“Hoy nos hemos involucrado en un lío colosal, al haber hecho disparates en el control de una máquina delicada, cuyo funcionamiento no comprendemos. El resultado es que nuestras posibilidades de riqueza pueden desaparecer por un tiempo, tal vez durante mucho tiempo". (John Maynard Keynes, The Great Slump of 1930)El estropeado euro cayó a su nivel más bajo en 11 meses el miércoles, mientras se recuperaba el “refugio seguro” de los bonos del tesoro de EE.UU. a 10 años (1,93%). La huída de todo lo que tenía que ver con Europa continuó después de que la canciller de Alemania, Angela Merkel, rechazó una recomendación de que el fondo de rescate de la eurozona (EFSF, por sus siglas en inglés), se aumentara para encarar el descenso del rendimiento de bonos de Italia y España que están aumentando la probabilidad de un default soberano. La inconmovible Sra. Merkel se niega a utilizar los instrumentos a su disposición y prefiere, en lugar de hacerlo, adherirse a políticas de moneda fuerte que están estrangulando el crecimiento y lanzando más profundamente a la recesión a la Eurozona. Como dice Reuters:
Desde Atenas a Dublín, y en casi todos los puntos intermedios, los gobiernos están imponiendo ola tras ola de recortes de gastos y aumentos de impuestos para convencer a los inversores de que son serios con respecto a la mejora de sus finanzas públicas y para convencerles de que empiecen a comprar de nuevo deuda soberana de la zona euro.
La celosa austeridad amenaza con lanzar otra vez al continente a una recesión y una espiral de austeridad creciente a medida que las lamentables perspectivas de crecimiento minan los objetivos presupuestarios e incrementan la carga de la deuda, lo que significa que hará falta más austeridad.
"La historia de la contracción fiscal expansiva dice que si recortas demuestras que eres serio y entonces el hada de la confianza llegará y empezará a llegar la inversión privada", dijo Stephen Kinsella, profesor de economía en la Universidad de Limerick. "La historia de la contracción fiscal expansiva es una mentira. No se recorta en el camino hacia el crecimiento". (“Análisis: El fervor austero de Europa podría matar al paciente”, Reuters)
Los políticos de Europa impulsados por sus objetivos han causado estragos en las economías del sur, han reducido drásticamente el flujo de crédito a mercados emergentes carentes de capital y han extendido un manto lúgubre que asfixia el crecimiento de todo el continente. ¿Quién tuvo la idea de colocar el futuro del mundo en manos de ideólogos que todavía piensan que vivimos con el patrón oro?
La acción del miércoles en los mercados monetarios, crediticios y bursátiles prueba que la cumbre decisoria del viernes pasado en Bruselas fue una farsa que acelerará aún más la caída en la recesión. La demanda se agota dondequiera se han implementado medidas de austeridad, provocando fuertes recortes en los gastos gubernamentales, profundizando la angustia entre los trabajadores de clase media y precipitando un aumento continuo de la violencia callejera. La denominada “Cumbre para salvar Europa” fue solo más de lo mismo, un insulso reciclado del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que sustituye estímulos al crecimiento por multas legalmente aplicables para pecadores de la deuda. Es la visión de Merkel de “unión fiscal”, una confederación de "euroestados" en quiebra que lleva cada uno su propio cinturón de castidad deficitario periódicamente controlado por burócratas en Bruselas o Frankfurt.
Los inversionistas solo necesitaron un día para ver que la cumbre fue una patraña y por lo tanto comenzaron a sacar su dinero de las acciones. Dow registró pérdidas de tres dígitos ese día.
Europa está en una crisis existencial, pero sus dirigentes hacen caso omiso de la causa. La raíz no son los déficits, sino los abultados desequilibrios de las cuentas producidos por excesivos préstamos de los bancos a tambaleantes fondos soberanos del sur. Los flujos de capital desaparecieron después del crac de Lehman dejando sumergidos a muchos países sin suficientes ingresos tributarios para compensar la diferencia. Lo que sigue es un pasaje de un artículo del Centro por la Reforma Europea, sin duda el mejor y más exhaustivo análisis de la crisis de la deuda hasta la fecha:
“¿Cómo llegó a encontrarse la Eurozona en su actual situación?”
La respuesta en breve es que la introducción del euro incitó a la emergencia de enormes desequilibrios macroeconómicos que eran insostenibles y que la eurozona ha demostrado que está mal equipada institucionalmente para encararlos…
Es un error, sin embargo, que se culpe al despilfarro de los gobiernos del crecimiento del endeudamiento periférico: Grecia es el único país en el cual es válido algo semejante. En Irlanda y España el culpable fue el sector privado (especialmente los bancos y grupos familiares). Por cierto, en 2007, los gobiernos de Irlanda y España parecieron más virtuosos que el de Alemania: nunca rompieron las reglas fiscales, tuvieron niveles más bajos de deuda pública y superávits presupuestarios.
