Artículo escrito por Guillermo Fernández.
La selección española mostró ayer su peor cara desde el inicio de esta Eurocopa, pero Vicente Del Bosque volvió a dar con la tecla para reactivar al equipo en busca de la ansiada victoria.
No puede ser casualidad. Ya pasó en el Mundial y está pasando en la Eurocopa. Vicente Del Bosque siempre acierta con los cambios. En Sudáfrica la entrada de Llorente frente a Portugal o la inclusión de Pedro en el once frente a Alemania y Holanda contra todos los pronósticos de fútbol fueron aciertos tremendos que ayudaron sobremanera a sacar dichos partidos adelante con todo lo que ello supuso. Pues bien, parece que el seleccionador español no ha perdido duende. En el primer partido a punto estuvo de darle la vuelta con la entrada de Navas y Torres, quien tuvo tres claras ocasiones de gol para desnivelar el partido. En el segundo, la inclusión en el once del madrileño se saldó con dos goles para el equipo y ayer, frente a Croacia, la entrada de Navas y especialmente de Fábregas le dio otra dinámica al equipo. Sin ir más lejos, Fábregas le dio el pase a Iniesta en el gol que anotó Navas.
Esto puede ser un arma de doble filo ya que hay quien argumenta que se equivoca con los planteamientos iniciales aunque yo soy más de la corriente de los que piensan que lee el partido como pocos. Quizás esa tranquilidad aparente y su frialdad en ciertos momentos le otorgue la pausa suficiente para poder ver y analizar todo con más claridad y escoger de manera acertada entre la multitud de recursos que tiene tras de sí. Todos y cada uno de ellos son primeras apuestas en sus respectivos equipos, pero Vicente parece saber qué le pueden aportar en cada momento.
Ahora bien, el seleccionador español tiene deberes. España debe recuperar el dinamismo y el ritmo de balón mostrado ante Irlanda y por momentos ante Italia para poder volver a ser importante en un torneo de esta índole. Sea Inglaterra o Ucrania, su rival se volverá a encerrar y todos los españoles se encomendarán a la estrella de Vicente.