El puerto de Tallinn, al fin en manos alemanas.
Camaradas,
Desde el comienzo de la Operación Barbarroja el pasado 22 de junio, la Wehrmacht avanzó rápidamente a través de los estados bálticos ocupados por la Unión Soviética. Así, una tras otra fueron liberadas del yugo soviético las principales ciudades de Lituania, Letonia y Estonia, hasta que a finales de agosto la capital estonia de Tallinn quedó rodeada por las fuerzas alemanas, constituyendo el último bastión que los bolcheviques mantenían en los estados bálticos.
Bombas alemanas caen sobre Tallinn durante los combates por la ciudad.
Una gran parte de la Flota Roja del Báltico quedó encerrada en el puerto de Tallinn. Previendo un intento de ruptura soviético, la Kriegsmarine y la Marina Finlandesa comenzaron a partir del 8 de agosto a sembrar campos de minas en el Cabo Juminda junto a la costa de Lahemaa. Los dragaminas soviéticos comenzaron a intentar abrir un pasillo para sus convoys a través de los campos de minas, por lo que los alemanes destacaron una batería de cañones de 150 mm cerca del Cabo Juminda y la Marina Finlandesa desplegó a su 2ª Flotilla de Lanchas Torpederas. Al mismo tiempo, la 3ª Flotilla de Lanchas Rápidas Alemana quedó concentrada a la altura de Helsinki y los bombarderos Junkers Ju 88 del Kampfgruppe 806 con base en Estonia fueron puestos en alerta. El pasado 19 de agosto comenzó en asalto final alemán sobre Tallinn.
La defensa soviética de la plaza de Tallinn a día 25 de agosto.
Imagen del puerto de Reval (Tallinn) tras los ataques aéreos de la Luftwaffe y la artillería alemana.
Durante la noche de ayer a hoy, los soldados del 10º Cuerpo de Fusileros Soviético han roto el contacto con nuestras tropas de asalto y se han subido a bordo de los transportes en el puerto de Tallinn. El embarque ha estado protegido por pantallas de humo, sin embargo, el dragado de minas de los días anteriores a la evacuación ha resultado totalmente inefectivo debido al mal tiempo, y tampoco han contado los soviéticos con protección aérea para cubrir la evacuación. Esto, junto con el pesado fuego de la artillería y de la Luftwaffe alemana, ha causado la muerte de al menos un millar de evacuados en el propio puerto que no han podido alcanzar los transportes.
El crucero Kirov navega protegido por una cortina de humo.
Los soviéticos han organizado cuatro convoys con un total de 20 buques de transporte, un cisterna, 8 buques auxiliares, 9 pequeños transportes y un remolcador, protegidos por el crucero soviético Kirov, con el Almirante Vladimir Tributs a bordo, 2 buques líderes de flotilla, 9 destructores, 3 buques torpederos, 12 submarinos, 10 cazaminas modernos y 15 obsoletos, 22 dragaminas, 21 cazasubmarinos, 3 cañoneras, 13 patrulleros y 11 lanchas torpederas.
Mapa ruso en el que se muestra la densidad del minado de las aguas que ha debido atravesar la flota de evacuación soviética.
Buque finlandés repleto de minas.
La flota ha comenzado a salir del puerto a las 22:00 de ayer, 27 de agosto. En seguida se ha abatido sobre ella todo el peso de la máquina de guerra Nacionalsocialista. Durante las primeras horas del día de hoy, los bombarderos Ju 88 han logrado enviar a pique a cinco buques. A las 16:00 horas, el primer barco se ha adentrado en las aguas fuertemente minadas del Cabo Juminda. El primer buque que ha chocado contra una mina ha sido el mercante Ella y, unos pocos momentos después, se han producido nuevos impactos de mina mientras los bombarderos alemanes y la artillería costera finlandesa abrían fuego y desataban un verdadero infierno entre la flota roja. En el intento de forzar el paso, la Marina Soviética ha perdido nada menos que 5 destructores, 2 torpederos, 1 patrullero, 3 cazaminas, 3 submarinos, 2 cañoneras, 2 buques de guerra menores y 15 transportes; un líder de flotilla, 2 destructores, 1 caza minas y 1 transporte han resultado dañados. Más tarde, la flota ha vuelto a ser atacada, esta vez por lanchas torpederas finlandesas y alemanas. La caótica situación ha hecho imposible el dragado de minas. A las 22:00 horas se ha hecho de noche y la armada soviética ha echado el ancla poco antes de la medianoche en medio de unas aguas plagadas de minas.
Soldados alemanes, victoriosos en Estonia.
Antes de que los despedazados restos de la evacuación soviética haya conseguido llegar a puerto amigo, los soviéticos habrán tenido que lamentar el hundimiento de un centenar de buques de toda índole y la muerte de 25.000 bolcheviques. ¡Seguro que la propaganda Aliada vuelve a tratar de venderle al mundo el éxito de esta operación, como ya lo hiciera en Dunkerque!
Sieg Heil, Viktoria!Tod dem Bolschewismus!