No se puede absolver de toda culta a los países acreedores. El crecimiento impulsado por la exportación en países como Alemania y Holanda no solo dependió estructuralmente del aumento del endeudamiento en el exterior. Los países acreedores del centro albergaban muchos vicios: los conductos del capital que fluía del centro a la periferia eran los bancos, y estos estaban más apalancados en países como Alemania, Holanda y Bélgica que en la periferia (o en el mundo anglosajón). La crisis de la Eurozona es en la misma medida una historia de excesivo apalancamiento de los bancos y de mala gestión de riesgos en el centro como de exceso de consumo y de inversión derrochadora en la periferia”. (“Why Stricter Rules Threaten the Eurozone”, Simon Tilford and Philip Whyte, The Center for European Reform)
Por lo tanto, si Merkel y compañía todavía no comprenden la fuente de su problema, ¿cómo se puede esperar que lo solucionen?
Los dirigentes del euro también andan solo picoteando los bordes, están empeorando evidentemente las condiciones, por lo cual los rendimientos de la deuda italiana aumentan, la confianza pública disminuye y el centro de la estrategia del rescate –la creación de un fondo de emergencia (EFSF) de 440.000 millones de dólares– solo ha aumentado 16.000 millones de euros de cuatro garantías de este año”, según los expertos crediticios de macronomy.blogspot.com. No se puede decir que sea un apoyo contundente a la actual política.
Es también el motivo por el cual toda la Eurozona se ha colocado en el punto de mira de las agencias de calificación crediticia que dudan de su capacidad de corregir el rumbo del barco. Moody’s planifica revisar las calificaciones de 26 de los 27 países de la UE en el primer trimestre del próximo año.
De Moody’s:
(La cumbre)… “ofrece pocas medidas nuevas y no cambia nuestra visión de que los riesgos para la cohesión del área del euro sigue aumentando”.
“En medio de la creciente presión sobre la zona euro, las autoridades siguen actuando rápidamente para restaurar la confianza del mercado crediticio, las presiones que enfrentan también aumentan. Mientras siga siendo así, mayor será el riesgo de condiciones económicas adversas que se agregarían a los ya considerables desafíos que enfrentan la coordinación y los esfuerzos de las autoridades para reducir la deuda.” (Moody’s)
Ni el mercado de bonos ni las agencias de calificación crediticia han sido embaucados por la exageración de la cumbre. Ha habido, sin embargo, un cierto alivio en los mercados crediticios. Los préstamos interbancarios se aflojaron ligeramente después de que el BCE anunció que suministrará préstamos ilimitados a tres años contra todo tipo de colateral problemático para contrarrestar una baja de los créditos. El jefe del BCE, Mario Draghi, también dijo que el Banco Central comprará hasta 20.000 millones de dólares de bonos al mes con el fin de mantener bajas las tasas de interés, pero se niega a lanzar una agresiva campaña de flexibilización cuantitativa (QE) que expandiría la hoja de balance del BCE y calmaría a los inversionistas nerviosos.
Draghi está totalmente de acuerdo con la utilización de su poder para propósitos políticos, imponer duras reformas que afecten a los trabajadores de los países afligidos por la deuda en el sur, mientras suministra liquidez a precios de descuento a bancos en peligro a los que habría que reestructurar. Reuters lo resume como sigue: “El banco central reveló el lunes que había reducido drásticamente las compras de bonos la semana antes de la cumbre de la UE, aumentando la presión para que actúe sobre los dirigentes del bloque”.
Ahí lo tenemos, en negro sobre blanco. El motivo por el cual Draghi no ha presionado para ser el prestamista de último recurso es porque simplemente puede “reducir drásticamente las compras de bonos” y realizar los cambios que desea. Como alumno de Goldman Sachs su lealtad pertenece a las altas finanzas, lo que significa que su verdadero objetivo es implementar políticas que sirven los intereses de los grandes especuladores. No quiere un cheque en blanco para rescatar el sistema. Lo que quiere es un punto de presión que le permita imponer su visión neoliberal a toda la Eurozona. El programa de compra de bonos del BCE se ha convertido en una forma de coerción financiera.
Habiéndolo dicho, todavía esperamos que el BCE tenga que rescatar el sistema financiero cuando los rendimientos de bonos de Italia y España aumenten repentinamente enviando temblores a los mercados bursátiles de todo mundo y causando estragos en las hojas de balance de los bancos de la UE que ya están bañadas en tinta roja.
La Eurozona ha entrado en una nueva y “más peligrosa fase de la crisis”; una fase en la cual más peso caerá sobre los políticos para que corrijan el curso, para que abandonen las políticas de austeridad y de deflación de la deuda y reconstruyan sus vacilantes economías con generosas dosis de estímulos fiscales para evitar una colapso del sistema bancario y otra prolongada caída.
Que Dios nos ayude.
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Tomado de RebeliónUna mirada no convencional al neoliberalismo y la globalización