Revista Opinión
La eurociudad del suroeste ibérico: documentación y divul...
Por Moisés Moisés Cayetano Rosado @MoisesCayetanoRLA EUROCIUDAD DEL SUROESTE IBÉRICO: DOCUMENTACIÓN Y DIVULGACIÓNhttps://www.hoy.es/extremadura/eurociudad-suroeste-iberico-20190618001627-nt.html#vca=modulos&vso=hoy&vmc=separador-tambien-en-hoy&vli=portada
MOISÉS CAYETANO ROSADODoctor en Geografía e Historia
Que Badajoz, Campo Maior y Elvas formen una Eurocidad supone una importante baza a la hora de captar fondos europeos, con los que financiar proyectos institucionales, de los que se ha visto beneficiado notablemente nuestro patrimonio histórico-artístico monumental. A ello se unen, y han de seguir uniéndose, otros proyectos en los más variados ámbitos, como el laboral, empresarial, educativo, cultural, deportivo, turístico, administrativo, etc.La experiencia desarrollada por la Eurociudad San Sebastián-Bayona, con 26 años de recorrido, sirve de ejemplo para las que han ido naciendo después, como son las de Tui-Valença do Minho, Salvaterra-Monção y de Chaves-Verín en la Raya/Raia norte luso-español, o la de Ayamonte-Vila Real de Santo António- Castro Marim, en el sur (Andalucía-Algarve). Y ha de servir de ejemplo para nosotros y para otras que deberán conformarse, como es el caso de Almeida-Ciudad Rodrigo, que está dando los pasos necesarios para su creación, junto a Fuentes de Oñoro.Por lo anterior, podemos observar que la conformación de eurociudades en nuestras fronteras (con Portugal y Francia) cobra especial importancia en la raya luso-española, y lo es fundamentalmente por la “transparencia” del espacio fronterizo: no existen especiales barreras naturales, sino más bien al contrario, continuidad espacial natural, con notable cercanía territorial, hasta el punto que la mayoría están visualmente conectadas, cual es el caso de Tui-Valença do Minho, Salvaterra-Monção, Ayamonte-Vila Real-Castro Marim y Badajoz-Campo Maior-Elvas. Pero también por el propio patrimonio monumental compartido y “explicado” a causa de nuestra cercanía vecinal, especialmente el patrimonio militar, o sea, las fortalezas, tanto medievales (castillos) como de la Edad Moderna (fortificaciones abaluartadas), que les da especial, peculiar y relevante identidad e importancia.Estos conjuntos, eurociudades, de nuestra raya ibérica deberán ser completados con otros más, que en nuestro espacio regional tienen muy clara interacción histórica, patrimonial y vecinal con la región alentejana, como ocurre con Valencia de Alcántara-Marvão-Castelo de Vide, Alburquerque-La Codosera-Arronches o Villanueva del Fresno-Mourão.Conjuntos en general de una potencia patrimonial artístico-monumental difícilmente igualable en otros espacios geográficos. Se han ido enriqueciendo a lo largo de la historia precisamente por los enfrentamientos que desde la conformación de los reinos peninsulares en la Edad Media han disputado los terrenos fronterizos (en especial los primeros avances en la configuración de Portugal como reino, de 1145 a 1185, bajo Afonso Henriques, así como las Guerras Fernandinas contra Castilla entre 1369 y 1382), y que en la Edad Moderna se remontaron en continuas conflagraciones, especialmente la Guerra de Restauração de Portugal (1640-1668), la Guerra de Sucesión a la Corona de España (1701-1714) y las Invasiones Napoleónicas (1807-1812). Al haber sido prioritario espacio de penetración en las ofensivas bélicas, las fortalezas levantadas en la frontera extremeño-alentejana -y en especial en las “llaves de los respectivos reinos”, Elvas-Badajoz-, resultan las más portentosas, completas en sus estructuras defensivas y densas del conjunto ibérico rayano.Y ocurre que en todos estos conjunto de eurociudades, la más densamente poblada -dentro de la alarmante baja densidad y el envejecimiento poblacional- es precisamente la que nos atañe ahora: la del “triángulo geográfico” Badajoz-Campo Maior-Elvas, cuya situación en el eje Madrid-Lisboa le dio el protagonismo histórico de mayor relevancia y en la actualidad las perspectivas de desarrollo futuro en infraestructuras, comunicaciones y asentamientos logísticos de mejores condiciones objetivas. Algo que hay que aprovechar para el desenvolvimiento socio-económico de nuestra área, tan deprimida en lo demográfico, económico y laboral, y urgentemente necesitada de reactivación.Y todo ello hay que estudiarlo en profundidad, documentarlo, divulgarlo, para un mayor conocimiento y para una mejor preparación de planes y proyectos, para una mejor oferta al que nos visita, para una exitosa consecución de fondos europeos.De ahí que el trabajo dentro de la aspiración a que la “Raya abaluartada” sea Patrimonio de la Humanidad (en la que están implicadas precisamente las eurociudades atrás enumeradas) resulte en estos momentos crucial; desde hace tres años, se encuentra en la Lista Indicativa presentada por Portugal a la UNESCO, y aprobada como tal, liderándolo Valença do Minho, Almeida, Marvão y Elvas.De ahí que publicaciones como la extensa, enciclopédica (geográfica, histórica, antropológica socio-económica, empresarial…), “Convergencia Ibérica, ¿Quo vadis Iberia?”, que coordina el profesor de la Universidad de Extremadura Luis Fernando de la Macorra, a punto de salir de la Imprenta de la Diputación de Badajoz, sean imprescindibles.De ahí que la interconexión y acción conjunta de las distintas eurociudades nos sea vital a la hora de plantear proyectos de alcance transfronterizo global, bajo el signo de problemáticas, necesidades y posibilidades similares.Y de ahí que ya sea hora de que nuestra Eurociudad del Suroeste Ibérico se plantee la conveniencia de editar una Revista de Estudios Transfronterizos que aborde estas cuestiones de forma rigurosa y al mismo tiempo accesible para todos, con lo que dar pie a un liderazgo en cuanto a la documentación y divulgación de estas potencialidades que conforman la Raya/Raia, para ponerlas en su justo y considerable valor. Y para aspirar fundamentadamente a un cambio de futuro en un espacio para el que se pronostica aún más despoblación, aún más dificultades socio-laborales.Hay que abordar el futuro conjuntado fuerzas desde el razonamiento, los proyectos sólidos y las reivindicaciones basadas en nuestras posibilidades reales, tanto tiempo sometidas a la indolencia y al sopor, superando fronteras, en lo que la Eurociudad es “un arma cargada de futuro”.