En los últimos 50 años la forma de entender cómo debe ser la oficina ha cambiado radicalmente. Ese cambio viene dado por las modas pero también es reseñable el papel que han jugado las nuevas tecnologías. Pero, ¿cómo ha cambiado realmente el equipamiento de las oficinas?
En los años 60, por ejemplo, las oficinas eran muy diferentes. Eran un lugar reservado para el hombre en el que la mujer apenas tenía cabida como secretaria. La tecnología, por otro lado, se limitaba a una máquina de escribir. En la famosa serie de televisión Mad Men se refleja la moda de aquella época con grandes escritorios de madera maciza, sillones de piel de gran calidad pero poco ergonómicos, y ceniceros en al alcance de cada trabajador. Algunos años más tarde, a principio de los 70, estos mismos personajes vivieron la revolución de que supuso la familia de mainframes IBM S/360.
Una década después, en los 80, la realidad de las oficinas empezó a cambiar. La tecnología comenzó a abrirse paso y llegaron los primeros ordenadores que requerían de espacios ideados de forma diferente. Además, la realidad de un negocio más local que el actual hizo que las oficinas fueran grandes cubículos dentro de los cuales se creaban mini-espacios en los que cada empleado trabajaba de forma autónoma con los primeros ordenadores personales de IBM, con modelos que pasaron a la historia, como el IBM 5150. Frente a esta disposición, los despachos de los ejecutivos eran grandes y espaciosos y muy cargadamente decorados con plantas, flores, lámparas modernas y colores. No en vano, los 80 han pasado a la historia como una de las más feas de la historia.
En la actualidad, por el contrario, se busca la máxima comodidad para los empleados porque las compañías son conscientes de que un entorno de trabajo adecuado mejora la productividad. En primer lugar, se tiene en cuenta que el trabajo en equipo es fundamental y se tiende a crear grandes espacios equipados con proyectores y equipos que facilitan a lo empleados la comunicación y el intercambio de ideas, consiguiendo una gran dinámica. Además, la explosión de herramientas de trabajo como el portátil, la tablet o la impresora hace que se analice cada trabajo para buscar las sillas y escritorios más ergonómicos. Esta tendencia se hace patente en catálogos como el de Staples y otras firmas de diseño como Arlex, donde cada vez se apuesta en mayor medida por dispositivos electrónicos portátiles y productos ergonómicos pensados para oficinas flexibles e interconectadas.
Echa un vistazo a este curioso video de Harvard Innovation Lab donde muestran la evolución del escritorio de trabajo como resultado de los avances tecnológicos.