarle haciendo que elija peor a sus amigos o su pareja. Y de igual modo, un trabajo en una gran empresa se puede encontrar por los conocimientos y experiencia reflejados en un currículum, pero se puede perder si no se logra tener buenas relaciones con los compañeros y superiores.

Los padres queremos que nuestros hijos se conviertan en adultos sanos con vidas plenas y felices, por lo que la mayor asignatura en la que podemos acompañarles es la de aprender a desenvolverse en la vida: ser respetuoso, saber trabajar en equipo, tener capacidad de adaptación, desarrollar una buena autoestima, ser amable, cordial, asertivo.. Todas estas habilidades pueden valer de mucho más que ser “el más listo de la clase”.

Como padres podemos cultivar la Inteligencia Emocional en casa desde que los niños son bien pequeños, y aprovechar nuestra oportunidad de criar para trabajarnos nosotros también en nuestro interior y ofrecer la mejor versión de nosotros mismos.

“No olvidemos que las pequeñas emociones son los grandes capitanes de nuestras vidas y las obedecemos sin darnos cuenta”.-Vincent Van Gogh.

Hay mucho por descubrir en este mundo apasionante, si te ha gustado este artículo te recomendamos que eches un vistazo a nuestro curso Educando desde la Inteligencia Emocional  y sigas leyendo este otro post del blog: “La importancia de la Inteligencia Emocional en niños y adultos.

¿Te animas a cambiar tu día a día y el de tus hijos? ¡Te esperamos dentro del grupo!

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