Revista Maternidad

La Estrella de Vito

Por Cuchu
La Estrella de VitoUn gnomo se enamoró de una estrella, y cada noche le ofrecía un regalo esperando que se fijara en él. Se pasaba todo el día buscando algo bonito para ella. Cuando lo encontraba se subía a la montaña mas alta para entregar su regalo.
Se quedaba allí toda la noche hasta que se dormía y cada amanecer el regalo estaba donde lo dejó.... -No le ha gustado. Esta noche le subiré uno mejor. Es una Estrella, no se conformará con cualquier cosa. Y empezaba a buscar de nuevo. Vito -ese era su nombre- no se daba por vencido.
Le llevó flores, perlas, cristales en forma de lágrima, polvo de hada....y mil cosas mas.
Un día que llovía mucho Vito no pudo salir a buscar y para no aburrirse visitó a su amigo Kako. Siempre que se juntaban Vito aprendía cosas nuevas, su amigo era el mas viejo y sabio del Valle Verdeclaro.
-Cuenta como vas con tu estrella Vito ¿Has conseguido algo que le guste?
-Sigo buscando...no ha cogido ningún regalo-. Vito dijo esto un poco apesadumbrado.
-¿Porqué no te vas de viaje? Fuera de Verdeclaro hay lugares maravillosos. Tal vez no esté aquí lo que buscas....- Le aconsejó Kako a su buen amigo.
-¡Claro! Es el mejor de los consejos.... Recorreré los mundos, reinos y aldeas hasta encontrar algo que sea capaz de deslumbrar a mi Estrella.
Preparó un hatillo con sus cosas mas queridas. Una taza de hoja de palmera, un cinturón de raíces de Mimosa y una semilla que heredó de su abuelo y que era su amuleto protector. Al amanecer salió de su pequeña choza y empezó a caminar sin rumbo fijo.
Caminó hasta donde empieza el mar y se acercó al puerto. Vio un barco pesquero y se ofreció como cocinero a cambio de que le llevaran.
Entre los marineros había un joven muy larguirucho y tristón, al que todos llamaban Teo. Vito se acercó a preguntarle el motivo de su tristeza.
-Estoy enamorado de una joven, hija de un rico mercader. Es inalcanzable para un pobre pescador como yo...- Dijo el muchacho resignado al cocinero Vito.
El Gnomo sintió compasión del muchacho. Su historia era parecida a la de él.
A la hora de comer todos los pescadores se sentaron alrededor de la mesa. Vito sirvió los platos con un exquisito guiso, cuando llegó a Teo añadió su semilla al plato. Vito se la comió sin darse cuenta siquiera.
Esa misma noche Teo se levantó a las doce en punto y se tiró al mar.....
Cuando todos los pescadores empezaron a preparar sus tareas el joven salió del agua cargado con un saco de algas. Todos le miraban como si fuera un fantasma.... Teo abrió su saco y sacó un cofre lleno de joyas y perlas, un cofre lleno de monedas de oro y otro lleno de diamantes.... Se quedó mirando a todos y dijo:
-Anoche me levanté porque escuché una llamada. Bajé al fondo del mar y allí estaban tres preciosas sirenas con un cofre en la mano. Cada una me dio un beso y puso el cofre en el saco de algas. Me dijeron que soy muy afortunado porque un gnomo utilizó su magia para que las escuchara. El gnomo les contó mi historia de amor y ellas me entregaron todas estas riquezas. ¡Somos ricos muchachos! Compartiré con todos vosotros los tesoros y aún así tendré riqueza suficiente para casarme con mi amada.
Los marineros le dejaron en una gran isla. Era un lugar precioso lleno de palmeras. Había bosques de palmeras por todas partes. Y cosa curiosa para Vito eran esas piedras grandes en grandes grupos. Pasó muchos días sin encontrarse con nadie. Creía que estaba solo en la isla hasta que vio a un pequeño conejito mirándole como bebía en su taza de hoja de palmera.
-Hola. Pensaba que no vivía nadie mas que yo en esta isla-. Le dijo Vito al conejo.
-Antes estaba yo solo, hasta que has llegado tu. Llevo cien años en esta isla, desde entonces soy conejo.
-¿Estas hechizado?
