Desde que soy madre mi vida gira entorno a mi pequeña dictadora dando un giro de 180 grados. Obvio. Pero si algo me ha dado la maternidad, aparte de ello, es hacerme ser aún más consciente del valor que tiene una madre, ergo, el valor que tiene MI MADRE. Si... ya sé que todos sentimos que tenemos la mejor madre del mundo, pero, ¿acaso se lo decimos?.
Se nos cae la baba cuando nuestros hijos nos dicen que nos quieren mucho, nos dicen que somos la mejor madre del mundo, así que ¿ por qué no hacemos lo mismo nosotros? o ¿es que con los años ya no nos hará felices que nos lo digan?. Claro que si, pero estamos tan enfrascados en nuestras vidas frenéticas, trabajos, parejas, hijos, etc. que obviamos algo tan sencillo a la par que reconfortante como es decirle a nuestras madres lo increíbles que son.
Así que esto va para ti, ¡Mamá!!
Por tus besos curativos, por tus abrazos reconfortantes, por tus miradas cómplices, por tus sonrisas que alimentan el alma, por tus palabras tranquilizadoras, por tus garras de leona, por tus gestos protectores, por tus deseos sinceros, por tu apoyo incondicional...
Podría seguir enumerando cada esfuerzo realizado, cada detalle, cada muestra, pero sería una lista interminable. Lo puedo resumir en dos frases: ¡ ERES LA MEJOR MADRE DEL MUNDO! ¡Y te quiero a rabiar!.
Eres la estrella que nunca se va a apagar, por muchas tormentas que haya, por muchas nubes que surjan, porque cuando más se oscurece todo alrededor ahí estás tú brillando para iluminar el camino. Y solo puedo darte las GRACIAS por todo.
Y es que siempre es buen momento para decirle a una madre lo que sentimos. ¿Por qué esperar a determinadas circunstancias para hacerlo?.