Es cierto que hay tonos que te sientan mejor que otros. Hay colores con los que te ves más favorecida, que dan luz a tu rostro, mientras que con otros parece que te ves más apagada y triste. Revisa las prendas de tu armario y póntelas cerca del rostro frente a un espejo bajo la luz natural. Pero si un color te gusta y no va con tus ojos o tu pelo, no renuncies a él. Hay distintos tonos de rojo, quizás unos tirando a naranja no vaya contigo pero sí uno con matices azulados.
Yo soy otoño, y por ejemplo, el blanco y el negro no me quedan bien. Si llevo un jersey negro de cuello vuelto, me veo muy desfavorecida. Pero puedo llevar el negro en pantalones y faldas, lejos del rostro. O puedo llevar un jersey negro de pico, dejando un trozo de piel entre mi cara y el jersey, para que el negro no este junto a la piel de mi cara.
Reconozco que el blanco puro no me sienta demasiado bien, pero para eso están todos los tonos crudos y blancos rotos. Es cuestión de matices.
Los pañuelos y fulares pueden ayudarte a lucir determinados colores. El gris no suele sentar bien a casi nadie, pero si enrollas alrededor de tu cuello un pañuelo de un color que te favorezca, ya puedes salir airosa del desafío de lucir gris.
Fotos: Hallie Daily, Simple et chic, Stella wants to die.
