Revista Arquitectura
Por años, el cine ha brindado momentos de diversión y entretenimiento. Al inicio de su existencia, las salas de proyección eran locales pequeños adaptados para exhibir las películas y apenas contaban con lo necesario para el usuario; los asientos eran duros y de madera.
A esos curiosos mini locales o teatros de exhibición, se les conocía como nickelodeon, una palabra compuesta por el término nickel, la moneda de 5 centavos que circulaba en Estados Unidos -que también era el costo de la entrada- y Odeón, el famoso y gran teatro de París.
Conforme la duración de las películas se hizo mayor, cambiaron las necesidades de comodidad del público, fue entonces que nacieron los grandes palacios cinematográficos, que al inicio, aunque contaban con asientos para todos, eran estancias enormes en donde entre más personas lograran ingresar, mejor.
Sin embargo, las peticiones para ver películas mucho más largas y elaboradas creció, lo que orilló a los dueños de los cines a crear experiencias mucho más confortables. Aquellas grandes salas cinematográficas, comenzaron a equiparse con butacas acolchadas y reposabrazos, incluso con mayor espacio entre una y otra.
"Industrias Ideal es parte de la evolución del cine, ya que tenemos 90 años de profundizar en el estudio de las condiciones adecuadas para el descanso y el confort de las personas; hemos equipado salas con diferentes necesidades y estilos, tanto para funciones de lujo como para sesiones estándar, siempre respetando los parámetros de seguridad y comodidad."
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