Revista Religión

La estupidez humana

Por Alvaromenendez
La estupidez es pecado es un libro que sin duda será muy útil a aquellos lectores no especializados ni en Teología ni en la figura de santo Tomás de Aquino pues, por su sencillez y modo de exposición, deja claras ciertas cuestiones que abrirán el apetito a quienes deseen acercarse posteriormente de manera más profunda a la figura del pensador dominico...
El autor, Hans Conrad Zander, elabora una breve pero interesante aproximación biográfica que sin duda hace que la persona de Tomás de Aquino nos parezca menos lejana y menos impregnada de un cierto aura de ese escolasticismo que, tomado en sentido negativo, empaña la verdadera imagen del protagonista, uno de los mejores pensadores de toda la historia de la Iglesia y, por qué no decirlo, de la humanidad. No digo esto por el mero hecho de defender un partido o el de establecer bandos −tomistas y no tomistas... y aun antitomistas−. Se trata más bien de establecer aquellos lazos de unión con los grandes pensadores, lazos que en primer lugar nos otorgan el lujo de permitirnos el ahorro de no pensar desde cero lo que ya otros han trillado y que, en segundo lugar, nos conceden el beneficio de establecer nuevos caminos a partir de, al menos, un mínimo conocimiento histórico de las fuentes, tanto en la persona del pensador −biografía− como en la de su obra.

Tras el breve acercamiento biográfico, Conrad Zander expone lo que es el cuerpo del libro que ahora presentamos. Y lo hace de un modo que, sin ser inaudito, no deja de ser original, por lo menos si atendemos al hecho de que estamos ante una presentación de todo un Aquinate en un librito que no alcanza las cien páginas. Lo que hace Conrad Zander es entrevistar a santo Tomás dirigiéndole 100 preguntas y obteniendo las respuestas cortando y pegando las citas pertinentes de la obra del fraile dominico. En esto el autor demuestra conocer verdaderamente bien el corpus tomista. Las preguntas van en números romanos y después de inserta la respuesta de santo Tomás. Veamos unos ejemplos:

Pregunta XXXIV: ¿No es la auténtica tarea del teólogo justificar a Dios y probar la verdad de la fe? [Respuesta de santo Tomás]: «Hay que cuidarse de querer introducir a otros en la fe por demostraciones. Por una parte, esto atenta contra la dignidad de la fe, pues la verdad de la fe supera todas la razones humanas. En segundo lugar, tales argumentos son la mayoría de las veces frívolos, y dan motivo de burla a los incrédulos, que entienden que nuestra fe depende de fundamentaciones de ese tipo»(Quæstiones de quodlibet, 3, 14, a. 2).

Pregunta XXXVI: La fe ¿hace feliz? [Respuesta de santo Tomás]: «El deseo humano no se calma por el conocimiento de la fe, porque la fe es un conocimiento incompleto» (Compendium Theologiæ 2, I). Pregunta LXXVIII: 'Amad a vuestros enemigos' (Lc 6, 27) se dice en el evangelio de Lucas. ¿Es la expresión suprema del amor al prójimo de los cristianos? [Respuesta de santo Tomás]: «Amar a los enemigos en la medida que son enemigos es censurable. La caridad no hace eso» (Summa Theologiæ, II-II, 25, 8 ad 3).
Bueno, creo que estas muestras son suficientes. No vaya a ser que luego me denuncien... He elegido algunas preguntas un tanto comprometidas, de esas que exigen a santo Tomás unas respuestas sagaces, certeras, que hacen pensar. El lector avisado ya lo habrá notado, sin duda. Por otra parte, aquello de que la estupidez es pecado: de eso podemos hablar largo y tendido ¿verdad?

La estupidez humana

La estupidez es pecado
Hans Conrad Zander


Volver a la Portada de Logo Paperblog