Este es un tema que para muchas personas puede ser doloroso, vetado o inclusive pecaminoso, ya que ¿Como alguien se puede atrever a cambiar los designios de Dios? Es aquí donde comienza a no tener sentido para mí, puesto que análogamente, al tratar de extender la vida con medicamentos, intervenciones quirúrgicas y conectados a máquinas artificiales se estaría violando ese mismo principio “divino”, y si así fuera entonces todas las personas que decidan ser tratadas por una enfermedad mortal y logren combatirla estarían destinados a “arder en el infierno”, y sus médicos serían sus implacables verdugos. ¿Qué absurdo, no?.
Para comprender mejor esto es importante recordar que existen dos tipos de Eutanasia, la que es decidida por el mismo individuo en plena facultad mental de sus actos; y la que es decidida por otra persona, cuando el individuo no puede tomar esa decisión. Cualquiera de las dos tiene el mismo propósito que es ponerle fin a una vida, sea cual sea la causa que origine tal elección. En este último tipo de Eutanasia, la ética tiene un protagonismo importante debido a los principios de la medicina cuya misión es curar y prolongar a toda costa la vida, así como las creencias religiosas que se imponen por sobre lo que debería ser “ético”. Sin embargo, quiero hacer especial mención en el caso de la Eutanasia que es decidida por el mismo individuo, ya que esta lleva consigo una gran carga de valentía. El decidir ponerle fin a la vida, en pleno conocimiento de sus actos, a mi juicio, no puede ser más que admirable.
Pongamos el ejemplo de una persona que haya sido diagnosticada con una enfermedad terminal que en su etapa final producirá un gran sufrimiento, ¿Por qué esta sociedad debe permitir que esa persona pase por todo ese dolor?, es más, todo esta diseñado para prolongárselo, ¿Por qué? Por más que existan medicinas que puedan aliviar el dolor nadie debería intervenir en la decisión de la persona de tener que sufrir o evadirlo. Si es decisión del individuo evitar el sufrimiento pues nadie ni nada debería reprimirle su deseo.
Veo con mucha preocupación como casi todos los países del mundo tienen leyes que prohíben la Eutanasia como medio para ponerle fin a la existencia del cuerpo físico, colocándoles de esta forma todo tipo de trabas a las personas que por cualquier causa deciden morir. Mas allá de analizar cada caso o situación personal, si una persona elije morir no le quedaría otra salida que buscar una alternativa como el suicidio o resignarse a sufrir espantosamente hasta morir, si fuese el caso de una enfermedad incurable.
He leído infinidad de escritos sobre este tema, y me he encontrado con que la mayoría de la gente que se opone a esta práctica lo hace movida por creencias religiosas, y con esto vuelvo al principio de este artículo y el motivo de mi reflexión. Me cuesta concebir que un grupo de personas decida lo que este bien o lo que esta mal en las elecciones que otras personas hagan sobre su vida, y menos aún si esas elecciones no perjudican ni dañan a nadie. Lo más alarmante es que aquellos que se oponen lo hacen por el mismo miedo de quebrantar sus propias leyes “divinas”, pretendiendo aplicar restricciones a quienes piensen distinto.
Mi opinión muy personal es que si una persona decide morir de una manera honorable, cuando aún tiene calidad de vida, sea cual sea la razón que conlleve a tal elección, y cuando la ciencia médica se declare incompetente, debería tener a su disposición instituciones u organizaciones avaladas por las leyes de cada país que brinden ese servicio de la misma manera honorable y respetable como lo es la decisión en sí. Decidir el uso de la Eutanasiade manera conciente como último recurso es una elección que se toma en vida y debería ser respetada y hasta apoyada si lo vemos de una manera objetiva. Por ello, invito a que la gente abra su mente y vea este tema como algo que no tiene que verse influenciado por fanatismos absurdos ni por religiones impuestas, si nos atrevemos a verlo bajo una perspectiva amplia y diferente podemos encontrar un recurso que hasta podría ser utilizado por nosotros mismos si fuese necesario.
Entiendo que este es un tema muy complejo, amplio y que da a lugar a una infinita controversia. No obstante sentí la necesidad de exponer mi punto de vista. En una siguiente entrega escribiré mi opinión sobre la Eutanasia que no es decidida por el individuo. Por el momento querid@ amig@ ragunian@ me encantaría conocer que piensas sobre tan delicado tema. Tu opinión será más que bienvenida!
Escrito por: Rafael Baralt