- Si. Soy el Rey de esta isla.... El día de mi coronación el brujo me ofreció a su hija como esposa. Era una joven preciosa, pero yo ya estaba enamorado de Mireya, mi prometida. La hija del brujo hizo un juramento sagrado de no casarse hasta que yo la aceptara. Entonces su padre hizo un conjuro convirtiéndome en conejo.... Todos los habitantes de la isla fueron convertidos en palmeras, las casas en piedras y los animales en arbustos.
- Entonces serás conejo hasta que aceptes casarte con la hija del brujo???
- También puedo romper el hechizo comiendo una hoja de palmera. Si lo hago la palmera morirá, y lo peor de todo es que no se quien es Mireya-. El conejo contaba su historia con mucha tristeza.
-¡Vaya historia! No se como podría ayudarte......
-Si me como tu taza de hoja de palmera romperé el hechizo y no morirá nadie.
El gnomo le dio su taza y el conejo se convirtió en un gran rey. Las palmeras volvieron a ser personas y cada cosa volvió a ser lo que era.
En agradecimiento los habitantes de la isla construyeron un barco para Vito, y le entregaron un mapa que le llevaría al Submundo, un lugar insólito visto por muy pocos....
Vito se hizo a la mar y navegó...navegó...navegó hasta llegar a una montaña con una cueva gigante al nivel del mar. Entró en la cueva y fue absorbido a lo mas profundo de la tierra y los mares....
Había llegado al Submundo, ese lugar del que muy poco se sabe. Sus habitantes eran seres muy extraños. Caminaban sin rumbo y luego se daban la vuelta para seguir caminando. A veces alguno de ellos se quedaba parado y empezaba a llorar, luego seguía caminando como si nada. Nadie trabajaba en nada, llevaban una vida sin sentido.
A Vito se le ocurrió que necesitaban tener una ocupación.... ser útiles en algo. Se quitó su cinturón de raíz de mimosa y con su magia de gnomo hizo que la raíz creciera hacia el exterior, haciendo nacer una preciosa Mimosa llena de flores....
- ¡Habitantes del Submundo! Estas raíces necesitan alimentos para mantenerse vivas. Vosotros estáis aquí para cuidarlas. Les daréis alimento para que sigan creciendo... cada vez habrá mas raíces que tendréis que alimentar. Si cumplís bien vuestro cometido estaréis embelleciendo el mundo exterior y enriqueciendo el Submundo. Vuestra existencia tendrá una utilidad y seréis necesarios en la naturaleza.....
Los extraños seres empezaron a cuidar las raíces y se sentían cada vez mas felices. Ya no caminaban sin rumbo, todos tenían algo útil que hacer... Su vida ya no era insulsa.
Vito echaba de menos Verdeclaro y un día cualquiera emprendió camino a casa. Pero esta vez llevaba las manos vacías, pues había entregado todas sus pertenencias para ayudar a otros....
Vió a su amigo Kako sentado en la montaña que él se subió tantas noches esperando a su estrella. Vito abrazó a su amigo un buen rato. Luego le contó todas las cosas que había visto.
-Se todo lo que has hecho en tus viajes Vito. Lo del muchacho del barco y las sirenas, lo del conejo que era un rey... y lo del Submundo.
- ¿Como puedes saberlo? Pensaba contártelo mas adelante... Me fui en busca de un tesoro para mi estrella y vuelvo con las manos vacías...
- Vuelves con el mejor de los regalos-. Dijo la Estrella desde lo alto del cielo.- Te he visto todo este tiempo, y se lo contaba a Kako. Eres muy generoso, y no esperas nada a cambio. Has hecho cosas muy valiosas por otros entregándoles tus posesiones sin importarte nada. Ese es el único regalo que una estrella no puede rechazar. Brillaré para ti cada noche durante el resto de tus días, que serán eternos y llenos de felicidad.... Iluminaré tus sueños mientras duermes y siempre te guiaré en tus viajes.
Vito se sintió el gnomo mas feliz del Universo.... Y vivió por siempre junto a su estrella.
La Estrella de Vito*Cuchu* Safe Creative #1005066215817

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