La semana anterior hablábamos de un proceso de belenestebanización social en los países mediterráneos. Sin embargo, los países ricos, los que están al norte de los Pirineos o los Alpes tampoco son la panacea cultural.
No podemos olvidar que los alemanes, la llamada locomotora de Europa, compran packs para volar el viernes por la noche a Mallorca, pasar dos noches y un día de fiesta entre música, alcohol y estupefacientes para una vez terminado el fin de semana coger de nuevo el avión y volver a sus hogares y retomar su vida civilizada.
También hay que recordar a los hoolingans británicos que vienen aprovechando los partidos de fútbol para desatar su atavismo y terminar destrozando mobiliario urbano y buscando peleas. Tampoco podemos olvidarnos de los turistas que vienen a la Costa del Sol y se dedican a saltar borrachos de un balcón en balcón.
El ciudadano europeo, al igual que el mediterráneo, alberga un gen atávico que le invita a destrozar y a sacar su faceta antisocial cuando las condiciones le son propicias. Por ello, si hablamos de una chonificación en España, podemos hablar igualmente de la Europa lowcost, de una Europa no tan civilizada, de una Europa del mal gusto. Por lo tanto, este cambio social. la involución cultural, está afectando a las diferentes latitudes y longitudes del hemisferio occidental, no solo a las sureñas.alfonsovazquez.comciberantropólogo