.Habían pasado dos años de las referidas excavaciones y perdida toda esperanza de encontrar nuevas coronas, cuando en la mañana del 19 de mayo de 1860, se presentaron en la puerta del Palacio Real de Aranjuez,
Domingo de la Cruz Figueroa "Macario" y su tío Juan Figueroa, maestro de primeras, letras ambos de vecinos y naturales de Guadamur, con el propósito de ofrecer a la reina una de las coronas que años antes había encontrado en Guarrazar, al lado de las coronas ya conocidas.
Recibidos por la Reina, esta pudo conocer que escondía aun más coronas, por lo que al día siguiente mandó a Antonio Flores, Secretario de la Intendencia de la Real Casa y Palacio, con la misión de recuperarlas e inquirir del labriego los deseos respecto a la recompensa.
Una vez en Guadamur Antonio Flores investigó dando pasos acertados y ganada la confianza de "Macario" - asegurándole que sus pretensiones económicas serían atendidas-, ofreció a éste la oportunidad de entregar a la Reina todo lo que del tesoro aún conservaba. Tras la entrega total "Macario" recibió por el pago de las coronas 40.000 reales y como premio al servicio prestado a S. M. La pensión de 4.000 reales anuales.
En este segundo encuentro Domingo de la Cruz "Malaño" se mostró muy apanado por haber destruido otras muchas joyas y refirió a la Reina, que entre los objetos perdidos en los crisoles toledanos, había unos "cinchos" de oro y piedras preciosas, y una paloma de oro de tamaño natural cuajada de piedras preciosas, que probablemente fue "pixis sacra" o vaso eucarístico.
Desplazada la familia Real a la Corte, Tuvieron la oportunidad de contemplar las coronas, eminentes académicos y estudiando la forma de dar sentido a las distintas letras que colgaban de la corona mayor , colocadas anárquicamente por su descubridor, llegaron a la conclusión que la leyenda original sería SUINTHILANUS REX OFERET, basándose en la pocas letras aún conservaban su lugar al tener intacta la anilla de sujeción .
Posteriormente el Consejo de Ministros presido por O`Donnell, acordó que el lugar más propício y que ofrecía mayor seguridad para guardar estas piezas, ofrecidas a la Reina, era el Palacio Real de Madrid y así lo trasmitió a S. M. el Marqués de Corvera, depositándolas en sus manos con el encargo e custodiarlas.
ROBO DE LA CORONA DE SUINTILA.-
El 4 de abril de 1921 se cometió un robo en la Real Armería, la corona de Suintila y un trozo de corona de enrejado que pertenecían al conjunto que poseía el Patrimonio Real, gracias a la donación de Domingo, desaparecieron. El robo se divulgó poco, sólo La Época hizo una publicación más extensa con grabados, para que sirviese de guía en la búsqueda de lo sustraído. Al parecer fueron localizados los autores del robo, pero no lo objetos de éste, que hasta hoy no han aparecido.
Casualmente, aquel periodo fue una época aciaga, como afirma D. José Lázaro, pues en corto espacio de tiempo, ocurrieron robos en el Museo del Prado, La Biblioteca Nacional, en e l Archivo Histórico Nacional, y el que contemplamos.
RETORNO DE PARTE DE LAS CORONAS.-
Con la ocupación alemana de parte de Francia, durante la II Guerra Mundial y la llegada al poder como jefe de estado de la Francia de Vichy del Mariscal Petain, se presentó la ocasión propicia para todo tipo de negociaciones, debido a las buenas relaciones del gobierno de Vichy con el General Franco. Una de ellas es la que se efectúa para realizar un convenio de intercambio de obras de arte y otras piezas de valor histórico. Este convenio permitirá que vuelvan a España buena parte de las coronas de Guarrazar.
Las primeras negociaciones fuera de círculos oficiales las efectuó en el verano de 1940 D. Eugenio D´Ors. Tras las negociaciones oficiales se firmó un acta de recíproca entrega , por el que regresaron a España, ademas se seis de las nueve coronas de Guarrazar, la Dama de Elche, otras escultura ibéricas, otras piezas arqueológicas, completándose con la Inmaculada de Murillo denominada de Soult o de los Venerables. España entregó a cambio a Francia en contrapartida un retrato de Doña Mariana de Austria de Velazquez, otro de Antonio Covarrubias, de la mano del Greco, un cartón de Goya y la colección de dibujos franceses del siglo XVI.
De esta forma regreso a España parte del Tesoro de Guarrazar que había salido fraudulentamente a finales del 1858 perteneciente al primer descubrimiento efectuado por Francisco Morales y María Pérez, conservandose actualmente en el Museo Arqueológico Nacional.
Reconstrucción digitalizada de relieve visigodo, friso mayor , perteneciente a la iglesia visigoda de Guarrazar, posible Santa María in Sorbaces, iglesia o imagen a la que estaba ofrecida al menos, una de las coronas del tesoro
http://www.guadamur.net/tesoro.htm&version;
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Revista Cultura y Ocio
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